Los desafíos que enfrentará Yamandú Orsi tras el regreso del Frente Amplio en Uruguay
La economía, la inseguridad y la relación con su vecino, Argentina, estarán entre las prioridades del mandatario electo de Uruguay. No son los únicos. Una compleja composición en el Congreso podría limitar los movimientos políticos de la todavía oposición, pero también hay un factor que acecha al país: la avanzada edad de sus ciudadanos.
Pasaron 5 años para que el Frente Amplio retornara al poder en Uruguay. Fueron 15 gobernando al país de 3,5 millones de habitantes hasta que el todavía mandatario en funciones, Luis Lacalle Pou, les arrebatara la presidencia. Y el país que recibirá Yamandú Orsi el 1 de marzo de 2025 no es el mismo que gobernaron sus sucesores frenteamplistas Tabaré Vázquez y José “Pepe” Mujica”.
Problemas como la economía o la seguridad emergen primeros en la lista. Es más, la única cartera que tanto el candidato oficialista, Álvaro Delgado, como el opositor llenaron en medio de la carrera por la presidencia fue la del ministro de Economía: los altos precios en algunos productos, así como en el dólar, ameritaban adelantarse a los resultados de este domingo de noviembre.
Pero la lista incluye una tanda de problemas a enfrentar. Desde la distribución del Congreso hasta la política internacional, Yamandú Orsi, apuntado como el “delfín” de Pepe Mujica, tendrá una serie de desafíos que superar a la hora de gobernar.
La economía, problema clave
En un intento por calmar a los indecisos y a los mercados, Orsi, candidato de la izquierda moderada uruguaya, dio señales desde un principio de que mostraría un giro pragmático: enlistó tras de sí al economista Gabriel Oddone, conocido por ser “un hombre del riñón del moderado Daniel Astori, exvicepresidente de Mujica y que ya ocupó ese cargo durante el gobierno de Tabaré Vázquez”, explicó el canal televisivo argentino TN.
Y si bien se trata de un moderado, el analista político uruguayo Daniel Chasquetti dijo al citado medio que “lo que necesita Orsi es construir confianza, blindar al ministro de Economía y evitar que el ala izquierda del Frente lo chantajee”.
La razón es que, si bien la grieta ideológica entre derecha e izquierda no es tan pronunciada como en otros países del mundo -bien lo han demostrado las últimas elecciones de la región y el mundo-, la economía sigue siendo una preocupación para los electores, según numerosas encuestas.
Recién en 2023 repuntaron en materia inflacionaria al lograr un 5,1% anual, la menor cifra en 18 años, y las proyecciones apuntan a un crecimiento del 3% frente al año pasado. Eso explicaría, por ejemplo, que Orsi haya señalado durante la campaña que planea hacer muy pocos cambios en la política económica que aplicó el actual mandatario Lacalle Pou.
En la misma línea, el mandatario electo enfrentó críticas de su rival cuando señaló en el último debate que no subiría los impuestos si llegaba al poder. Delgado, alerta por la visión pro Estado del Frente Amplio, replicó asegurando que Orsi lo haría de todas formas.
Durante las últimas semanas se encargó de explicar que intentará atraer inversiones, llevar adelante una “protección de la industria nacional” mediante compras públicas, y la implementación de un “Plan Nacional de Riego”.
Ese último punto es crucial en el presente uruguayo, considerando las graves sequías que han afectado al país en el último tiempo, así como la relevancia que el mundo agrícola -ligado a la saliente administración- tiene en la economía nacional.
El sector presiona por una devaluación para lograr competitividad. Actualmente el dólar está en 41,5 pesos uruguayos, pero en el campo hablan de llegar a los $54, detalló el periódico argentino Clarín. Economistas críticos del gobierno actual dijeron al mismo medio que efectivamente hay un atraso cambiario, pero ajustarlo podría significar un salto inflacionario, que ya bajó del 8% al 5%.
Por último, pero no menos importante, está la pobreza infantil declarada como “problema central” de la próxima administración. Según las últimas cifras, el indicador en general se ubica en un 10,1%, pero de ese total, un 18,8% lo conforma la población menor. Para ello, el programa de gobierno destaca la introducción de cambios en “el sistema de protección social, con un foco especial en la infancia, para garantizar que ningún niño, niña, adolescente y joven que habite este país quede atrás”.
