La profunda crisis con que la Fech conmemora sus 115 años
En su mes aniversario, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile está sumida en problemas de representatividad, tras una serie de elecciones fallidas. Hoy, el escenario es de incertidumbre, ad portas de un Congreso Refundacional en el que se intentará sacar del hoyo a una organización que le ha entregado reconocidos personajes al país y que hoy está marcada por un liderazgo poco claro. Y sin rostro.
Fundada en 1906 como una de las primeras organizaciones estudiantiles del continente, gestora de diversos movimientos en la historia del país y gran semillero político, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) está muy lejos de sus mejores momentos y vive hoy una de sus peores crisis, sin representatividad ni liderazgos, además de períodos consecutivos con elecciones fallidas. Todo, en momentos en que cumplen su aniversario 115.
¿A qué se debe? Movimientos internos de la propia universidad acusan que la conducción política es la que los llevó hasta aquí. Desde Vencer, por ejemplo, apuntaban directamente a los 10 años de manejo del Frente Amplio y las Juventudes Comunistas. Conocedores del ambiente cuentan que todo se polarizó y que el llamado al boicot de las elecciones no fue casual. Ni causal.
“La Fech está muerta”, dice Claudia, estudiante de Pedagogía Básica. Sebastián, alumno de Arquitectura, añade: “Hay desinterés y rechazo por la intromisión y el tipo de política que llevaron adelante”.
Y aunque en la última elección hubo diversidad de corrientes e ideas, no bastó. Hubo listas que representaban al Frente Amplio, a la centroderecha, al propio movimiento Vencer, a las Juventudes Comunistas, humanistas e independientes y otra tendiente a lo socioambiental.
La cronología de los hechos que derivaron en el escenario actual comenzó en 2019, cuando en las elecciones solo se llegó a un 25,8% de participación. Como los estatutos señalan que para que la votación fuera válida se debía alcanzar un 40% del padrón, el proceso fue declarado como no representativo, por lo que se conformó una mesa interina con las tres primeras mayorías, que a más tardar en seis meses debían convocar a nuevas elecciones. Esa mesa quedó compuesta por Emilia Schneider (Comunes), Nicole Martínez (RD) y Millaray Huaiquimilla (Juventudes Comunistas). Las dos primeras son hoy candidatas a diputadas por el distrito 10.
Luego vino el estallido social, lo que obligó a varias federaciones del país, entre ellas la Fech, a suspender indefinidamente las nuevas elecciones. En medio de eso llegó la pandemia del coronavirus, por lo que recién en agosto del año pasado se pudo llevar a cabo un nuevo -y también fallido- proceso eleccionario, el que por primera vez fue online debido a la crisis sanitaria.
“Son varios factores que hoy influyen en la baja participación de las elecciones de la Fech. Es un problema que se viene arrastrando hace muchos años y en el cual las organizaciones, las personas que estuvimos, no solo en la Fech sino que en el movimiento estudiantil, tenemos que hacer una autocrítica por la desafección y asumir esto como una manifestación de un malestar con estas conducciones”, señaló a su salida Schneider.
Gabriel Boric, extimonel de la Fech y ya diputado en ese entonces, expuso al respecto que “los movimientos sociales siempre pasan por ciclos y, como han señalado los actuales dirigentes y dirigentas estudiantiles, la baja participación es una preocupación que ya viene hace un par de años no solo en la Fech, sino que en el resto de las federaciones. Y por lo tanto se requiere repensar la forma en que se está haciendo política al interior de la universidad, volver a convocar a los estudiantes. Esto ha pasado muchas veces antes en la historia y siempre el movimiento logra salir adelante para cambiar Chile y tener un país más justo”.
En esa elección que debía buscar a la sucesión de Schneider la participación fue incluso más baja: solo llegó a 14,3% del padrón, por lo que otra vez las votaciones terminaron siendo declaradas como no representativas y asumió una mesa interina con Consuelo Salas (Comunes) a la cabeza, además de Valentina Vallejo (Juventudes Comunistas) y Camila Bustamante (lista Rebelión Verde de Independientes). Ellas ya van de salida.
