Las claves tras los resultados de las elecciones en Alemania: desgaste de los partidos populares y alza de los extremos

Day after the general election in Germany
El candidato conservador alemán a canciller y líder del partido Unión Cristianodemócrata (CDU), Friedrich Merz, durante una rueda de prensa tras las elecciones generales en Berlín, Alemania, el 24 de febrero de 2025. Foto: REUTERS.

Tras las elecciones del domingo, algunos análisis en la prensa internacional para explicar la caída de los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz apuntan a una mala gestión económica, así como un desencanto con los partidos tradicionales. De hecho, los extremos del arco político crecieron hasta casi duplicar sus asientos parlamentarios en comparación a 2021.


Con una participación histórica, nada menos que la más alta desde la reunificación, Alemania sacudió el panorama político europeo con la victoria del bloque conservador CDU/CSU. Y si bien el cargo de canciller quedará en manos de Friedrich Merz, de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), dos de los mayores remezones de la jornada dominical fueron la histórica alza de la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD), así como la caída en picada de Partido Socialdemócrata SPD, del actual jefe de Estado, Olaf Scholz. El salto al tercer lugar del Partido Socialdemócrata de Alemania se convirtió en su peor derrota desde 1887, al conseguir un exiguo 16,4% de los votos totales.

Con el fracaso de los liberales de FPD (4,3%) y el partido “conservador de izquierda” de Sahra Wagenknecht, BSW (4,97%), el panorama futuro quedó abierto a negociaciones. Ambas agrupaciones no superaron el umbral del 5% necesario para ingresar en el Bundestag, el Parlamento Federal, por lo que los partidos más grandes absorbieron los escaños. Los populistas de izquierda quedaron a 0,03 puntos de ingresar al Congreso.

La gran incógnita que se abre es si Merz, que ya ha rechazado pactar con la extrema derecha, mirará hacia la centroizquierda de SPD y Scholz para formar una gran coalición bipartidista. A continuación, las claves para entender lo ocurrido el domingo en las elecciones alemanas.

Declive de los “partidos populares”

Si se habla de política en Alemania, es imposible no pensar en los dos grandes bloques que han moldeado a la nación europea. Se trata de SPD y CDU, los llamados “partidos populares”, y son quienes desde 1949 han dominado la vida pública de la mayor economía del continente.

El primero, de corte socialdemócrata, es el partido tradicional de centroizquierda que lideró al país bajo la mano del saliente canciller Olaf Scholz. CDU, en tanto, es el principal partido conservador de Alemania, así como la tienda de la excanciller Angela Merkel. Hoy, este último regresa al poder tras conseguir el 28,5% de los votos, traducidos en 208 curules, y ser la primera mayoría nacional. Sin embargo, aunque a primera vista las noticias son favorables para el partido, requieren un análisis más detallado, ya que se trata de su segundo peor resultado histórico. Es más, es una cifra que está solo a cuatro puntos de su peor resultado histórico, en 2021, se quedaron con el 24,1% de la votación total y 197 asientos en el Parlamento. Si bien CDU se alió a su partido hermano bávaro, la CSU, no les alcanzó para llegar al 30% que aspiraban previo a las elecciones, señaló el periódico Financial Times (FT).

General election in Germany
El canciller alemán, Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata (SPD), vota durante las elecciones generales de 2025, en Potsdam, Alemania, el 23 de febrero de 2025. Foto: REUTERS.

El alicaído partido socialdemócrata, en tanto, tuvo un declive aun peor. Desde 1887, es decir, doce años después de su fundación, que no obtenían el 16,4% de este domingo. Entre las principales razones, coincide la prensa internacional, está la incapacidad de la coalición de Scholz con los Verdes y FPD de levantar la economía alemana. Junto a ello, la creciente molestia por una tanda de atentados terroristas y apuñalamientos perpetrados por extranjeros pusieron la discusión sobre la migración en el centro de la campaña recién terminada.

“La economía no crece desde hace cinco años y algunos sectores manufactureros están en caída libre. Tras una serie de atentados terroristas y apuñalamientos indiscriminados a manos de extranjeros, la opinión pública reclama medidas drásticas en materia de inmigración y seguridad interior”, aseguró el periódico británico The Times.

En tanto, FT argumentó que “el gobierno de Scholz ha presidido el estancamiento de la economía tras la invasión rusa de Ucrania, que terminó en noviembre en una disputa presupuestaria”.

Similar a lo que ocurre con los demócratas en Estados Unidos, el núcleo de sus votantes se reduce actualmente a las grandes ciudades.

Nuevos votantes a AfD

Con una participación del 82,5%, la más alta desde la reunificación de Alemania Oriental y Occidental, el mayor beneficiado fue Alternativa para Alemania (AfD en alemán, por su nombre Alternative für Deutschland). Su salto desde el resultado de 2021 fue inmenso. Pasaron desde el quinto lugar, con 39 escaños, al segundo lugar nacional gracias a 152 asientos parlamentarios.

