Las dos almas del PC: cómo la agenda de seguridad y Jadue expusieron una disimulada fisura interna

Bancada de Diputados PC

A pesar de la satisfacción por haber logrado por primera vez en su historia la presidencia de la Cámara, la alegría duró poco. La presión para sacar los proyectos contra la delincuencia y otros episodios como el proceso interno de renovación de directiva y la situación judicial del alcalde han reabierto tensiones y diferencias en la bancada comunista. A ello se le ha sumado la renuncia de dos legisladoras al comité por motivos personales.


El viernes en la noche, al culminar la semana en que el Congreso legisló un paquete de proyectos de la agenda de seguridad “a matacaballo” -según decían algunos parlamentarios-, cuatro diputadas y un diputado de la bancada del Partido Comunista salieron a hacer una declaración pública en el hall de la Cámara

En esos instantes, la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), había llevado una torta a las oficinas de la Secretaría General de la Presidencia, ubicada a un costado de la sala, para celebrar al diputado Boris Barrera (PC), quien estaba de cumpleaños ese mismo viernes.

Sin embargo, este grupo de comunistas, integrado por Carmen Hertz, Lorena Pizarro, María Candelaria Acevedo, Nathalie Castillo y Matías Ramírez, se excusó de participar del festejo. Aparentemente, no había ambiente para cantar el “cumpleaños feliz”.

El hecho abrió inmediatamente interpretaciones. Algunos entendieron que el ala más dura del partido no estaba dispuesta a aparecer en una celebración al lado de Tohá, producto de la presión que al final le imprimió el gobierno para sacar los proyectos de seguridad. Sin embargo, esa versión es descartada por los propios miembros de este grupo más disidente, que políticamente siempre ha sido más cercano al alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC).

Esta facción estimó que no era prudente ser vistos festejando públicamente, en momentos en que la misma discusión legislativa no había dejado muchas cosas que celebrar.

De hecho, los cinco legisladores comunistas estaban molestos por la forma como había salido el proyecto sobre Reglas de Uso de la Fuerza, que fija criterios y protocolos para el uso de armamento por parte de militares y policías, por ejemplo, para repeler una agresión o en un contexto de manifestaciones.

A pesar de que los reparos de este grupo eran compartidos por el resto de la bancada, donde no hubo divergencias en las votaciones, la sutil diferencia estaba en el énfasis a la hora de tramitar y fundamentar en estas iniciativas sobre seguridad.

“Somos integrantes del movimiento de DD.HH. y del movimiento social... En tal virtud, queremos señalar nuestra profunda preocupación y decepción, porque el corazón de este proyecto de Reglas de Uso de la Fuerza... ha sido desnaturalizado... La derecha se ha opuesto a que el personal y de las FF.AA. no dispare a la parte superior del cuerpo de las personas, incluso, en manifestaciones”, dijo la diputada Hertz, viuda de víctima de la dictadura, en el punto de prensa en “El Pensador”, acompañada por sus pares Pizarro, Acevedo, Castillo y Ramírez.

“Aquí se legitiman la represión, el crimen y la tortura”, dijo, a su turno, Pizarro, hija y nuera de detenidos desaparecidos.

La conferencia era observada a un par de metros de distancia, detrás de las cámaras de TV, por el jefe de bancada del PC, el diputado Luis Cuello, y su par Alejandra Placencia, quien es subjefa del mismo comité.

El episodio dejaba traslucir una fisura, con ramificaciones probablemente más profundas, que los comunistas han tratado de disimular apegándose a la tradicional disciplina partidaria.

Por un lado, un grupo de la bancada abogaba por asumir sin complejos la agenda de seguridad con el fin de derribar los prejuicios y caricaturas que -a juicio de ellos- ha construido la derecha respecto de los comunistas. Una muestra de ello fueron las gestiones personales que desplegaron la presidenta de la Cámara, Karol Cariola (PC), y la misma diputada Placencia (PC), integrante de la Comisión de Seguridad, para destrabar los bloqueos legislativos que habían puesto tanto legisladores oficialistas como de oposición la semana pasada.

Sin embargo, la otra facción del comité propugnaba que estos proyectos no descuidaran el respeto de los derechos humanos. Para ello, sostenían que era importante dejar clara esa prioridad y denunciar con firmeza los “retrocesos” que -a juicio de ellos- la oposición buscaba legislar.

“Tenemos una sola visión. Vamos a votar todo lo que tenga que ver con agenda de seguridad que vaya en beneficio de los ciudadanos y ciudadanas”, dice la diputada Acevedo (PC), quien, sin embargo, explica que “algunas diferencias o matices tienen que ver con el respeto irrestricto de los DD.HH. que tiene que ir en los proyectos de seguridad”.

“Puede que haya énfasis distintos en el sentido que nosotros que sufrimos la violencia de la dictadura civil-militar, tal vez somos más sensibles a eso. No digo que ellos (los otros diputados comunistas) no lo sean, pero tal vez la sensibilidad nuestra es mucho más profunda. Pero, en general, todos estamos de acuerdo en legislar la agenda de seguridad. Ahora cómo hay que legislar, eso es algo que hay que ver, porque no podemos legislar en caliente y de manera apresurada”, añade Acevedo, quien fue prisionera política en dictadura.

El diputado Ramírez (PC) expresó que, como en todo grupo político, hay “discusiones” internas que se dan “en reserva, con las distintas posiciones que uno pueda tener”. Sin embargo, releva que, en general, en las temáticas de seguridad la bancada ha tenido “votaciones casi unánimes”, por ejemplo, en proyectos como las RUF, la norma contra las usurpaciones y la Ley Nain Retamal.

