La transformación física y mental de Alejandro Tabilo para meterse en la élite del tenis mundial
El tenista oriundo de Canadá ha tenido un arranque prometedor este 2021. En Córdoba, estuvo a punto de tocar la gloria por primera vez en un torneo ATP, pero el español Albert Ramos-Viñolas, 44 del ranking, se lo negó en la final. Con su pasado bien claro, el hijo de padres chilenos debió bajar 30 kilos para poder llegar a su mejor nivel.
Tabilo (144º) se agarra la cabeza y tira la raqueta a la arcilla. Su rostro se ilumina y su boca se abre en señal de asombro. De fondo, en el anaranjado de la tierra batida, cientos de caras parecen no estar conformes con lo que sucede. Luego, haciéndose consciente de lo sucedido, el tenista recobra energías y, cambiando el aspecto de su semblante, junta sus labios, se inclina levemente y pone la mano en oreja, como queriendo escuchar nuevamente todo lo que dijeron de él durante más de una hora, en el ATP Córdoba 250. Un Tabilo desafiante, con personalidad, que se le ve dispuesto a todo.
Y es que la noche del sábado fue especial para Jano. Eliminó Diego Schwartzman (14º) en su casa, y luchó no solo contra el ranking y la calidad del Peque, sino que también contra el público y el clima hostil de Córdoba.
Pero, a pesar de que en Córdoba se le escapó su primer título en el ATP, el ganador del Challenger en Guayaquil el año se fue con la frente en alto. La derrota en tres sets, 6-4, 3-6 y 4-6, ante el español Albert Ramos-Viñolas (44º) pudo suponer un golpe fuerte en su carrera, pero, a su vez, también lo puede motivar a seguir creciendo. Un punto de partida en el deporte del que jamás quiso separarse y en el que siempre vio a Chile como prioridad. Hoy, apareció en su mejor ranking ATP al escalar al lugar 112 del escalafón de profesionales, su mejor posición.
La lucha contra el sobrepeso
Pero no todo ha sido fácil en el camino de Jano. Su carrera ha sido una lucha constante contra situaciones que han amenazado su evolución. En 2016, por ejemplo, el nacido en Canadá tuvo que bajar cerca de 30 kilos, según la orden de su cuerpo técnico. Por ese entonces, con 1,93 metros de estatura, pesaba 100 kilogramos, lo que lo hacía un jugador lento y predecible. Hoy pesa 75 kgs.
Sus ganas por querer ponerse en forma, sin embargo, le pasaron la cuenta. “Con Tabilo empezamos en los Odesur. Él llegó con bastante desconfianza en su tenis y también con una baja de peso importante. Llegó pesando 65 kilos, cuando mide 1,93. Decidimos con todo el cuerpo técnico pararlo casi tres meses hasta la segunda semana de septiembre. Detuvimos el entrenamiento de tenis y lo hicimos engordar y que comiera más. Nos fue bien en ese momento, porque subió ocho kilos en un mes y medio. Y cuando empezó a entrenar de nuevo, para grata sorpresa de nosotros, le fue increíble. Sabemos que juega muy bien”, señalaba Guillermo Gómez, su técnico, en 2018, hace unos años a La Tercera.
“Tenía muy poca masa muscular, necesitaba alimentación y suplementos. Mientras no estuviera con una masa magra aceptable para el alto rendimiento no podíamos dejarlo competir”, complementaba el PF Clavero.
Tabilo narró por qué decidió perder peso: “La verdad es que tuve una molestia lumbar en un torneo en Túnez y al bajar de peso, se pasó el dolor, pero se me pasó la mano. Pero al entrar en la academia Alto Tenis me hicieron una evaluación médica y nutricional y comenzó el proceso”.
En 2020, el tenista chileno vivió otro episodio que puso en riesgo su salud, en la previa a las clasificaciones de Roland Garros. Durante una noche parisina previa a uno de sus encuentros, empezó a sentir un fuerte dolor en la zona abdominal. En ese minuto, su coach, Guillermo Gómez, solicitó la atención del médico del torneo. Denegada, se quejó ante el supervisor, pero tampoco se atendió aquel requerimiento.
