Los cálculos de Paulina Vodanovic para intentar mantenerse a la cabeza del PS y la creciente resistencia a su figura

Es habitual que Paulina Vodanovic, presidenta del Partido Socialista (PS), llegue unos minutos tarde a las reuniones que, semanalmente convocan a los timoneles del oficialismo. Muchas veces, en la sede de su partido, en calle París. Pero la acción no comienza hasta que ella está sentada, en la cabecera de mesa.

Con voz fuerte, un estilo rudo -muchas veces desinhibido- y una cuota de sentido del humor, la senadora no ha pasado desapercibida al interior de la alianza de gobierno, e incluso dentro de La Moneda, en los más de dos años en que se ha desempeñado como líder del PS.

En ese período, se ha caracterizado por defender al partido con uñas y dientes, y por promover intensamente a socialistas para ocupar cargos a lo largo del país. De hecho, esta semana “telefoneó” a la ministra Carolina Tohá (Interior) para reclamarle por el “cambiazo” en la delegación provincial de Malleco y generó un altercado con el PPD. Un cargo que para otros dirigentes resulta menor, pero que ella no se atrevería a despreciar si eso le permite ganar terreno a la colectividad.

Eso no es nada. Vodanovic incluso ha discutido con el Presidente Gabriel Boric, en duros términos. En la militancia recuerdan cuando lo llamó por teléfono, enojada, cuando el gobierno decidió remover a Maya Fernández (militante socialista) como ministra enlace de la emergencia de los incendios en Valparaíso, y puso, en su lugar, a Camila Vallejo (PC). Su estilo confrontacional le ha valido cuestionamientos de los otros partidos de la alianza, e incluso de personeros de gobierno. Pero ha logrado que la voz del PS incida en el gobierno, reconocen.

Esos roces son un elemento que hoy parte de la militancia tiene presente, de cara a las elecciones internas del partido, que tendrán lugar el 16 de marzo de 2025, según se desprende del cronograma publicado este mes por el tribunal supremo socialista. Aunque aún queda tiempo, Vodanovic tiene claro que apuesta por su reelección como presidenta del PS. Pero la carrera, se prevé, será dura, debido a que su estilo ha generado resistencia.

En la militancia -por ahora- no se descarta que pueda haber un acuerdo entre Grandes Alamedas y la Nueva Izquierda -dos de las corrientes internas más importantes del PS- para intentar enfrentar en conjunto al tercerismo, el lote de Vodanovic. Sin embargo, dicen en el partido, aún falta mucho tiempo y todo está por verse.

Eso sí, algo que podría jugarle en contra a la presidenta -y que algunos quieren plantear mañana en el comité central del PS, su máxima instancia de decisión partidaria- es el resultado de las municipales de octubre de este año, que dejó con un gusto amargo a varios socialistas. También, dicen en la tienda, que favorezca al tercerismo a la hora de proponer nombres para ocupar cargos.

De todas formas, en el entorno de Vodanovic desestiman ese ruido, y sugieren que las relaciones entre el tercerismo y las Grandes Alamedas están en buen pie y que, por lo mismo, ven posible que se forme una lista de unidad con la actual timonel a la cabeza. Es más, entre quienes reconocen resistencia al liderazgo de la senadora admiten que es difícil pensar en otro nombre que no sea ella para la liderar la próxima mesa.

Ahora bien, Vodanovic no solo tiene el ojo puesto en un nuevo período como presidenta socialista: también tiene claro que quiere continuar en un cargo de representación popular. La abogada asumió como senadora en abril del año pasado cuando Álvaro Elizalde se despidió de su bancada en la Cámara Alta y fue nombrado como ministro Segpres del gobierno de Boric. Así, comenzó a ser representante de la Región del Maule. En la interna, ella ha reconocido que la plataforma que le entrega ser legisladora le permite tener aún mayor incidencia como presidenta de partido.

Casi desde que asumió, al interior del PS ha existido ruido sobre su eventual elección en el cargo en el Maule, en los comicios de 2025. Las visitas de la timonel a otras regiones del país -donde también se eligen autoridades- han levantado sospechas en las filas socialistas.

Ante esos comentarios, ella declaró en abril de este año que “me voy a quedar en el Maule”. De esa forma, intentó acallar la bulla levantada entre quienes la veían como una amenaza electoral. Y es que hay regiones donde ya es claro que hay un candidato fuerte para llegar a la Cámara Alta. Por ejemplo, en Atacama es la diputada Daniella Cicardini. En Arica y Parinacota, por otra parte, el senador José Miguel Insulza va a la reelección.

En el Maule, sin embargo, hay un inconveniente. Recientemente, el diputado Jaima Naranjo renunció al PS. Su plan sería postular como senador -independiente- por esa circunscripción. Con esa amenaza en el radar, otra alternativa para Vodanovic es Tarapacá, donde hoy el representante del oficialismo es el octogenario Jorge Soria (PPD). Valparaíso también está en el mapa de opciones. De hecho, militantes de ambas regiones la han “proclamado” como posible candidata por la zona.

Pero hay otra posibilidad. Esta semana, el diputado Raúl Leiva, militante socialista, puso sobre la mesa que la senadora podría convertirse en abanderada presidencial del PS, en la elección de 2025. En entrevista con CNN, el legislador dijo que ella “suena (como candidata presidencial), sí. Paulina tiene todas las capacidades y competencias para asumir el desafío y representar no solo a nuestro partido, sino también al Socialismo Democrático. Siempre ha sonado por su capacidad de liderazgo, como presidenta de nuestro partido. Creo yo, es un nombre a considerar”.

Lo cierto es que la postura de Leiva se ha instalado como un comentario de pasillo en el Congreso. De ello, el nombre de la senadora se mencionó dentro de las posibles cartas presidenciales del Partido Socialista en una comida que compartieron los diputados y senadores de la colectividad a fines de noviembre, junto a la mesa directiva, el ministro Elizalde y el encargado electoral Andrés Santander.

Pese que, al menos públicamente, Vodanovic no se ha metido en la carrera presidencial, ella es consciente de que, al ser presidenta del partido, tiene presión sobre sus hombros. Y es que ella fue de quienes instó al actual ministro Elizalde, cuando él se desempeñaba como timonel de la colectividad, a asumir el desafío de ser el abanderado del socialismo, algo que finalmente no se concretó. En esa ocasión, decantaron por proponer a Paula Narváez. En la comida mencionada anteriormente, la timonel insistió en que el secretario de Estado podría ser el candidato.

La militancia está atenta a la cuenta que dará mañana la senadora Vodanovic, en la sesión del comité central del PS. Luego de los temas en tabla -que incluye un informe emitido por el ministro Mario Marcel (Hacienda)-, hay debate abierto. De seguro, afirman en el partido, las presidenciales del próximo año serán un tema al que se le destine buena parte de la jornada. El resultado, adelantan, probablemente será reafirmar que los socialistas presentarán un abanderado propio.