La renovada carrera por la última milla bajo la pandemia

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Foto: Andrés Pérez

Desde gigantes como Coca-Cola y Falabella con Tottus a pequeños emprendedores chilenos. Todos apuestan por incursionar en el negocio del delivery por la fuerte alza del comercio electrónico, luego de las restricciones de movilidad que impuso la autoridad para frenar los contagios de Covid-19.


En una batalla por ofrecer mejores ofertas, más descuentos y variedad en sus productos se encuentran las aplicaciones de delivery en nuestro país. El avance del Covid-19 y las restricciones de movilidad acentuaron la competencia en un mercado que cada vez suma nuevos actores. Hoy, al objetivo de llegar en perfectas condiciones con el producto solicitado, se le agregó la exigencia de medidas de seguridad sanitaria. La emergencia ha impulsado los ánimos de emprender de grandes y chicos.

José Manuel Villalobos y Marco Antonio Silva -ex ejecutivos de MotoBoy- con MotoPartner se convirtieron en septiembre de 2011 en la primera empresa formal para repartir comida en Chile. Comenzaron con Kentucky Fried Chicken, McDonald’s, Telepizza y Pizza-Hut. Silva cuenta que el estallido social hizo que las ventas se desplomaran y ahora con la pandemia han subido a niveles muy superiores.

En conversación con La Tercera PM, Silva explica que desde la pandemia los repartos en e-commerce han subido cinco a seis veces, mientras los despachos de comida rápida se han disparado hasta cuatro veces. “Existe un antes y post estallido social. Es muy fuerte la expansión, porque es la única forma de comprar prácticamente hoy”, añade. Hoy MotoPartner cuenta con 250 choferes y realiza unos 200 mil pedidos mensuales.

“Creemos que subimos 10 escalones en nuestra operación y cuando comience la nueva normalidad deberíamos bajar dos escalones. Es un crecimiento muy fuerte, porque se le quitó el miedo a comprar por internet, pero sin duda que quedaremos con un plus mayor previo a la pandemia”, agrega Silva.

Otras grandes compañías han aprovechado para poner en marcha sus proyectos en delivery.

En febrero de este año, Coca-Cola puso en marcha Wabi en Chile. La plataforma de reparto de la multinacional estadounidense hoy tiene presencia en 23 ciudades de 13 países, en 5 continentes.

“En Wabi se pueden comprar todos los productos de alimentos, bebidas, higiene y cuidado personal que se venden en un almacén o kiosco, abonándolo en efectivo o con tarjeta de crédito vía nuestra billetera virtual con WabiPay”, sostuvo Mariana Tofalo CEO de Wabi.

Mariana Tofalo CEO de Wabi
Mariana Tofalo CEO de Wabi.

La ejecutiva argentina explicó que “WabiPay es una billetera electrónica que permite manejar pagos e ingresos en un entorno virtual y seguro. La misma permite la transferencia de dinero entre personas, entre otras funcionalidades”.

El objetivo de fondo de la iniciativa -añadió- es que “junto con cuidar la salud de todos nosotros, aseguramos la subsistencia de esas tienditas de barrio que hoy ven su economía tan amenazada”.

Mientras, el holding Falabella -controlado por las familias Del Río, Solari y Cuneo- no se queda atrás. Su filial supermercadista Tottus lanzó su aplicación de reparto online denominada Fazil en marzo de este año, que permite adquirir productos de la cadena de supermercados desde el celular.

Fazil ha tenido un incremento de más de 200% en el volumen de ventas desde marzo a la fecha y sus descargas se han multiplicado exponencialmente desde el inicio de la contingencia.

“Actualmente la app está disponible en las regiones Metropolitana, de Coquimbo y de Valparaíso y a futuro se seguirá expandiendo a las principales ciudades del país, así como también próximamente incorporará gradualmente la oferta de productos de las otras unidades de negocios de Falabella, como Falabella Retail y Sodimac”, detalló la firma.

El proceso de desarrollo de Fazil tomó cerca de un año, donde participaron distintas unidades de negocios de Falabella, entre ellas el Centro de Desarrollo Tecnológico de la compañía ubicado en India.

Mientras, otros siguen avanzando en este negocio. Nicolás López, socio fundador de Justo –una startup de reparto chilena- sostiene que el primer efecto de la pandemia fue un sostenido aumento en la cantidad de pedidos sobre todo en supermercados. También nuevos restaurantes se sumaron, muchos que antes no les interesaba participar en eso. Ejemplo de esto último es que el tradicional restaurante Eladio, puso en marcha a partir de junio su sistema de reparto a domicilio.

Justo
Nicolás López y Rodrigo Segal, socios de Justo.

Justo comenzó su incursión en el mercado de la “última milla” -concepto acuñado por el mundo del retail que se refiere al último tramo del reparto del producto al consumidor- en abril del año pasado y a raíz de la pandemia ha tenido un crecimiento explosivo.

