Las siete vidas de Alan García

En 1992 el ex presidente peruano -que espera que Uruguay le otorgue asilo- evitó una orden de arresto escapándose por los techos de las casas de sus vecinos y escondiéndose en la maleta de un auto, para finalmente exiliarse en Colombia.


En Perú suelen decir que Alan García tiene siete vidas o incluso más. La última sorpresa del ex presidente peruano ocurrió el domingo, cuando se refugió en la embajada de Uruguay en Lima, para pedir asilo. Ello, después de que un juez le prohibiera salir del país debido a una investigación por supuestos sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht. La jugada de García, que se las sabe por libro según coinciden todos los analistas limeños, es sólo la última de una larga vida política de luces, sombras y eventos absolutamente inesperados.

La primera gran "sorpresa" ocurrió en 1985, cuando con tan solo 35 años ganó las elecciones presidenciales con el 53% de los votos. Fue en ese gobierno cuando se ganó el apodo de "Caballo Loco" y que terminó en una mega catástrofe económica, con una hiperinflación de 7.500%. Esto también significó el desplome del Apra.

Alan García dejó el Palacio Pizarro en el más absoluto descrédito y con varias acus

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REUTERS/Mariana Bazo[/caption]

aciones de corrupción en su contra. En 1992, tras el autogolpe de Alberto Fujimori, la policía peruana llegó hasta su para detenerlo, pero el ex mandatario se las ingenió para escaparse por los tejados de las casas aledañas, consiguió refugio en viviendas de amigos y finalmente se escondió en la maleta de un auto para partir finalmente al exilio en Colombia, que le dio concedió asilo diplomático.

El dirigente aprista pasó buena parte de la década de los 90 entre Bogotá y París, hasta que en 2001, cuando los procesos en su contra prescribieron, regresó a Perú para lanzar una nueva candidatura presidencial. Pese al mal recuerdo de su gobierno y contra todo pronóstico, García sorprendió al pasar a segunda vuelta e incluso le faltó poco para ganarle a Alejandro Toledo. Pese a su derrota electoral, esos comicios marcaron su regreso en gloria y majestad a la política peruana.

Cinco años después, García logró su propósito: ser electo nuevamente Presidente. "No los defraudaré", insistió durante sus multitudinarios mítines limeños. En su segunda administración, el líder del Apra abandonó las proclamas izquierdistas de su primera gestión y giró hacia la centroderecha. Durante su período el país experimentó un importante crecimiento económico y García logró dejar la Presidencia en 2011 con un mucho mejor recuerdo que su primer gobierno. Eso sí, se dio maña para no participar en el cambio de mando para evitar, según dijo, "maltratos" del humalismo.

García, acusado por el fiscal José Domingo Pérez de haber recibido supuestamente US$ 100 mil de Odebrecht por una charla que dictó cuando ya no era Presidente, se encuentra en un limbo a la espera de que Uruguay se pronuncie sobre la petición de asilo. De aceptarlo, el ex gobernante –que ha pasado el último tiempo en Madrid- se anotaría un nuevo triunfo político, ya que en ese caso Montevideo estaría aceptando que en Perú existe una persecución política en su contra, que es precisamente la tesis elaborada por Alan García Pérez.

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