Los dardos lanzados por la nueva canciller
Antonia Urrejola tiene una extensa carrera en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En ese organismo, primero como veedora y luego como presidenta, apuntó a varios gobiernos de la región. Venezuela, Colombia y Nicaragua son algunos de ellos.
Mientras trabajó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo en el que se desempeñó entre 2017 y 2021, y en el que llegó a ser nombrada presidenta en marzo del año pasado, la nueva canciller, Antonia Urrejola, apuntó a distintos gobiernos de la región.
Durante 2017, cuando ejercía como comisionada, visitó Ecuador. Allá se refirió al caso de Eduardo Guachalá: un hombre de 23 años y con discapacidad mental, que desapareció en enero de 2004, cuando era paciente del Hospital Psiquiátrico Julio Endara de Quito. En esa oportunidad acusó al Estado ecuatoriano, encabezado en ese entonces por Lucio Gutiérrez, de cometer seis violaciones a los derechos humanos en ese caso. No fue la única vez que la también abogada de la Universidad de Chile disparó contra un gobierno. El 1 de septiembre de 2020, en diálogo con El País de Uruguay, dijo esto:
“En mi última visita de trabajo a Uruguay, el año pasado, hubo algo que me llamó la atención: cómo una sociedad tan democrática y pluralista, como la uruguaya, no ha avanzado en las graves violaciones a los derechos humanos durante la dictadura. Preocupa la alarmante impunidad que existe en el país por las violaciones a los derechos humanos en la dictadura”.
El 23 de marzo pasado, ya como presidenta de la CIDH, habló sobre la situación del gobierno de Nicolás Maduro en entrevista con La Tercera:
“Una buena síntesis de todas las recomendaciones que ha dado la CIDH al Estado de Venezuela es que restablezca urgentemente el respeto de los derechos humanos en el país. En efecto, la escasez de alimentos, medicamentos y servicios de salud, sumada a la interrupción constante de servicios de agua y energía, han generado afectaciones graves a derechos como la salud, la alimentación y la educación”, comentó en aquella conversación.
Ocho años antes, su opinión pública sobre la política venezolana era menos punzante. Esto fue lo que publicó en Twitter el 28 de abril de 2013: “yo no comparto el chavismo de hoy, pero cuando conoces la derecha venezolana y su historia, entiendes muchas cosas”.
No fue un caso aislado. Un año antes , el 7 de octubre de 2012, escribió en esa red social: “lo cierto es que yo no creo que Chavez sea una dictadura propiamente tal, pero un populismo acerrimo y un caudillismo peligroso”.
Las protestas en Colombia durante noviembre y diciembre de 2019, y la respuesta policial que las acompañaron, también fueron objeto de análisis de Urrejola. En una conferencia de la CIDH realizada en Washington en julio pasado, comentó que “hubo graves afectaciones a los derechos humanos en el 11% de las protestas sociales del país”. Ese juicio lo complementó en entrevistas posteriores. En una publicación para France 24 del mismo mes, aseguró que “durante la visita a Colombia, nos preocupó mucho el nivel de estigmatización”. Esto porque, según ella, la reacción policiaca del gobierno de Iván Duque usó excesivamente la fuerza. Llegando, en ciertos casos, a emplear la fuerza letal.
Uno de sus últimos viajes laborales antes de terminar su mandato en la CIDH, donde no logró ser reelecta como presidenta, fue a Nicaragua: país que venía de realizar unas elecciones presidenciales que fueron mal vistas por buena parte de la comunidad internacional. Sobre todo, por el hecho de que varios precandidatos y líderes opositores fueron encarcelados.
En ese país, dijo a La Tercera el 7 de noviembre, “no hay garantías de elecciones libres y democráticas”. Es más, su crítica al presidente Daniel Ortega indicaba que “estamos ante un Estado donde no existe separación de poderes, cosa que es fundamental en un Estado de derecho; donde hay un cierre total de los espacios democráticos; donde se ha atacado y hostigado de manera permanente al periodismo independiente, y además tenemos una falta de espacios democráticos”.
En su despedida a fines de ese mes, y en el contexto de una Asamblea General de la OEA, reafirmó su respaldo al pueblo nicaragüense.
“No puedo dejar de llamar la atención a la honorable Asamblea de la grave situación de Nicaragua, cuyo pueblo he acompañado en los últimos cuatro años, y decirles a todos que seguiré acompañándolos desde donde sea que el futuro me depare”,
Exabrupos en Twitter
La actividad en redes sociales de la hoy ministra de Relaciones Exteriores fue especialmente crítica durante 2013, cuando se cumplieron 40 años del Golpe de Estado chileno. En ese año Urrejola, que trabajaba como consultora independiente en temas de políticas públicas y derechos humanos, realizó los siguientes tuits:
El 2 de julio escribió “Qué desagradable y ordinaria son las viejas fachas: gritonas, garabateras, feas, mal educadas. Insoportables!”.
Al mes siguiente, mostró su distancia con el mundo militar. “Queremos justicia. No planteamos reconciliarnos con los militares genocidas!”, publicó el 21 de agosto.
El mes del aniversario de golpe, volvió a opinar sobre el tema. “Es claro hoy que los milicos le hicieron el trabajo sucio a la derecha, esa que hoy se lava las manos y los escupe. La misma que antes los aplaudió”, escribió el 29 de septiembre de 2013.
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