“En Justo aumentamos en 400% las ventas, sumando a muchos nuevos clientes, e individualmente cada marca creció en promedio el doble sus ventas a través de sus páginas web. En marzo trabajábamos con 500 locales y hoy llevamos más de 2 mil”, explica López.

Toteat, la plataforma ligada a René Marty, Sebastián Segura y el fundador de Komax, Arístides Benavente, permite gestionar restaurantes de manera remota. Según cuenta este último, la aplicación no solo ofrece un sistema de delivery, sino que implementa un sistema integral.

“El precio muy por debajo de otras aplicaciones que tienen solo delivery: 0,35% de la venta neta que incluye todo, las funcionalidades e integraciones (Uber Eat, Pedidos YA y próximamente Rappi) que tiene hoy más todas las que se van a agregar en el futuro. Por este mismo precio además incluye un POS que le permite vender en el local, controlar su inventario, conectarse con sus clientes y manejar todos los datos que necesita para su toma de decisiones. En 3 meses más les va a permitir comprarle en línea a sus proveedores”, acotó Benavente. Entre los 18 accionistas minoritarios de Toteat figura Nicolás Luksic.

El avance de las startup

Otros que están recién emprendiendo han puesto foco especialmente en la sanitización de sus servicios debido a la pandemia y buscan competir a las grandes transnacionales: UBER Eats, Pedidos Ya y Rappi. Ejemplo de ello es el caso de Tucán Delivery. El fundador de esta startup Cristián Arellano explica que la compañía “surge a finales de febrero del 2020, como una iniciativa innovadora que se hacía cargo de un mejor despacho de comida, al ver la poca prolijidad en el manejo de los alimentos y la mala experiencia que se le ofrecía a los clientes”.

“Ante la buena respuesta de los clientes y el interés de los restaurantes, tenemos las mejores expectativas a futuro. Partimos en plena pandemia y pudimos reaccionar cuando el virus llegó a Chile, teniendo ventas comparativas desde marzo 2020 versus junio 2020 con un aumento sobre el 400%”, acota Arellano, quien se dedica también al negocio de la entretención, pues posee tres discoteques, un bar y un restaurante.

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Cristián Arellano, creador de Tucán Delivery.

Otro emprendimiento que acumula experiencia en medio de la pandemia es Fresh & Co. Se trata de una empresa fundada por Enviu Chile, firma holandesa que crea “startups” con impacto social y ambiental positivo.

En palabras de uno de sus socios fundadores, Nils Lindeen, “es una plataforma digital que conecta a pequeños y medianos agricultores en los alrededores de Santiago con clientes finales en la ciudad. Nosotros proporcionamos la plataforma comercial, la logística y el marketing a los productores que venden a través nuestro y cobramos un margen por eso, pero en un esquema de comercio justo con ellos. Hoy trabajamos con alrededor de 15 agricultores, y estamos comenzando a agregar productos de emprendedores chilenos también, como café, aceite de oliva, pan, mermeladas, salsas, entre otros”.

¿Democratización del delivery?

La gerenta de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Bernardita Silva cuenta que las transacciones del comercio electrónico minorista en el primer trimestre de este año sumaron US$596 millones y es muy probable que al cierre de junio este monto sea mayor, aunque aún no cuentan con datos oficiales.

“Probablemente las operaciones podrían llegar entre US$800 a US$1000 millones si pensamos los crecimientos que estamos teniendo”, responde la ejecutiva, que también destaca el fuerte crecimiento del e-commerce bajo la pandemia. En promedio entre abril y mayo las ventas de las categorías de supermercados y electrónica subieron 200%. Le siguieron: calzado (55%), electrónica (100%), línea hogar (160%), vestuario (90%) y muebles (31%).

“Previo a la pandemia, las ventas de comercio minorista a través del canal online rondaba entre 6% y 7%. En Estados Unidos es 12%. En América Latina es en promedio 3,5%. Vino la pandemia y hay categrorías que están con una participación del 20% a 30% y es obvio, porque no tienes el canal físico. Se cree que una vez que pase la pandemia la penetración llegará alrededor de un 12%. No nos quedaremos con un nivel tan alto, porque comenzará la apertura de tiendas”, acotó la experta. “Este es un cambio que se esperaba tener en tres años”, concluyó.

Por lo mismo, durante el último tiempo han surgido con fuerza las nuevas plataformas de delivery. ¿Estamos frente a una democratización del delivery? “Yo me baso en las ventas de e-commerce. Y obviamente estas ventas tienen que llegar a destino. Y ahí entran portales como mencionas y empresas de última milla de delivery. En estas últimas dos han aparecido muchas alternativas. No sé si el concepto es democratización. A mayor mercado, más oferentes”, respondió Miguel Meyer, ingeniero comercial de la Universidad Católica y director de Master Asesorías y Servicios, consultora de retail.

“Vamos a ver qué pasa post crisis. Cuántas se van a mantener. Va a depender del volumen de e-commerce que se quede y de las políticas de omnicanalidad que tengan las empresas, sobre todo las que tengan también tiendas físicas”, remata.

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