“No hay una diferencia. En el fondo lo que planteamos como bancada es hacernos cargo del problema de seguridad pública. Es un problema real que afecta sobre todo a los sectores populares, a la clase trabajadora y nuestra preocupación es que la agenda de seguridad no sea una excusa o una herramienta de sectores conservadores y ultraconservadores para establecer retrocesos democráticos”, señala, por su parte, el diputado Cuello (PC).

En todo caso, esta disimulada y sutil línea que demarca las dos almas de la bancada PC sí se ha evidenciado a la hora de votar las renovaciones de los estados de excepción.

Por ejemplo, en las prórrogas para mantener la presencia de las FF.AA. en el sur, los diputados Cuello, Placencia, Barrera, Cariola y Daniela Serrano suelen abstenerse.

Por otro lado, Pizarro, Acevedo, Ramírez, Castillo y Hertz sistemáticamente han rechazado estas prórrogas.

La facción de Jadue

Aunque estos matices no son nuevos y se vienen evidenciando desde inicios del gobierno de Gabriel Boric, la elección de Karol Cariola, el pasado 15 de abril, sirvió para generar un momento de cohesión interna. De hecho, al conocer el resultado de la votación que le daba a Cariola la victoria, Pizarro y Hertz, además de Marisela Santibáñez (ex-PC), reaccionaron con una visible alegría y fueron las primeras en abrazar a la nueva titular de la corporación.

No obstante, a pesar de la satisfacción que había entre los comunistas por haber logrado por primera vez en su historia la presidencia de una de las ramas del Congreso, la alegría duró poco. La situación judicial del alcalde Jadue volvió a tensionar el clima interno del comité.

En el pasado, el jefe comunal había logrado articular un grupo parlamentario más afín con el que se reunía habitualmente los jueves en su oficina municipal en Recoleta. Ramírez y Castillo, junto a las diputadas Santibáñez (ex-PC) y Ana María Gazmuri (Acción Humanista) fueron parte de esas reuniones.

Con el tiempo Santibáñez y Gazmuri se han ido alejando, pero el alcalde también ha estrechado lazos con las diputadas Acevedo y Hertz, a pesar de que con esta última legisladora ha tenido públicas diferencias por el conflicto palestino-israelí.

Una muestra de ello es que cuando la Fiscalía confirmó la formalización del jefe comunal, Pizarro, Castillo, Ramírez y Acevedo lo visitaron para darle un respaldo político

“En Recoleta estuvimos con el alcalde @danieljaduejadue entregando nuestro apoyo y respaldo a su trabajo que ha transformado la calidad de vida de miles de vecinas y vecinos en todo Chile con ideas populares para el buen vivir”, escribió en su cuenta de Instagram la diputada Castillo.

Hertz, por su parte, también visitó a Jadue días después para expresarle su solidaridad.

Esas muestras de apoyo también se manifestaron por este mismo grupo de diputadas y diputados cuando a Jadue se le prohibió salir del país.

Entonces, Cariola ya había asumido la presidencia de la Cámara. Sin embargo, al ser consultada por la misma declaración que hizo el PC en apoyo a Jadue, Cariola optó por la cautela, argumentando que al ser representante de una institución le correspondía ser respetuosa de la autonomía de otras entidades del Estado.

Singular elección interna

Todos estos episodios se suman a la tirantez que genera el proceso interno de renovación de directiva del PC.

A diferencia de otras colectividades, en las que existe un período de campaña electoral explícita para elegir a sus autoridades partidarias, los comunistas viven el proceso eleccionario al revés, con un mecanismo de deliberaciones más subterráneo.

El primer paso es convocar un congreso nacional del partido, medida que ya se adoptó el 13 abril pasado. Esta convocatoria implica que durante meses las bases y las directivas territoriales discutirán en sus respectivas asambleas cuáles serán las líneas programáticas del partido para los próximos años. En esta fase se comienza a sondear quiénes serán los rostros del futuro período.

Debido a estas deliberaciones se produce una soterrada competencia de nombres y grupos, que para otras tiendas políticas sería la campaña electoral propiamente tal.

Una vez que los comunistas resuelven su línea programática y quiénes deberían liderar la colectividad, tarea que perfectamente podría recaer en la misma directiva que hoy encabezan Lautaro Carmona y Bárbara Figueroa, se convocaría a elecciones internas, con una modalidad indirecta y con una plantilla ya cerrada. La militancia, en la práctica, solo termina ratificando lo que se acordó en los distintos estamentos partidarios en la fase de deliberaciones.

Esta etapa del singular proceso eleccionario comunista inevitablemente también incide en la convivencia de la bancada.

Este clima interno también se ha visto alterado por las renuncias de las diputadas Santibáñez y Carolina Tello, quienes tomaron la decisión de salir del partido y de la bancada por disputas personales con otros dirigentes comunistas.

Tello abandonó la colectividad y fichó en el grupo del Frente Amplio debido a diferencias con el senador Daniel Núñez (PC), que también es representante de la Región de Coquimbo.

Santibáñez había renunciado al partido el año pasado, por la decisión de Cuello de reemplazarla en la Comisión de Deportes, con el fin de proteger la presidencia de Erika Olivera (Demócratas). Entonces se suponía que Olivera iba a apoyar a Cariola en su postulación a la testera de la Cámara, lo que finalmente no ocurrió.

A pesar de su renuncia al partido, Santibáñez se mantuvo en la bancada, pero la semana pasada ya comunicó su salida del comité por sentirse marginada de las designaciones internas y de la difusión en redes sociales del PC.

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