La trastienda de la repentina renuncia de Carlos Irarrázaval como obispo auxiliar de Santiago

Menos de un mes. Apenas 24 días duró el nombramiento del sacerdote Carlos Irarrázaval como obispo auxiliar de la Iglesia de Santiago. Sus polémicas declaraciones luego de haber sido elegido por el Papa Francisco se cree que fueron clave en esta renuncia.

"La decisión ha sido fruto de un diálogo y de un discernimiento conjunto, en el cual el Papa Francisco ha valorado el espíritu de fe y humildad del presbítero, en favor de la unidad y bien de la Iglesia que peregrina en Chile", se lee en el comunicado publicado esta mañana por el Arzobispado capitalino.

Fuentes de Iglesia señalan que, desde Roma, el principal mensaje que se transmitió al otro obispo auxiliar nombrado por el Pontífice, el argentino Alberto Lorenzelli, es que mantenga la paz en la Iglesia de Santiago.

Si bien existían expectativas sobre la designación de Irarrázaval, debido a su rol como párroco en El Bosque, donde contribuyó a unir a una comunidad herida por los abusos cometidos por Fernando Karadima, la "paz" no es precisamente lo que logró el religioso tras su designación.

La Tercera se contactó esta mañana con el sacerdote, pero declinó dar declaraciones. En su entorno se dijo que era una decisión por "el bien y la unidad de la Iglesia".

En la edición de junio del periódico Encuentro, del Arzobispado de Santiago, el sacerdote se refirió a sus dichos, los que generaron críticas y reacciones de diferentes sectores, entre ellos de las mujeres laicas y de la comunidad judía.

"Se lo he dicho siempre a la gente con la que he estado: corríjanme. Lo dije en la entrevista en televisión: corríjanme. Corríjanme, ayúdenme a ser pastor. Y eso implica que me tienen que ayudar a escuchar, pero también escucharme", señaló en aquella publicación de Iglesia, que a la postre fueron sus últimas declaraciones antes de que se le aceptara la renuncia.

Sus dichos cuestionados fueron varios. "Es cierto que en la Última Cena no había ninguna mujer sentada en la mesa", señaló a CNN, y "la cultura judía es una cultura machista hasta hoy día", también al mismo medio, son algunas de las frases que obligaron a ofrecer dos disculpas públicas al sacerdote.

A mediados de marzo pasado Irarrázaval también estuvo en medio de otra controversia. El fue uno de los autores de una carta que habría dividido aguas en el Arzobispado de Santiago. La misiva que fue leída en muchos templos abordaba el tema de los abusos y los errores que la propia Iglesia había cometido, pero muchos sacerdotes no la suscribieron por considerar que no aludía a la jerarquía eclesial.

Desde el mundo católico valoraron la decisión de Irarrázaval de dar un paso al costado. Julio Pozo, vocero de la Fundación Voces Católicas, lo consideró un gesto "valiente" y de "humildad". "Sus desafortunadas declaraciones calentaron lo ánimos más que ayudar a la unidad, que es lo que él ha trabajado siempre. Me parece positivo que se puedan reconsiderar las decisiones y corregirlo es una buena noticia", dijo.

Además, Pozo señaló que esta situación es casi inédita en el país. Anteriormente, cuenta, al párroco de la Inmaculada Concepción en Vitacura, Ignacio Ortúzar, en 1969, también se le aceptó su renuncia como obispo luego de haber sido nombrado.

Carol Crisosto, miembro de la organización denominada Mujeres Iglesia, afirmó que "el cargo para obispo es complejo. Nosotras necesitamos pastores inclusivos (...) Pienso que la comunidad de su parroquia debe trabajar con él para que mire con otros ojos".

Osvaldo Aravena, vocero de los laicos de Santiago, manifestó que "esto es un gran logro de las mujeres laicas de la Iglesia Católica de Santiago; fueron ellas las que impulsaron una iniciativa que significó enviarle una carta al Papa Francisco manifestando su molestia y disconformidad con lo que eran las declaraciones del señor Irarrázaval. Ellas han marcado un precedente".