La Roja se devalúa y golpea a la ANFP: licitación por derechos de TV se cae por falta de interesados y una oferta insuficiente
Solo Mediapro se presentó al concurso, con una oferta de US$ 60 millones, la mitad de lo que se pagó por las Eliminatorias para el Mundial de Qatar 2022. El proceso se declaró desierto. El valor de mercado de la Selección está lejos al de su época dorada.
La ANFP vive tiempos muy difíciles. Los resultados financieros de 2020 arrojaron pérdidas por $ 1.723 millones, debido al repentino término del contrato con Nike y a ingresos mucho menores en el ítem selección chilena. La situación es alarmante, ya que el presupuesto para este año considera un déficit muy similar al del ejercicio anterior, por lo que solo hay una salida posible: buscar recursos con urgencia.
En ese contexto, la sede de Quilín decidió adelantar el proceso de licitación de los derechos de transmisión de la Roja para el Mundial de 2026, que se disputará en Estados Unidos, Canadá y México. Las bases fueron enviadas a fines de mayo pasado a los interesados, es decir, justo antes del inicio de la Copa América de Brasil, que finalmente ganó Argentina.
Y los resultados para la Federación fueron decepcionantes. Apenas hubo una sola empresa que participó: Mediapro. La firma española es la misma que actualmente tiene los derechos de televisación, ya que junto con Turner pagaron US$ 120 millones por las Eliminatorias para Qatar 2022. Una cifra récord.
Precisamente, aquella cantidad es lo mínimo que espera conseguir el directorio que preside Pablo Milad. Es el piso al que aspiran. Sin embargo, las expectativas de Quilín otra vez chocaron con la realidad, ya que la oferta fue muchísimo menor a la del proceso anterior: 60 millones de dólares. Es decir, apenas la mitad de lo que consiguió sellar Arturo Salah y su mesa en agosto de 2017, y que fue firmado, posteriormente, en octubre de ese mismo año.
Según comentan en la ANFP, el ofrecimiento de Mediapro fue en conjunto con la agencia 1190 Sports, de mucha experiencia en Sudamérica y la misma con la que opera en la actualidad, para sacarle el máximo provecho comercial a la Roja.
Finalmente, ¿qué pasó con la licitación? Ante una propuesta tan baja y con tan pocos candidatos, al directorio del curicano no le quedó otra alternativa y el proceso se declaró desierto. Una decepción que no estaba en los planes de nadie en el ente rector del fútbol chileno. Lo concreto es que la Selección ya no vale lo de antes. La Roja está devaluada. Una realidad que, de a poco, han ido asumiendo con dolor y angustia en la asociación.
El escenario es muy preocupante y así lo transmiten los presidentes de clubes. La Federación necesita con urgencia vender los derechos de las próximas clasificatorias, ya que el mero hecho de firmar un contrato significa embolsarse un millonario bono solo por sellar el acuerdo.
No obstante, la pandemia generó una crisis financiera a nivel global. En uno de los últimos Consejos, los timoneles advirtieron que licitar en pandemia no era buena idea. El problema es que en Quilín hay desesperación, porque si no hay recursos frescos, corren el riesgo de quedarse sin flujo de caja a fin de año.
El escenario es grave. Y así como quedó desierta la licitación por los derechos de TV de la selección chilena que hoy comanda Martín Lasarte, también hay malas noticias con respecto al nuevo contrato de indumentaria. Las ofertas han estado muy por debajo de lo esperado. Y resultan muchísimo menores si se comparan con los US$ 7 millones anuales que pagaba Nike desde mediados de 2015, cuando Sergio Jadue firmó el suculento vínculo con la empresa estadounidense.
Dentro del presupuesto para 2021, en Quilín tienen considerado también el bono por contrato, en relación a la indumentaria, por lo que necesitan firmar pronto. Según lo que se les informó a los clubes, la asociación proyecta que la firma del nuevo contrato de vestuario deportivo deje recursos por $589 millones este año.
Y ya buscan formas de atraer a las empresas, por ejemplo, con un acuerdo de larga duración, reajustable en el tiempo, con beneficios para ambas partes. Este punto genera inquietud en varios consejeros, ya que consideran preocupante que la ANFP quiera estirar los años de licitación para obtener mayor liquidez, aunque sea a costa de vender los derechos por mucho tiempo.
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