La UC dinamita al fútbol femenino: las versiones cruzadas de la crisis que saca a 15 jugadoras del plantel de la franja
A la llegada del técnico español Ángel Hualde, quien proviene del Emelec de Ecuador y antes dirigió en su país, Cruzados sumará la reestructuración casi completa del plantel. Para esa medida, las explicaciones se dividen. Mientras las apartadas acusan represalias por haber apoyado la huelga del sindicato, desde el club advierten que la decisión va de la mano de la profesionalización de la rama.
Universidad Católica redefine a su rama de fútbol femenino. O la dinamita. El concepto depende de quien explique la drástica determinación que adoptó el club estudiantil, que desvinculó a 15 de las futbolistas que integraban el plantel de honor. En la banca también hubo un cambio: el español Ángel Hualde reemplazó al nacional Ronnie Radonich. En la precordillera fijan el hito como una fuerte señal respecto de la evolución que pretenden para el plantel. Hualde proviene del Emelec, de Ecuador. Antes, trabajó en el Celtic Castilla FC, el Leganés, el Fuenlabrada y en el fútbol venezolano.
Entre las futbolistas apartadas, sin embargo, apuntan que las determinaciones constituyen una represalia por el abierto apoyo que le manifestaron a la huelga que desarrollaron los funcionarios de Cruzados a fines de septiembre, una conducta que distó radicalmente de la que tomaron sus pares de la rama masculina, quienes evitaron adoptar una postura colectiva de apoyo a los trabajadores. Radonich, de hecho, era uno de los trabajadores sindicalizados. Del equipo, 22 jugadoras suscribieron la nota de apoyo que fustiga duramente al club. 15 de ellas fueron desvinculadas. “Católica es y siempre ha sido su gente y esta institución no funciona sin sus trabajadores y trabajadoras”, introduce la misiva que fue entregada en plena época de huelga. Durante esa época, incluso, Cristian Álvarez renunció a su cargo de entrenador de la Sub 12 por las diferencias con la dirigencia de Cruzados. Una vez que se llegó a acuerdo, el ex defensor retornó a su posición.
Luego entra en un detalle más profundo. “La competitividad, pasión, juego limpio e inclusividad no se ven reflejados en la forma que se ha tratado a las y los funcionarios, quienes han tenido que llegar a una huelga para luchar por condiciones que, creemos, son mínimas”, plantean las futbolistas antes de exponer el directo perjuicio que les provocaba la paralización de actividades. Sin embargo, pese a ello, la postura colectiva no varió: “No obstante, hoy nos toca solidarizar con quienes integran el sindicato, personas que tanto nos han entregado a lo largo de nuestro recorrido en la institución. En ese sentido, creemos que lo más consecuente de nuestra parte es respaldarles como siempre nos han respaldado”, añaden.
El otro conflicto
En el plantel de las apartadas, las miradas apuntan a Helaine de Grange, la subgerenta a cargo de la rama. Según esa versión, las divisiones con la actual funcionaria comenzaron en la época en que integraba el equipo y ejercía el rol de capitana durante la temporada 2021. Apuntan que en esa época se produjo un cisma y que al llegar a su actual cargo De Grange protegió a su grupo más cercano, compuesto por siete u ocho jugadoras. “Hubo muchos tratos especiales a estas jugadoras. Desde permisos para faltar durante semanas a entrenar, ayudas económicas, entradas al estadio, etc. Y se notó una gran diferencia entre este grupo y las otras 22 jugadoras con las que no se llevaba bien”, apunta una ex jugadora estudiantil a El Deportivo. Pide reserva de su identidad.
La misma futbolista apunta a De Grange por otros vicios. “Hubo muy poca transparencia, abusos de poder y hasta se inventaron cosas de ciertas jugadoras que no eran reales. Al DT y cuerpo técnico se le trató muy mal, la subgerenta junto con su grupo de jugadoras ‘protegidas’ pasaba siempre por arriba de ellos, incluyendo al área médica”, amplía.
De Grange tiene ahora en sus manos la opción de rescatar a algunas de las futbolistas desvinculadas, mediante la información que le traspase a Hualde, el nuevo técnico. En su rol, puede emitir un informe técnico que le permita al estratega definir si cumplen con el perfil que necesita para su gestión.
La respuesta cruzada
En la UC es De Grange quien asume la defensa de las decisiones y, sobre todo, del proyecto deportivo. “Partiría por decir que es necesario aclarar información que no es real del todo y que se instala como una verdad cuando tiene elementos interpretativos. La única es que hay jugadoras que están saliendo del club, porque incluso ellas estaban estableciendo que no querían seguir y otras que no continuaban por el proyecto”, apunta a El Deportivo.
“El tema de la huelga no tiene incidencia ni injerencia en las decisiones deportivas. Estamos buscando la profesionalización responsable. Somos libres de estar de acuerdo de apoyar, no, de sindicalizarnos o no. Nunca pusimos objeción a eso. Hay jugadoras que se están quedando, que queremos profesionalizar. Eso no tiene nada que ver con decisiones deportivas. A las que no van a continuar les estamos dando sus pases, les avisamos con tiempo. No hay un afán de castigar ni nada, solo de enfocarnos en el proyecto hacia adelante”, puntualiza.
La ejecutiva se concentra, también, en un aspecto que considera esencial: la obligación de cumplir con la ley. “La profesionalización en términos de la nueva ley hace reducir el plantel de 30 a 22, porque el fútbol femenino aún no es capaz de autosustentarse económicamente. En Colo Colo y la U son planteles de 23 jugadoras que se nutren con jugadoras más pequeñas”, sostiene. Y vuelve a enfatizar en el enfoque deportivo. “Las jugadoras que están saliendo están por debajo de lo que esperamos por rendimiento. Hicimos análisis técnico, estadístico, de big data, incluso. Por lo tanto, nos vamos concentrando en las de mejor rendimiento. Estamos eligiendo a las de mayor rendimiento. Hicimos un cambio de entrenador que apunta a mejorar el nivel. Y consideramos el potencial futuro. Son decisiones deportivas, no políticas. Sabemos que los cambios son difíciles. A la UC se le ha criticado mucho por muchas razones. Ahora estamos tomando esas decisiones para competir. Es un proyecto a cinco años. Tenemos que generar un cambio en 2023 respecto de 2022. Es el primer paso”, afirma.
Finalmente, se hace cargo de las consideraciones personales. “Como capitana tuve opositoras y aliadas. No voy a juzgar la opinión respecto de mí. Yo siempre busqué resguardar el ámbito de las jugadoras, del cuerpo técnico y de la institución. Es complejo encontrar cómo convivir. Me criticaban que era más cuerpo técnico o pro club, pero con 40 años tenía el mejor rendimiento y quería alto rendimiento. Probablemente, las detracciones tenían que ver con eso. Muchas veces apoyé o no a jugadoras. Lo mío era resguardar la triada de la que hablo. Luego, cuando dejo de jugar, lo que pongo en el centro es el proyecto”, concluye.
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