Las graves acusaciones que complican al Papa emérito Benedicto XVI a sus 94 años
Además de un informe publicado hoy que lo acusa de inacción ante cuatro casos de abusos sexuales cuando era arzobispo de Munich, Joseph Ratzinger es responsabilizado de haber conocido un dossier con una lista de presuntas víctimas de la orden religiosa de los Legionarios de Cristo cuando era el jefe de la Congregación de la Doctrina de la Fe.
A casi nueve años de que, en una decisión excepcional en la historia de la Iglesia Católica, renunciara al papado asumiendo el título de Papa emérito, Benedicto XVI, a sus 94 años, sigue haciendo noticia. Un informe sobre los presuntos abusos sexuales en la arquidiócesis alemana de Munich difundido hoy atribuye al entonces arzobispo Joseph Ratzinger no haber actuado al menos en cuatro casos conocidos ocurridos bajo su jerarquía. A ello se suman las recientes acusaciones de haber recibido información sobre abusos a menores en la orden religiosa de los Legionarios de Cristo cuando era un alto funcionario del Vaticano. En ambos casos, el sucesor de Juan Pablo II ha rebatido “contundentemente” los cargos en su contra.
El cardenal Joseph Ratzinger no tomó ninguna medida contra cuatro eclesiásticos sospechosos de abusos de menores en la arquidiócesis de Munich y Freising que dirigía entre 1977 y 1982, antes de convertirse en prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antiguo Santo Oficio) en el Vaticano, afirmaron los abogados del gabinete Westpfahl Spilker Wastl (WSW) en el informe elaborado en nombre de la propia arquidiócesis que encabeza el cardenal Reinhard Marx, una de las figuras más importantes de la Iglesia alemana, miembro del Consejo de Cardenales que asesora al Papa y coordinador del Consejo para la Economía de la Santa Sede.
En dos de los casos atribuidos al período en que Ratzinger estuvo al frente de esa arquidiócesis, los abusos fueron presuntamente cometidos por dos clérigos que prestaban asistencia espiritual y contra los cuales no se actuó en absoluto. Los responsables del informe consideran “poco creíble” la reacción del ahora Papa emérito rechazando esas inculpaciones y sostienen, en cambio, que por parte de Ratzinger no hubo “ningún interés reconocible” en actuar frente a ellos, declaró el abogado Martin Pusch.
Asimismo, los investigadores se muestran convencidos de que Ratzinger tuvo conocimiento del caso del párroco identificado como Peter Hullermann, quien en 1980 fue trasladado del obispado de Essen al de Munich tras haber sido acusado de pedófilo y que en su nuevo destino siguió cometiendo abusos. Los abogados consideran “poco creíble” la afirmación de Ratzinger de que no estuvo presente en la reunión en la que se decidió ese traslado.
Este vicario de Renania del Norte-Westfalia fue acusado en 1980 de graves abusos sexuales a menores. Las autoridades eclesiásticas lo trasladaron a Baviera, donde, a pesar de la terapia psiquiátrica, continuó con los abusos. En 2010 finalmente se vio obligado a jubilarse. Ratzinger negó conocer el pasado de este cura, cuyo caso causó gran revuelo en 2010, precisamente durante su pontificado.
“Él fue informado sobre los hechos”, dijo Pusch en alusión a Ratzinger. Al respecto, el diario italiano Corriere della Sera destacó que “es natural que, tratándose del Papa emérito, Benedicto estuviera al centro del informe y de las polémicas”.
Lo cierto es que ya a principios de enero, cuando salió un artículo del semanario alemán Die Zeit que anticipó el informe y también acusó al Papa emérito alemán de haber encubierto a un sacerdote, su secretario privado, el arzobispo Georg Gänswein, desmintió esto categóricamente en un correo a ese medio. Ratzinger incluso presentó una memoria defensiva de 82 páginas en la que negó las acusaciones.
Pero una vez publicado el informe, aseguró hoy Gänswein, Benedicto XVI “manifiesta su conmoción y vergüenza por los abusos a menores cometidos por clérigos, y expresa su cercanía personal y su oración a todas las víctimas”. El religioso precisó que el Papa emérito “no ha leído aún el informe de 1.000 páginas” que lo involucra. “En los próximos días examinará el texto con la atención necesaria”, informó.