En ese minuto, la situación empezó a volverse más complicada hasta que una ambulancia, sin camilla, llevó al deportista al hospital, en el que permanecieron por más de 16 largas horas, sin tener claro qué sucedía. Solo las presiones de Tabilo y de Gómez lograron que las gestiones se agilizaran y se pudo detectar, por fin, la peritonitis. Diez minutos después, el tenista ya estaba en el pabellón para ser operado.
Por ese entonces, Tabilo las emprendió contra la organización, sosteniendo que la preocupación por su salud fue nula y que, literalmente, lo habían dejado botado. Algo que provocó que truncara su ascenso que hasta la fecha solo conocía de alegrías, ya que había superado la qualy del Abierto de Australia, además de ganar un encuentro en el cuadro principal, y había logrado alcanzar la segunda ronda del ATP 250 de Santiago. Incluso, después de la suspensión por la pandemia, había alcanzado dos semifinales de challenger que, por ese entonces, le permitieron subir al puesto 156 del mundo, su mejor ranking en ese minuto.
Pero hoy el zurdo sonríe. Con el título en Ecuador y su final en Córdoba, Tabilo está en el mejor estado de forma de su carrera y, a sus 24 años, sabe que está para grandes cosas. De aquí en más, el chileno oriundo de Toronto sabe que ahora el tenis se convirtió, desde que decidió defender a Chile, en un espacio fértil para conquistar.
Un chileno más
Nacido en Canadá, el hijo de padres chilenos siempre se sintió como uno más del país. Según cuenta el mismo Jano, en los pasillos de su casa en Toronto todo era sobre Chile.
“Cuando vivía en Canadá para mí todo era chileno. Con mi familia hablábamos español. Yo siempre me sentí más chileno. Y cuando se dio la oportunidad de cambiarme fue para el profesionalismo. Ahí me cambié. Todos los juniors jugué por Canadá, pero, apenas tuve la chance, me cambié y me fui a vivir a Chile. De ahí ha sido todo para mejor”, sostiene el tenista.
Tabilo sabía que quería ser tenista. Por ello, desde Canadá se desplazó Estados Unidos para irse a la academia de Nick Bollettieri, en la que estuvo becado por cuatro años y en la que realizó su formación y sus estudios secundarios. Pero la conexión con Chile estuvo latente, siempre.
Y la posibilidad de defender al país de sus amores jamás la dudó. Aunque sí su padre que, entre bromas, lo desafió: si vencía a Nicolás Jarry, hoy 149 del orbe, iban a hacer los trámites para representar al país. El duelo se disputó en un Futuro en Canadá, en 2016.
“Fue en un Futuro en Canadá. Era un torneo de preparación para Nico. Justo salió la oportunidad y yo quería jugar por Chile, desde chico. Mi papá justo me dijo que, si le ganaba, me cambiaba, justo salí con todo y le gané”, narra un feliz Tabilo después de la victoria en semifinales de Córdoba.
Esto, porque tenían un acuerdo previo de que, cuando entrara al top 400, podría hacerlo. Sin embargo, esto no le gustó a Jano, por lo que el compromiso final con su progenitor fue que, para representar a Chile, tenía derrotar a Jarry. Y así fue. Así, el mismo tenista cuenta que desde ese momento todo ha sido para mejor, más cuando decidió moverse definitivamente a Chile. “Empecé a jugar por Chile y desde ahí ha sido un avance grande, más cuando me fui a vivir a Santiago”, sostiene.
Y así lo confirmaba hace años, cuando explicó que en Chile pudo hacer cosas que nunca antes había hecho, como conocer en profundidad Santiago, y pasearse por lugares icónicos de la capital, como La Moneda, el Cerro Santa Lucía y el metro, además de compartir con sus consanguíneos de estas tierras.
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