La resaca en el gobierno tras el término de una "insatisfactoria" COP25
Esta mañana tanto el Presidente Sebastián Piñera como la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, se declararon insatisfechos por los resultados obtenidos, aunque defendieron la gestión chilena en la cumbre. Luego de que Brasil se negara a realizar la COP, Cancillería recomendó a Presidencia no ser la sede del encuentro precisamente por la dificultad que había en cerrar un acuerdo.
Un año y dos días después de que se anunciara que Chile se haría cargo de la sede de la COP25 tras el rechazo del gobierno de Brasil a realizarla, hoy, el Presidente Sebastián Piñera tuvo que dar explicaciones del mal resultado de la cumbre concluida ayer y que finalmente se realizó en Madrid debido a la crisis social que ocurre en nuestro país.
"No estoy contento, no estoy satisfecho con los resultados de la COP25, nuestro plan era más ambicioso", comentó el Mandatario hoy en entrevista con las radios asociadas a Archi.
Luego de eso, se le consultó a Piñera por el criticado rol de la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, luego de que no se generara consenso en el Artículo 6 del Acuerdo de París que regula el mercado internacional de créditos de carbono. Este era uno de los principales desafíos de esta cumbre, y por lejos el más complejo. "Hablé con muchos presidentes pidiéndoles el apoyo... algunos cumplieron, otros mantuvieron su posición. Es injusto cargarle esto a la ministra (Carolina) Schmidt", comentó Piñera.
Y es que la titular de Medio Ambiente fue duramente cuestionada en la COP25 por su rol en la presidencia. Antes del fin de semana donde no pudo generar consensos sobre los mercados de carbono, Schmidt había registrado un impasse cuando aceptó que los estados de África fueran incluidos en la categoría de países con "consideraciones especiales", en la cual sólo se encuentran naciones menos desarrolladas e insulares y que tienen preferencia a la hora de la transferencia de fondos para proyectos.
El sábado, cuando aún no había acuerdo, y ya se avizoraba un complicado cierre, algunos representantes de las partes y las organizaciones sociales fueron muy duros con la presidencia chilena. "La presidencia chilena tenía un trabajo: proteger la integridad del Acuerdo de París. ¡Y ahora está fallando! Ha escuchado a los contaminadores, no a la gente", comentó la presidenta de Greenpeace, Jennifer Morgan, el sábado en Madrid.
Por eso, dicen, el gobierno chileno decidió pedir ayuda a España, y en específico a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para ayudar a cerrar las duras negociaciones del fin de semana.
Ayer, de hecho, Piñera en Twitter lamentó lo sucedido en Madrid y, sin nombrarlos, criticó a los países "que más contaminan" por "no estar a altura del desafío" y que siguen en "deuda". Lo mismo realizó hoy en la entrevista con las radios al decir que "países muy poderosos" se opusieron. En definitiva, son Estados Unidos, Rusia, China, Brasil e India, los países que más trabas habrían puesto para el acuerdo final.
Esta mañana, tras aterrizar de su vuelo que la trajo desde Madrid, Schmidt llegó a La Moneda junto a su equipo de Medio Ambiente y el champion de la COP25, Gonzalo Muñoz, para conversar sobre las conclusiones de la cumbre y preparar en conjunto una declaración sobre el tema. Ahí, Schmidt -vestida de riguroso negro y anteojos rojos- declaró que se lograron siete de los ocho objetivos que se tenían para la COP25. "Me siento orgullosa de haber dado la pelea", dijo en el punto de prensa en que estuvo acompañada de sus pares de Hacienda, Ignacio Briones; Agricultura, Antonio Walker; Ciencias, Andrés Couve; y Energía, Juan Carlos Jobet.
Cuando Cancillería recomendó no organizar la COP
Y es que las expectativas políticas eran altas antes del 18 de octubre. Antes de la crisis, eran varios en La Moneda quienes comentaban lo "bien parado" que podía salir Chile y el Presidente Piñera, con un fin de año que contemplaba la realización de la APEC en noviembre y de la COP durante diciembre. Pero la fuerza de los hechos en el país tumbó la apuesta.
Tras la negativa de Brasil a acoger la cumbre medioambiental más importante del mundo, en noviembre de 2018, desde la Cancillería chilena -que en ese tiempo lideraba el ahora embajador de Chile en España, Roberto Ampuero- se recomendó no ser la sede de la COP25, precisamente por lo "díficil" que sería llegar a acuerdos en el Artículo 6, polémico desde la penúltima conferencia de las partes realizada en Polonia y donde la propia Schmidt trabajó en este punto.
También se habría hecho ver desde Cancillería al gobierno que había un "avance de los populismos de derecha y negociacionistas del cambio climático" como desventaja para organizar la conferencia.
Desde el gobierno aseguran que Cancillería alertó en su minuto tanto a Schmidt como a Piñera de que era "inviable" llegar a acuerdos en la COP25, algo que se sabía desde la penúltima versión de la cumbre. A eso se agregó, más tarde, la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, algo que hacía "casi imposible" que se integrara a este país al acuerdo por los mercados de carbono.
Críticas y evaluaciones a largo plazo
El poco avance de la COP25 y el cuestionado liderazgo de Chile a nivel internacional es objeto de críticas por parte de expertos y conocedores del mundo ambiental.
El ex superintendente de Medio Ambiente, Cristián Franz se mostró "decepcionado y molesto, pero no sorprendido la verdad, el resultado de la cumbre, pues era previsible. La complejidad y la urgencia de este asunto son demasiado serias como para haberlas dejado entregadas a la frivolidad de un aspirante a líder internacional. Ya haber levantado la mano cuando Bolsonaro pateó la mesa negándose a última hora a organizar la reunión, fue un arrebato, un acto irreflexivo propio de un adolescente".
De igual manera, el ex ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier explicó que "la ministra no planteó temas específicos a la asamblea. Tuvo un rol más bien administrativo en vez de un rol de liderazgo que uno espera de los presidentes de las COP".
"A pesar de la gran adversidad que enfrentó (la ministra Carolina Schimidt), tanto por tomar una presidencia COP tardíamente con la renuncia de Brasil, y luego el traslado de la sede de Chile a Madrid, logró una muy buena alianza con su par español Teresa Ribera y liderar un equipo que entregó su máximo esfuerzo (...) pero que lamentablemente no pudo contrarrestar el poder de oposición de algunos países a lograr un grado mayor de ambición y de contar con un acuerdo en el artículo 6", explicó Claudio Seebach, presidente ejecutivo de Generadoras de Chile.
Mientras, Ezio Costa, director ejecutivo de FIMA sostuvo que "la conducción de Chile no fue adecuada, independientemente de los problemas que tenía que enfrentar y que eran bastante predecibles, fue errática en sus alianzas y no logró armar un grupo estable y potente que empujara cuestiones esenciales, teniendo como resultado que en ellos no hubiera ningún consenso".
Por último, Flavia Liberona, directora ejecutiva de Fundación Terram acotó que "es difícil evaluar el rol de la ministra Schmidt como presidenta de la COP, pues este es un trabajo de equipo donde por una parte está todo el equipo COP25 de Chile y además todo el soporte de acompañamiento que proporciona Naciones Unidas. Sin embargo, si hay que hacer una evaluación podría decir que previo a la COP, la presidencia no se la jugó por fortalecer el rol de la ciencia y el llamado de urgencia que esta nos hace, tampoco fortaleció lazos con los países de la región pese a que esta era la COP de Latinoamérica y el Caribe".
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