Según Elisabetta Piqué, corresponsal en el Vaticano del diario argentino La Nación, las acusaciones a Benedicto XVI por mal manejo de casos de abusos ya habían aparecido durante su pontificado, que comenzó en 2005, tras la muerte de san Juan Pablo II, y concluyó con su inédita renuncia en febrero de 2013. En 2010, sendos artículos del semanario alemán Der Spiegel y del diario The New York Times lo acusaron de haber estado al tanto, siendo arzobispo de Munich, de que el sacerdote Peter Hullerman, que había iniciado una terapia después de haber cometido abusos sobre niños en Essen, iba a regresar a sus tareas pastorales. En esa oportunidad, el Vaticano salió en defensa del Papa y aseguró que “el entonces arzobispo nunca se enteró de la decisión de reintegrar al sacerdote H. en la actividad parroquial”.
Esta vez, en una declaración oficial, el Vaticano quiso “reafirmar su sentimiento de vergüenza y remordimiento por los abusos de menores cometidos por religiosos” y manifestó “a todas las víctimas su cercanía”. El portavoz del Papa Francisco, Matteo Bruni, subrayó que la Santa Sede “no conoce el contenido” del informe y confirmó que la Iglesia “seguirá el camino que ha emprendido para proteger a los menores, garantizándoles un entorno seguro”. “En los próximos días, luego de su publicación, se tendrá conocimiento del informe y se podrán estudiar adecuadamente los detalles”, precisó Bruni.
Los abogados también acusaron al cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich y Freising desde 2008, de mala praxis en dos presuntos casos de abuso. El año pasado, el Papa Francisco rechazó una oferta suya de dimitir como arzobispo por su “corresponsabilidad en la catástrofe de los abusos”. “Asumir la crisis, personal y comunitariamente, es el único camino fecundo, porque de una crisis no se sale solo, sino en comunidad y, además, debemos tener en cuenta que de una crisis se sale o mejor o peor, pero nunca igual”, respondió el Pontífice en la carta en que rechazó la dimisión de Marx. La arquidiócesis declinó hacer comentarios inmediatamente, pero debe dar una respuesta completa al informe la próxima semana.
Según el estudio publicado este jueves, se contabilizaron al menos 497 víctimas de abusos, la mayoría de ellas niños y adolescentes varones que fueron objeto de ataques entre 1945 y 2019. Además, el informe revela que hubo al menos 235 presuntos agresores, entre ellos 173 sacerdotes y nueve diáconos. Pero, según dijo la abogada Marion Westpfahl: “Estamos convencidos de que el oscuro campo es mucho mayor”.
El bufete de abogados precisó que 40 clérigos retomaron la labor pastoral a pesar de las acusaciones de haber perpetrado o tolerado abusos. Sus autores declararon que las más de 1.700 páginas que documentan estos casos son un “relato del horror”.
Dos sacerdotes chilenos
Por otro lado, este miércoles, el periódico alemán Die Zeit publicó unas declaraciones del secretario personal del Papa emérito, Georg Gänswein, en nombre de Benedicto XVI, según las cuales negaba haber conocido un dossier con una lista de víctimas de abusos de la orden religiosa de los Legionarios de Cristo.
Estas declaraciones se producían después de que el cineasta Christoph Röhl acusara al Papa emérito de haber recibido este dossier cuando era cardenal. Röhl dijo haber encontrado pruebas de que dos sacerdotes chilenos habían presentado a Ratzinger un expediente con una lista de víctimas de abusos en la orden. En aquella época, era el jefe de la Congregación de la Doctrina de la Fe y la mano derecha de Juan Pablo II, el ejecutor ideológico y doctrinal del Papa polaco.
“No, esto no es correcto”, dijo su secretario personal de muchos años y también clérigo alemán Georg Gänswein en una declaración a Die Zeit en nombre de Benedicto XVI.
Desde que renunció al papado, en 2013, Benedicto XVI, que se recluyó a vivir en el Monasterio Mater Ecclesiae, enclavado en los Jardines del Vaticano, apareció en público en contadas ocasiones. Autor de varios ensayos y libros, respetado intelectual y académico, con este informe su legado y reputación corren el riesgo de quedar dañados, según La Nación.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.