Le puede salir salado: quién es Salt Bae, el chef de las estrellas que hizo enojar a Messi y que vulneró las reglas de la FIFA en la celebración de Argentina
El cocinero turco, famoso por sus apariciones con celebridades en su cadena de restoranes, incomodó a las estrellas argentinas por su aparición en la cancha mientras festejaban la obtención de la Copa del Mundo. Incluso tomó el trofeo, lo que irritó a La Pulga y compañía.
Es muy probable que si se menciona a Nusret Gökçe no lo conozca nadie. El panorama cambia radicalmente cuando se le cita por su apodo: Salt Bae. Difícilmente haya alguien en el mundo que no conozca al cocinero turco. La razón: se ha viralizado luciendo sus platos al lado de varias estrellas. Sin ir más lejos, Arturo Vidal es uno de los que ha posado con él en alguno de sus restoranes, estratégicamente ubicados en los mejores sitios del mundo. En Qatar, compartió con Iván Zamorano, entre otras leyendas del fútbol mundial. Su escena más célebre es, a estas alturas, icónica: con sus dedos lanza sal gruesa a un trozo de carne. Lo suficiente como para que en las redes sociales se viralice y acumule miles de likes. Y como para que su cuenta corriente siga aumentando, en función de los altos precios que refleja su carta.
Salt Bae es un personaje conocido en todo el orbe, pero no necesariamente les cae bien a todos. Es amigo del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y muy probablemente eso explique que haya recibido una acreditación que le permitió llegar al mismísimo campo de juego después de que Argentina venciera a Francia en la definición por lanzamientos penales y se quedara con la Copa del Mundo. Es ese mismo privilegio el que hoy está en entredicho, pues el chef se extralimitó: tomó, besó el trofeo y hasta se dio el gusto de ‘salarlo’, con el gesto que lo ha hecho conocido en todo el orbe. Y, de vuelta, cosechó caras largas, por su afán de protagonismo. Messi y Di María lo miraron feo y la propia entidad que rige al fútbol mundial podría adoptar algún procedimiento en su contra, considerando su condición de acreditado. Eso sí, por defensor no se quedará atrás.
Bendición presidencial
Infantino no ha escatimado en elogios a Salt Bae. “El fútbol une al mundo y Nusret une al mundo también”, ha declarado el timonel del fútbol mundial basado quizás en qué parámetro para llegar a esa convicción. Ahora, en cambio, el dirigente podría tener que dar explicaciones, si es que alguien se atreve a pedírselas. Elementos objetivos para solicitarlas hay. De hecho, el contacto con el trofeo es restringido y está reglamentado. “Como uno de los símbolos deportivos más reconocidos del mundo y un icono de valor incalculable, el Trofeo de la Copa Mundial de la FIFA original solo puede ser tocado y sostenido por un grupo muy selecto de personas, que incluye ex ganadores de la Copa Mundial de la FIFA y jefes de estado”, consigna una disposición oficial de la entidad afincada en Zúrich. Salt Bae no cumple ninguna de esas condiciones, aunque también es cierto que en el festejo transandino hubo varios que accedieron a la copa sin aparecer en las categorías que se menciona.
Lo concreto es que en Argentina no gustó para nada su presencia en la cancha del Lusail Stadium. Ataviado con un traje gris y sus clásicos lentes oscuros, Salt Bae se paseó por el campo con la libertad de quien tiene permiso para todo. Para completar su actuación, se acercó a Messi, pero el astro del PSG lo eludió con la misma facilidad con la que suele esparramar rivales. Tampoco le puso muy buena cara. Eso sí, logró retratarse junto a La Pulga. La expresión del rostro del transandino refleja incomodidad.
Con Di María sucedió algo parecido: en otro arresto de atrevimiento, el turco golpeó la copa con uno de sus anillos, lo que produjo el inconfundible sonido del choque de metales. Fideo se vio notoriamente desconcertado.
Las redes sociales recogieron esos incómodos momentos y la viralización los transforma, ahora, en materia de discusión. Incluso a nivel oficial.
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