La última ofensiva de los talibanes contra las mujeres afganas: les prohíben la entrada a parques de atracciones y gimnasios
Según un portavoz del grupo insurgente, la decisión fue tomada debido a que las personas estaban ignorando las normativas de segregación de género.
Pese a las promesas de moderación cuando se tomaron el poder en agosto del año pasado, las autoridades del régimen talibán ordenaron a los propietarios de todos los parques de atracciones y de gimnasios de Afganistán vetar la entrada a mujeres, sumándose así a una serie de restricciones de género impuestas por los integristas.
El portavoz del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, Mohammad Sadeq Akif Muhayir, indicó que la prohibición se estaba introduciendo porque la gente estaba ignorando las órdenes de segregación de género y que las mujeres no usaban el pañuelo en la cabeza o el hiyab requerido. “Durante los últimos 15 meses, hicimos todo lo posible para organizarlo y resolverlo, e incluso especificamos los días”, dijo el vocero de la policía de la moral de los talibanes a la agencia France Presse.
“En la mayoría de los casos, hemos visto a hombres y mujeres juntos en parques y, lamentablemente, no se observó el hiyab. En algunos lugares, de hecho, debemos decir que en muchos lugares, se violaron las reglas. Así que tuvimos que tomar otra decisión y por ahora ordenamos que todos los parques y gimnasios estén cerrados para las mujeres”, añadió.
En marzo, el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio ordenó a todos los parques de atracciones de la ciudad de Kabul que segregaran al público por género. Los talibanes han prohibido además que las niñas cursen estudios de educación secundaria y superior, así como los viajes de mujeres sin un acompañante masculino. También se les obliga a usar hiyab o burka cuando están fuera de casa. Así, las mujeres han visto considerablemente mermados sus opciones de trabajo fuera del hogar.
Los equipos talibanes comenzarán a monitorear los establecimientos para verificar si las mujeres todavía los usan, afirmó el portavoz.
La activista feminista afgana Munesa Mubarez ha acusado a los talibanes de utilizar a las mujeres como herramienta para lograr crédito político. “Estas restricciones son como secuestrar a alguien y no cabe un enfoque religioso ni humanitario”, declaró a la agencia DPA.
La noticia fue recibida con consternación por las mujeres y los operadores de parques de atracciones, quienes han invertido mucho en el desarrollo de las instalaciones.
“No hay escuelas, no hay trabajo… al menos deberíamos tener un lugar para divertirnos”, afirmó una mujer, que pidió ser identificada solo como Wahida, mientras observaba a sus hijos jugar en un parque a través de la ventana de un restaurante contiguo. “Estamos aburridas y hartas de estar en casa todo el día, nuestras mentes están cansadas”, comentó a France Presse.
En la mesa de al lado, Raihana, de 21 años, que estudia derecho islámico en la universidad, compartió su decepción después de llegar al parque para pasar el día con sus hermanas. “Estábamos muy emocionadas… estamos cansadas de quedarnos en casa”, dijo. “Obviamente, en el Islam está permitido salir y visitar parques. Cuando no tienes libertad en tu propio país, ¿qué significa vivir aquí?”, añadió.
A unas pocos kilómetros de distancia, indicó el diario The Guardian, la rueda de la fortuna y la mayoría de los otros juegos en el Parque Zazai, que ofrece una vista espectacular de Kabul, se detuvieron repentinamente debido a la falta de negocios.
Antes de la prohibición de esta semana, podía albergar a cientos de visitantes en los días en que las mujeres traían a sus hijos a las reuniones familiares. Los viernes y días festivos, aún más personas acudían en masa al parque, una de las pocas atracciones de la capital afgana.
El miércoles, solo un puñado de hombres deambulaba con indiferencia por el complejo, indicó el periódico británico. Habib Jan Zazai, co-desarrollador del complejo, teme tener que cerrar un negocio en el que ha invertido US$ 11 millones y que emplea a más de 250 personas. “Sin mujeres, los niños no vendrán solos”, comentó.
“Hacemos un llamado a los talibanes para que restablezcan todos los derechos y libertades de las mujeres y las niñas”.
Alison Davidian, representante de ONU Mujeres en Afganistán.
En el caso de los gimnasios, una entrenadora personal dijo a The Associated Press que las mujeres y los hombres no hacían ejercicio ni entrenaban juntos antes en el gimnasio de Kabul donde ella trabaja. “Los talibanes están mintiendo”, insistió, hablando bajo condición de anonimato, por temor a represalias. “Estábamos entrenando por separado”.
El jueves, dijo que dos hombres que decían ser del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio entraron a su gimnasio e hicieron que todas las mujeres se fueran. “Las mujeres querían protestar por el cierre de los gimnasios, pero llegaron los talibanes y las arrestaron”, agregó. “Ahora no sabemos si están vivas o muertas”.
El portavoz del jefe de policía de Kabul designado por los talibanes, Khalid Zadran, dijo que no tenía información inmediata sobre mujeres que protestaban por el cierre de gimnasios o arrestos.
La representante de ONU Mujeres en Afganistán, Alison Davidian, condenó la prohibición en conversación con The Associated Press. “Este es otro ejemplo más del continuo y sistemático borrado de las mujeres de la vida pública por parte de los talibanes”, dijo.
La activista por los derechos de las mujeres con sede en Kabul, Sodaba Nazhand, comentó a la misma agencia que las prohibiciones en los gimnasios, los parques, el trabajo y la escuela dejarían a muchas mujeres preguntándose qué les queda en Afganistán. “No es solo una restricción para las mujeres, sino también para los niños”, dijo. “Los niños van a un parque con sus mamás, ahora también se impide que los niños vayan al parque. Es tan triste e injusto”.
La línea dura parece dominar la administración liderada por los talibanes, que lucha por gobernar y permanece aislada internacionalmente, señaló la agencia de noticias. Una recesión económica ha llevado a millones de afganos más a la pobreza y el hambre a medida que el flujo de ayuda exterior se ha reducido a un goteo.
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