Lleva un oro y busca tres: Sifan Hassan, la fondista que se sobrepuso a una caída y quiere ser leyenda
La atleta de origen etiope se sobrepone a todo con tal de perseguir el sueño de lograr medallas de oro en los 1.500, los 5.000 y los 10.000 metros planos. Una notable recuperación en la primera distancia engrandece el mito en que aspira a transformarse.
Recién había comenzado la segunda serie de los 1.500 metros planos cuando el gran sueño de Sifan Hassan (28 años) tambaleó. Estuvo a punto de derrumbarse. En rigor, se cayó por unos segundos, pero renació al instante. La holandesa fue capaz de levantarse después del accidente de la keniata Edina Jebitok, y desde atrás comenzó a superar a sus rivales sucesivamente hasta ponerse en el primer puesto. Puso todo lo que tenía para terminar encabezando la competencia. El último giro, lo recorrió en apenas 61 segundos para terminar marcando 4′05″17 e imponerse con autoridad. El anhelo de transformarse en la primera mujer en adjudicarse el oro en esa especialidad, además de los 5.000 y los 10.000 metros planos se había salvado.
En el fondo, y a pesar de todas las dificultades que se le pudieran plantear, la neerlandesa de origen etiope, busca instalarse en la historia de los Juegos Olímpicos. Está dispuesta a un esfuerzo extremo por lograrlo. Si consigue su objetivo, se pondrá a la par de otras auténticas leyendas como Jesse Owens, Carl Lewis, Emil Zatopek y Paavo Nurmi.
Hassan, de hecho, ya tiene tarea adelantada. En esta jornada, ya se quedó con los 5.000, marcando 14′36″79. Un último giro en 57 segundos le permitió quedarse con el oro y postergar las aspiraciones de la keniata Hellen Obiri, a quien superó por 15 metros, y de la etiope Gudaf Tsegay, quienes la escoltaron en el podio. Este miércoles correrá las semifinales de los 1.500, buscando dar otro paso decisivo hacia la gloria. El sábado disputará la final de los 10 mil metros.
Llegó como refugiada
El inicio del vínculo entre Hassan y los Países Bajos fue dramático. A Europa llegó con apenas 15 años, en calidad de refugiada. El rechazo de su familia y la extrema pobreza en la que vivía en el país africano la motivaron a escapar. A su núcleo, que profesa la religión musulmana, le golpeaba verla con poca ropa al momento de correr. Sifan oñaba con transformarse en enfermera y se afincó en Eindhoven, donde alcanzó a realizar estudios iniciales para vincularse al área de la salud. “Es mi casa. Etiopía queda atrás, no he vuelto a tener contacto con etíopes desde que me marché”, ha declarado. Igualmente, desde que tomó la decisión de defender a su nueva tierra, ha debido soportar cuestionamientos.
Claro que antes, tuvo que acostumbrarse. Primero a estar lejos de su familia y luego al asilo para refugiados en el que cobijaron. Lloró muchas veces. Un centro para menores fue su siguiente refugio.
Sin embargo, sus dotes naturales para el atletismo no tardaron en relucir, lo que marcó un giro en su proyecto de vida personal y profesional. El Eindhoven Atletiek se hizo cargo de pulir este verdadero diamante en bruto. Con apenas 18 años, y apenas iniciados sus entrenamientos, marcó 77 minutos para la media maratón. La sospecha se transformaba en una auténtica certeza, aunque las dificultades continuaban. Se las arreglaba con 300 euros al mes y corría con zapatillas regaladas por un compañero. Las precariedades continuaron incluso después de proclamarse a nivel europeo. “Nadie quería a Sifan”, declaraban desde Global Sports Comunications, al empresa que la representa, a Mundo Deportivo.
Igualmente, pudo desarrollar un recorrido progresivo por todas las distancias. Desde los 800 metros planos hasta las que le permiten lucirse actualmente. En noviembre de 2013 obtuvo la nacionalidad y el consiguiente derecho a representar a su nuevo país en las competencias europeas. No demoró demasiado en lucirse. Dos años después, alcanzó su primera presea mundial y se cruzó en su carrera el entrenador estadounidense de origen cubano Alberto Salazar, quien encabezaba a un grupo que incluía a Mo Farah y quien fue sancionado por cuatro años por violar las reglas antidopaje, además de ser cuestionado por sus métodos. “Él es el mejor entrenador que existe, hace lo mejor para sus atletas. Hace que la elección de uno nuevo sea mucho más difícil”, lo elogió en declaraciones a la radio neerlandesa NOS.
Actualmente, es la poseedora de las marcas continentales en 1.500 metros (3′51″95), 3.000 (8′18″49) y 5.000 (14′22″12), además de medio maratón (1:05′15″). El primer registro lo consiguió en 2019, cuando se consagró campeona en el Mundial de Atletismo de Doha. En ese certamen también se consagró en los 10.000 metros.
No es lo único. Su palmarés considera cuatro récords mundiales en distancias comprendidas entre la milla y los 10.000 metros: milla (4′12″33), 5 km en ruta (14′44), 10.000 (29′06″82) y la hora (18.930 metros).
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