La U contra sus miedos: el fuerte plan de seguridad que custodiará a los azules en Rancagua

La atribulada Universidad de Chile se enfrenta a un partido decisivo para su historia
La atribulada Universidad de Chile se enfrenta a un partido decisivo para su historia (Foto: Agenciauno)

Los universitarios llegan al duelo frente a Unión La Calera en riesgo de descender. Esa circunstancia genera alarma en el club y en las autoridades. Pese a que el choque en El Teniente se disputará sin público, por la sanción que rige desde la invasión de los hinchas al campo en el duelo frente a Curicó Unido, se tomarán estrictas medidas preventivas. 200 carabineros se encargarán del dispositivo. Habrá controles en la carretera.


Universidad de Chile vive, probablemente, las horas más decisivas de su historia. Lo dice su técnico, Cristián Romero, y lo sienten así también sus miles de hinchas. La cuenta regresiva para el duelo frente a Unión La Calera, que definirá la permanencia de los azules en Primera División, avanza. Para algunos, se hace eterna. Para otros, más rápida que lo esperable. La percepción depende del nivel de urgencia con que se aborde la situación concreta con que la escuadra de Cristián Romero llega al duelo frente a los cementeros: el riesgo de perder la categoría está ahí. A la vista de todos. Pende de una combinación de resultados, es cierto, pero también de la irregularidad que ha mostrado la escuadra estudiantil en todo el torneo. Nadie puede confiarse.

Para los laicos son horas de alta tensión. Lo refleja el ambiente que impera en las redes sociales, donde el apoyo incondicional se mezcla en partes iguales con el reproche abierto por una campaña que está muy lejos de las expectativas iniciales y que tiene al club en posición de repetir el descrédito que sufrió en 1988 (específicamente en enero de 1989), en la única oportunidad en que ha caído a la segunda categoría del fútbol chileno. Y hay que retroceder apenas unas cuantas semanas para encontrar la materialización de esa tirantez: el bochornoso final del duelo frente a Curicó Unido, en el que un grupo de hinchas invadió la cancha y hasta agredió a los volantes Pablo Aránguiz y Thomas Rodríguez, para manifestar su descontento por el rendimiento. Ese choque se jugó en el mismo escenario que el que recibirá el choque ante los caleranos: el estadio El Teniente de Rancagua. La salvedad es que ahora no habrá fanáticos, al menos en el coliseo: la U está cumpliendo las cinco fechas como anfitrión sin público a las que fue condenada por el Tribunal de Disciplina, en virtud de los excesos.

Precaución extrema

Que el partido se juegue sin presencia de hinchas en el estadio no constituye, en absoluto, una garantía de tranquilidad. En esa amalgama de apoyo extremo con impaciencia e impotencia por el crucial momento, ya hubo un grupo de fanáticos que se desplazó hacia El Salvador, incluso a sabiendas de que no podría ingresar al estadio El Cobre para el choque entre los laicos y Cobresal. La lejanía y las dificultades para llegar a la ciudad nortina conspiraron para que el número de seguidores fuese mayor, pero la señal estaba dada.

En Rancagua esas variables disminuyen notoriamente. Casi a cero. La capital de la región de O’Higgins está al alcance de la mano para los hinchas laicos, cuyo principal número reside en la región Metropolitana, por lo que es altamente previsible que un nutrido contingente de aficionados se desplace unos kilómetros hacia el sur, cuando menos para hacerse sentir. En esa última expresión radica la inquietud. ‘Hacerse sentir’ puede ir de la mano con un genuino respaldo, pero también puede transformarse en una forma de amedrentamiento hacia el plantel, como ya ocurrió frente al equipo tortero.

La última acepción moviliza al club , pero también a la policía uniformada, que debe resguardar el orden público en las inmediaciones del recinto deportivo, pero que también deberá dedicarle una especial atención a lo que pueda ocurrir en la ruta que une ambas ciudades. De hecho, uno de los aspectos que demandó tiempo fue la coordinación entre los servicios policiales de ambas regiones involucradas.

“Estamos preparados tanto para un banderazo en el CDA y a su llegada acá, a Rancagua. La hora está un poco por definir, pero será en la tarde del sábado. Habrá despliegue con carabineros territoriales, personal de orden público. Y el domingo, en el estadio. Habrá varios enlaces o sectores. Todo esto empieza el sábado, con distintos servicios, y continua hasta que el equipo se retire del estadio y llegue a Santiago Es un partido sin público, con un aforo de 149 personas, cifra que incluye a las personas involucradas en el partido y a 45 periodistas”, explica el comandante Manzur Abutom, subprefecto de los servicios de la policía uniformada en Rancagua.

El primer objetivo es un desplazamiento fluido de la delegación azul. “Vamos a tener controles en carretera a raíz de lo mismo, para que no intercepten al equipo. Nos interesa que el plantel tenga fluidez en el desplazamiento. No hay prohibiciones extraordinarias que nos permitan devolver hinchas a Santiago, ni siquiera por criterios sanitarios. Habrá un anillo exterior, donde se hará control. No habrá cortes de calle, pero sí controles. Carabineros está desplegado en un número importante, teniendo en consideración lo trascendental del resultado del partido. Está el riesgo del descenso, que sería un tema complejo”, sostiene. 200 efectivos estarán a cargo del operativo.

Thomas Rodríguez es agredido por uno de los hinchas de la U que invadió la cancha de El Teniente
Thomas Rodríguez es agredido por uno de los hinchas de la U que invadió la cancha de El Teniente (Foto: Agenciauno)

En ese escenario, en la U se guardan celosamente los detalles del viaje. Lo único concreto es que el equipo pasará al menos una noche en Rancagua. De hecho, se cancelaron los servicios policiales relativos a una eventual concentración en el hotel de Vitacura que ocupaban habitualmente. Los detalles del viaje se mantienen en estricta reserva, al menos en forma oficial. “Pueden especular lo que quieran”, se limitan a decir en el club. Grupos de hinchas que manejan información más concreta estaban convocando, a través de las redes sociales, a dos actividades con las que pretenden incentivar a los jugadores antes de un encuentro crucial: un ‘banderazo’ previsto para este sábado al mediodía, en el CDA y una manifestación similar en las afueras del hotel Diego de Almagro, en Rancagua, donde el equipo laico esperará el duelo, a las 19 horas.

Como si fuera con público

Ni siquiera la ausencia de hinchas en las gradas disminuirá las precauciones. El dispositivo de seguridad que se aplicará será idéntico al que se desarrolla en un encuentro con público. De hecho, en una medida habitual, pero que se ha debido reforzar de acuerdo a la contingencia, Carabineros dispondrá de un mayor número de efectivo en los alrededores del hotel de concentración del equipo universitario. Desde ese lugar, el bus que transportará a los jugadores saldrá escoltado. Con la policía uniformada se están coordinando otras medidas, como controles en el peaje de Angostura, que marca el límite de ambas regiones. El resto del trayecto también se guarda celosamente.

La U trabaja en la organización del espectáculo en las mismas condiciones que si se pudiera recibir aficionados en las tribunas. En esa línea, por ejemplo, se dispondrá de guardias y de elementos de separación, como vallas papales. La idea es que, en todo momento, los jugadores permanezcan aislados y, sobre todo, seguros frente a la posible irrupción de personas extrañas al encuentro. Esta vez, las preocupaciones no solo radican en las condiciones sanitarias, sino derechamente en lo relacionado con el cuidado de la integridad física de los deportistas.

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