Según un sondeo a boca de urna de Infratest Dimap para la cadena ARD, el recuento posterior reveló que el 40% de los 4,4 millones de votantes que se sumaron a AfD respecto a 2021 eran ciudadanos que no votaron en los comicios de hace cuatro años.

The day after the general election in Germany
Los colíderes del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) Alice Weidel y Tino Chrupalla asisten a una rueda de prensa tras las elecciones generales alemanas en Berlín, Alemania, el 24 de febrero de 2025. Foto: REUTERS.

Al comparar el mapa de las Alemania separadas durante la Guerra Fría con los resultados electorales del domingo, se puede ver de manera gráfica la división de apoyos. La mayoría de la antigua Alemania Occidental se tiñe del negro de CDU, mientras que casi toda la zona que antes comandaba la Alemania Oriental es del azul de AfD.

Otro dato importante: el partido de extrema derecha liderado por Alice Weidel vio un crecimiento en los votos en todas y cada una de las circunscripciones de Alemania, pero ese factor fue particularmente mayor en las regiones más pobres, consignó FT. En cambio, los socialdemócratas vivieron la situación al revés, con decrecimientos en todas las regiones. Un sondeo citado por The Times, en tanto, reveló que el mayor foco de votantes de AfD estuvo en la franja de entre los 25 y los 34 años.

La “Gran Coalición”

Con miras al futuro, una de las grandes interrogantes es qué hará la Unión Demócrata Cristiana de Friedrich Merz para lograr gobernabilidad. Con sus 208 asientos en el Bundestag no le basta para controlar el país en solitario, ya que requiere de 316 curules para lograr el control de la cámara.

Por eso necesitará negociar para lograr una mayoría. “Me reuniré con el mayor respeto y sé que no será fácil”, reconoció Merz poco después del cierre de los locales de votación. Su predecesor, Olaf Scholz, ya vivió el gobernar con una coalición díscola. El colapso ocurrido en noviembre pasado -y que terminó gatillando las elecciones actuales- se dio luego de que el canciller despidiera a Christian Lindner, entonces ministro de Finanzas y parte de los liberales de FDP. El domingo, el pequeño pero influyente partido “pro empresas”se desplomó al pasar de 92 asientos y un 11,5% de los votos, en 2021, a menos de un 5% en 2025 y, por tanto, quedarse sin representación parlamentaria.

Con los liberales y BSW, el partido “conservador de izquierda” de Sahra Wagenknecht, fuera de carrera, los aliados posibles de CDU se reducen a AfD, por la derecha de ellos, y SPD y los Verdes, por su izquierda inmediata. En teoría, también está Die Linke (en español, La Izquierda), quien logró importantes avances electorales, especialmente entre los votantes jóvenes de entre 18 y 24 años, pero la derecha descartó negociar con ellos. Dato no menor al respecto: casi la mitad de la población joven de Alemania se decantó o por la extrema derecha o por la extrema izquierda, señalan los sondeos a boca de urna. Ello queda reflejado en que Die Linke también creció, pasando de los 39 parlamentarios en 2021 a 64 en 2025.

Angela Merkel, excanciller alemana, llega a la Paul Loebe Haus para la elección del presidente federal por la Asamblea Federal en Berlín, Alemania, el domingo 13 de febrero de 2022. Archivo.

De vuelta con las negociaciones, si CDU se sentara a hablar con AfD, llegaría sin problemas a una mayoría de 360 parlamentarios. Pero, al igual que con La Izquierda, esa posibilidad se ve lejana ya que el propio Friedrich Merz ha prometido nunca aliarse con el partido que apoyó recientemente Elon Musk, el magnate estadounidense que liderará la desregulación económica en el gobierno de Donald Trump. El continuo coqueteo de la tienda liderada por Alice Weidel con eslóganes nazis y el desprecio de algunos de sus miembros con el Holocausto han sido barreras ideológicas que la derecha se ha negado a aceptar, señaló el New York Times.

Con ello, las posibilidades son el retorno de la “Gran Coalición” entre los dos partidos políticos históricos de Alemania. De unirse CDU con SPD, superaría el umbral de 316 curules por un ligero margen de 12 asientos. En cambio, si añadieran a los aliados Verdes de los socialdemócratas, tendrían más espacio de negociación, puesto que la suma llegaría a los 413.

Una unión entre los dos “partidos populares” sería retornar a la combinación bipartidista que ha gobernado durante gran parte de este siglo, cuyo máximo exponente fue el gobierno de Angela Merkel.

De todos modos existen vínculos programáticos entre CDU y AfD, especialmente respecto a la inmigración ilegal que, según Merz, hay que “detener”. Entre sus propuestas está el que los deportados sean detenidos por tiempo indefinido y quienes entren bajo la figura de la “protección subsidiaria” -una figura similar, pero más débil que el de refugiado- no podrán ingresar a los miembros de su familia.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.