Gobernanza inusual
La victoria del Frente Amplio llegó con un ligero amargor final. Por primera vez en sus ahora cuatro gobiernos enfrentará la política nacional desde el Ejecutivo sin contar con una mayoría propia en el poder parlamentario. En los 15 años que estuvo en el poder entre 2005 y 2020, la tienda de izquierda estuvo casi siempre en mayoría -salvo un periodo entre 2016 y 2017-, permitiéndole aprobar gran parte de sus proyectos.
Eso sí, al pactar con cualquier partido, salvo el Independiente -tiene un solo diputado-, logrará hacer mayoría en la Cámara de Diputados. De colaborar con Identidad Soberana o Cabildo Abierto, ambos con dos representantes, tendría votos suficientes en la Cámara Baja.
En el Senado, en tanto, tiene 17 curules asegurados de un total de 31, lo que les asegura el control de la Cámara Alta. A los 16 senadores que consiguió en la presente elección se suma el voto de la vicepresidenta electa, Carolina Cosse.
Un detalle clave emerge de esta realidad: en Uruguay, el Congreso puede censurar a ministros, por lo que además de negociar con pactos opositores o moderados, también deberá considerar el poder que tendrán sus rivales políticos.
La inseguridad y la ciudadanía
En casi todas las encuestas la seguridad era la principal preocupación de los ciudadanos. El año pasado el país cerró con una tasa de 11,2 homicidios por cada 100.000 habitantes, lo que duplica la realidad chilena, por ejemplo. Con 382 asesinatos en 2023, la tendencia apunta a un crecimiento constante en esa materia desde 2012, lo que fue destacado por el candidato oficialista durante el último debate.
Montevideo, la capital de Uruguay, concentra el 55% de los homicidios, y las víctimas se encuentran principalmente en el rango de entre los 18 y los 37 años. “Mis enemigos son el narcotráfico, la delincuencia y la corrupción”, dijo en ese momento.
Para combatirlo, el electo mandatario prometió que creará 2.000 nuevos cargos policiales, así como un aumento de la cantidad de cámaras de videovigilancia, para llegar a las 20.000.
También aseguró que aumentará los salarios de la policía y se creará el Sistema Integral de Lucha Contra el Crimen Organizado y el Narcotráfico para combatir la creciente sensación de inseguridad entre los ciudadanos.
Otro aspecto ciudadano, pero lejos de la seguridad pública, es la edad de los uruguayos. “Somos un país de viejos”, se ha lamentado el propio expresidente Pepe Mujica, de 89 años. De hecho, el país tiene más muertes que nacimientos, en una tendencia que se esperaba que ocurriera en una década más.
En 2023 se registraron 39 mil muertes, frente a 32 mil nacimientos, según datos del Censo de ese año. Son 15 mil bebés menos que en 2015, demostrando el agujero en la natalidad de Uruguay.
Una región de izquierdas
Si bien la mayoría de los países de Latinoamérica están gobernados actualmente por la izquierda, el vecino directo -y uno de los principales aliados económicos de Uruguay- es Argentina, la de Javier Milei.
El gobierno del mandatario libertario saludó a Yamandú Orsi y dijo estar dispuesto a colaborar. “La República Argentina felicita al pueblo uruguayo por su ejemplar jornada cívica y saluda al presidente electo Yamandú Orsi por su victoria”, señaló la Cancillería vecina mediante un comunicado.
“Ratificamos nuestro compromiso de trabajar junto a Uruguay para fortalecer la agenda compartida y el bienestar de ambos países”, añade en el documento.
En la campaña, el presidente electo ya había tendido una mano amiga hacia su vecino, pese a las evidentes diferencias ideológicas. Orsi se inscribe en lo que Milei suele llamar “izquierda empobrecedora”.
“Tiene que ser una relación fluida. Son distintos signos políticos, orientaciones diferentes. Eso siempre va a pasar. Para Uruguay, una relación fluida con Argentina y Brasil es más que necesaria”, dijo Orsi sobre una eventual presidencia y su relación con los vecinos.
Este lunes, en diálogo con radio Mitre, añadió: “Desde el punto de vista filosófico e ideológico tenemos puntos de vista bastante encontrados, pero los temas que nos convocan, que son los comunes, ahí tenés que apelar al sentido común”.
Y siguió: “Tiene que ser muy buena, no tenemos otra chance nosotros”.
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