Las burlas le rebotan en la cara: Argentina revive sus fantasmas con un Messi ahogado por la presión en la vergüenza frente a Arabia Saudita
La selección capitaneada por Lionel Messi perdió su invicto de 36 partidos y queda muy complicada de cara a los encuentros venideros en el Mundial. El tropiezo rememora los peores momentos de la Albiceleste.
La decepción es total en Argentina. Lionel Messi se ve apesadumbrado. Sorprendido, como todos, pero más golpeado que nadie. El juez acaba de pitar el final y la mirada del astro se pierde. Su figura resalta, por su condición de ídolo, entre los festejos saudíes. Las cámaras captan cómo los verdes, que acaban de dar un batacazo histórico en los Mundiales, se abrazan. Y ahí, entremedio, figura el rosarino, cabizbajo.
Las burlas parecen devolverse, como un boomerang. Esas mismas provocaciones en las que cayó la prensa transandina, que no perdió oportunidad de relucir el favoritismo con el que llegaban a Qatar. Y con las que también aprovechó de burlarse de Chile, uno de los países que quedó fuera del Mundial. “En Doha comienzan a verse los transportes de los países. Nos cruzamos con el de Australia, el del local y, por último, EL DE CHILE”, escribieron desde TyC Sports mientras se podía ver una parte de la ciudad absolutamente vacía. Algo que ya habían hecho, hace unos días atrás, cuando mostraban los buses que usarán los distintos países que clasificaron a la cita planetaria y en el caso de la Roja no se podía observar nada.
Argentina llegaba a la Copa del Mundo como favorita. Una condición que siempre ostenta, pero esta vez con argumentos sólidos. Son los vigentes campeones de América. Arrastraban un invicto de 36 partidos. El grupo se veía afianzado y el técnico Lionel Scaloni parecía tener las cosas claras. Además, la Pulga viene de una mitad de curso excepcional con el PSG, con estadísticas más que positivas. Este martes disputaba el primer partido de su quinto Mundial. Una marca inédita, al convertirse en el primer sudamericano en jugar a cinco citas planetarias.
El encuentro ante Arabia Saudita, disputado en el Estadio Icónico de Lusail, iniciaba con un contexto favorable para los transandinos. Antes de los 10 minutos, el rosarino abría la cuenta. Un suave agarrón sobre Leandro Paredes fue cobrado como penal y Messi cambió la pena por gol. Un tanto que ilusionaba, y tranquilizaba, a un país.
A diferencia de lo sucedido hace cuatro años y medio, en Rusia, cuando el atacante, en ese momento del Barcelona, erraba un penal en el debut ante Islandia, esta vez se vio seguro y convirtió con solvencia. Un tiro despacio, pero que engañó por completo al golero Mohammed Al Owais. Con el 1-0, Messi se convertía, también, en el quinto futbolista que anota en cuatro Copas del Mundo, algo que habían logrado Pelé, Uwe Seeler, Miroslav Klose y Cristiano Ronaldo.
Pero todo se derrumbaría en cosa de minutos. Y se veía venir. Porque, más allá de contar con ocasiones de gol en el primer tiempo y sufrir la anulación de tres conquistas por fuera de juego, los de Scaloni estaban incómodos en el campo. No exhibían el juego que los llevó a consagrarse como monarcas continentales.
Todas las dudas que generó la fracción inicial fueron desnudadas en el complemento. En cuatro minutos, siendo exactos. Porque corrían 49′ cuando Saleh Al-Shehri anotó el empate y 53′ al momento en que Salem Al-Dawsari puso arriba a los saudíes. Quedaba media hora, pero Argentina estaba borrada. Los centros eran su único recurso para buscar el empate que no llegaría.
Para la posteridad se suma la imagen de Ali Al-Boleahi encarando a Messi tras el 2-1. El zaguero se acercó al delantero, le golpeó la espalda y le dijo algo mientras se golpeaba el pecho. El argentino miraba sorprendido. No le dijo nada, pero refleja la actitud impresa por Arabia Saudita en la cancha. Quizás solo quería asegurarse el intercambio de camiseta con el astro, al final del partido.
El panorama para los de Messi
Hace 24 horas, del otro lado de la cordillera reinaba el exitismo. Se hablaba de las coincidencias que habían entre este año y 1986, la última vez que la Albiceleste levantó la Copa del Mundo. También era normal encontrar, sobre todo en las redes, burlas hacia algunos rivales, como Chile, por no clasificar al certamen, o Brasil, por vencerlos en la última cita continental.
Hoy cambia todo. Incluso, los cálculos, porque si en la previa se pensaba que el rival en octavos de final para Argentina sería el segundo del grupo D, ahora temen, incluso, no avanzar. Es algo lógico. A priori, Arabia Saudita era el rival más débil del grupo. Las dos jornadas restantes para los de Scaloni son ante Polonia y México. El próximo encuentro es ante el elenco de un viejo conocido: Gerardo Martino.
Vuelven los fantasmas. La mochila se hace pesada, de nuevo. Hace un año y medio, Lionel Messi se sacaba un peso de la espalda. La Copa América le alivianaba la carga y lo que venía se miraba con optimismo. Pero una histórica caída los complica en el torneo de los mejores. Porque no es exagerado aseverar que la victoria de los dirigidos por Herve Renard es uno de los batacazos más inesperados en las 22 ediciones de la Copa del Mundo.
Desde lo numérico, el rendimiento del capitán argentino no fue malo. Fue el jugador transandino que más ocasiones generó, con tres. Se equivocó poco en las entregas y tuvo una alta eficacia en los regates. Sin embargo, se esperaba más de su figura. En su quinto Mundial y es el líder de un grupo que tiene a 19 debutantes en este tipo de torneos.
De los 26 convocados, además de Messi, solo Ángel Di María (2010, 2014 y 2018), Nicolás Otamendi (2010 y 2018), Franco Armani (2018), Paulo Dybala (2018), Marcos Acuña (2018) y Nicolás Tagliafico (2018) tienen experiencia mundialista. La falta de experiencia pasa la cuenta en Argentina.
La ausencia de ideas por parte de su referente golpeó en el segundo tiempo. Bien bloqueado por los saudíes, Messi solo pudo quedar de cara al pórtico una vez en el complemento. Fue con un cabezazo, bien contenido por el guardameta, que, dicho sea de paso, fue una de las buenas figuras de la jornada.
Luego de la caída, fue el multicampeón con Barcelona, precisamente, quien dio la cara, además de Lautaro Martínez y Scaloni. “Este es un grupo que se destaca por la unión. Es el momento de demostrar que somos fuertes de verdad. Es un golpe muy duro para la gente y para nosotros, pero que confíen”, fue lo que dijo el portador de la jineta.
“Hace mucho que este grupo no pasaba por una situación así. Tenemos que estar más unidos que nunca para salir, quedan dos partidos, hay que preparar lo que viene y pensar en nosotros”, agregaba.
Más allá de las palabras, el tropiezo rememora otros sorpresivos resultados de Argentina en los Mundiales. Por ejemplo, el debut ante Bélgica en 1982, cuando llegaban como monarcas vigentes. Situación que se repitió en 1990, cuando los de Carlos Salvador Bilardo cayeron ante Camerún. Junto a las dos mencionadas, en otras tres ocasiones la Albiceleste sucumbió en el primer cotejo: en Italia 1934, ante Suecia por 3-2; en Suecia 1958, por 3-1 frente a Alemania Federal; y en 1974, versus Polonia. A aquellas se les suma la sorpresa de este martes.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.