Además, al haberse registrado menos del 20% de participación y acorde a los estatutos, las presidencias de los centros de estudiantes de las facultades y/o carreras debían organizar un Congreso Extraordinario y Refundacional de la Federación. Ese proceso está en sus albores y tiene fecha de noviembre a diciembre, aunque se discute si postergarlo para marzo o abril del próximo año.
La idea es reformar los cimientos de la organización, lo que podría incluso implicar con ello la modificación de principios y estatutos. Todo, con tal de volver a tener el peso y la representatividad que alguna vez tuvo, algo que valoran en la propia casa de estudios, que cuenta entre sus dirigentes a los exministros Jaime Ravinet y Álvaro Elizalde, además de los diputados Camila Vallejo y Gabriel Boric.
“La organización estudiantil es y ha sido la voz de los estudiantes, un actor fundamental para la universidad, porque nos permite enfrentar desafíos de manera conjunta, establecer puentes y diálogo y canalizar sus inquietudes”, dice primeramente Sonia Pérez Tello, vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios de la Casa de Bello. Y agrega: “La Fech no solo cumple un rol al interior de la universidad, sino que ha demostrado ser un espacio de articulación social, representante de las demandas sociales, proponiendo soluciones y movilizando a la comunidad para el bienestar del país”.
Pero la crisis no es reciente. De hecho, la directiva del RD Daniel Andrade, quien presidió la Fech entre 2016 y 2017, ha sido la única en estos últimos años que empezó y terminó en regla su periodo. Antes, ya habían sido impugnadas las elecciones de 2014 y 2015. Ese último año había asumido Camila Rojas, de Izquierda Autónoma, hoy diputada.
Después vino Alfonso Mohor, de Izquierda Transformadora, quien no terminó su periodo y renunció -luego de tres meses de suspensión- en medio de cuestionamientos por un caso de acoso laboral en la Facultad de Ingeniería, mientras él presidía a la federación de esa facultad. En su reemplazo asumió Karla Toro, de Izquierda Autónoma.
Ahí comenzó la caída libre: luego de finalizado el mandato de Toro, en 2018 se determinó que las elecciones que se debían realizar en noviembre se aplazarían hasta 2019 para llevar a cabo un Congreso Refundacional. Este no se realizó y otra vez se convocó a elecciones, las que derivaron en Emilia Schneider encabezando a la directiva interina.
Exdirigentes de la Fech están repartidos en la política. Rodrigo Roco, presidente de la Fech entre 1995 y 1997, es hoy director de Educación de la Municipalidad de Santiago. Justamente, a él le tocó retomar la presidencia tras un periodo en que se vivió una crisis similar -aunque no tan profunda- como la que se vive hoy. Entre 1994 y 1995, posterior al mandato de Álvaro Elizalde (hoy presidente del PS), no hubo mesa directiva por la misma falta de quórum en el proceso eleccionario.
Con esa experiencia, Roco entrega su visión de la crisis. “Sin ser algo que me parezca bueno en sí mismo, tampoco lo dramatizo mucho”, señala.
Lo anterior, dice, por dos razones. Y se extiende con la primera: “A lo largo de la historia, la Fech y en general las organizaciones estudiantiles universitarias han vivido diferentes momentos de reflujo y de menor interés y dado que el país está en un punto de inflexión -proceso constituyente mediante- una hipótesis es pensar que, a diferencia de todo el siglo XX y entre 2006 y 2019, donde el estudiantado ha representado anhelos de cambio y justicia amplios y no solo referidos al sector educación, hoy se abre un horizonte mayor de cambios que, de alguna forma, quizás les va a liberar de la pesada responsabilidad de ser siempre ellos quienes deban estar dando cara contra la injusticia social”.
Así, añade, “no creer” que los jóvenes no estén interesados en lo social y lo político, “solo que hoy hay muchos más canales y espacios donde hacer uso de ese interés y energías. Con todo, no creo que las universidades y la educación en general dejen de ser un espacio donde se delibera y se generan corrientes, opiniones o ideas pro cambio social”.
Como sea, hoy la Fech busca reencontrar el rumbo como una federación que ha sido histórica en torno a posicionar elementos en el debate nacional y revivir en paralelo al proceso constituyente que está viviendo Chile.
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