Más de una hora de charla e intercambio de regalos: Los detalles del esperado encuentro privado entre Milei y el Papa Francisco
Más extensa de lo regular, la cita entre el mandatario y el pontífice argentino se prolongó por una hora y 10 minutos, en una situación poco habitual para este tipo de encuentros. En ella, Milei habló largo y distendido sobre el presente de su país natal y le regaló alfajores de dulce de leche y galletas de limón de su marca favorita. Esto, más el distendido abrazo del domingo, aparentemente dieron por finalizada la tensión generada luego de los duros insultos del mandatario en campaña.
La expectativa por la reunión entre el presidente de Argentina, Javier Milei, y el líder de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, era alta. Le precedían, en primer lugar, la serie de insultos que el economista libertario profirió en contra del pontífice en el pasado, y en segundo, un inusual abrazo durante el domingo, cuando el jesuita argentino le dedicó unas palabras y un saludo tanto al inicio como al final de la misa de canonización de “Mama Antula”, la primera santa del país vecino.
Y, como parecía indicar la serie de gestos de este domingo, el encuentro de una hora y 10 minutos de duración terminó por zanjar cualquier animadversión entre el líder de la Iglesia Católica y el jefe de Estado argentino. De hecho, el tiempo que el Papa Francisco le dedicó a Javier Milei excedió con creces el que regularmente otorga a otros mandatarios, e incluso a sus antecesores, como cuando se reunió con Cristina Kirchner, Mauricio Macri o Alberto Fernández en el pasado.
Entre los temas que surgieron durante los 70 minutos de charla, medios argentinos señalaron que se habló sobre los planes económicos y políticos del libertario para Argentina, el presente financiero y social del país natal de ambos e incluso, según La Nación, se especula que Milei le habría hablado de sus deseos de convertirse al judaísmo, pese a sus raíces católicas. Fuentes vaticanas dijeron al mismo medio que la audiencia fue “muy buena y muy amable”, y que el pontífice, de 87 años, “dejó hablar” al economista.
Alfajores y galletitas
La reunión, planificada luego de que la primera santa argentina fuera canonizada, estaba pactada para las 9 de la mañana hora local. Muy justo en el reloj, la comitiva del presidente Milei arribó a las 8:57 al patio de San Dámaso. Se habían encontrado con un grupo de peregrinos argentinos de “Mama Antula”, por lo que el mandatario decidió bajarse de su vehículo a fotografiarse con ellos.
Junto a Milei, viajaron su hermana Karina, la secretaria general de la Presidencia; la canciller Diana Mondino; los ministros del Interior y Capital Humano, Guillermo Francos y Sandra Pettovello, respectivamente; el rabino Axel Wahnish, quien oficia como embajador designado en Israel; y el secretario de Culto, Francisco Sánchez.
Tras un apretón de manos y un abrazo menos efusivo que el del domingo, el primer diálogo de Milei fue uno críptico: “No me tenía en esa tarea, pero si usted me lo pide, lo hago”, consignó el diario Ámbito Financiero. Se refería a una conversación previa entre el mandatario y el Papa Francisco que no trascendió. “Sentate”, le dijo el líder de la Iglesia Católica mientras lo invitaba a unírsele en el mismo escritorio de madera que antes vio el ingreso de Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández, en la biblioteca del segundo piso del Palacio Apostólico.
Pese a que muy posiblemente sus opiniones políticas se encuentren en las antípodas, el Papa Francisco le dedicó a Milei más tiempo que a cualquiera de sus antecesores. Fuentes de la comitiva oficial del libertario aseguraron al periódico Clarín que la reunión se dio “en la misma línea” que lo que se vio el domingo, con el abrazo en la misa de canonización de “Mama Antula”. Según dicho grupo, el pontífice “lo recibió con mucho cariño”.
Allí, temas como el programa económico, la crisis social que afronta Argentina y el clima de tensión política que atraviesa el país salieron a la palestra, en un diálogo en el que principalmente fue Milei el que habló, y Francisco el que escuchó, apuntó La Nación. El objetivo del economista era hacerle saber de primera mano, y no a través de interpretaciones de terceros o de medios de comunicación, sus puntos de vista.
“Le expliqué todo”, dijo el mandatario al retirarse de la Ciudad del Vaticano, refiriéndose a los cruces con la oposición por el debate sobre la fallida “ley ómnibus”, reportó Clarín. “Me entendió a la perfección”, planteó a un integrante de la comitiva. Sobre la esperada visita a Argentina por parte del pontífice durante 2024, aún se mantiene la incógnita, pero las intenciones están.
Con el encuentro, la prensa argentina da por superado el turbulento pasado en la forma en que Milei se refirió al Papa. El propio pontífice había asegurado que no le preocupaban los dichos del entonces candidato presidencial, puesto a que “las palabras en campaña electoral van y vienen”, dijo previamente.
Milei había asegurado que el Papa Francisco era “el representante del maligno en la Tierra”, que tenía “afinidad con comunistas asesinos”, que “está del lado de dictaduras sangrientas” e incluso lo trató de “imbécil”. Luego, se disculpó de manera pública en un debate presidencial, y nuevamente cuando el líder de la Iglesia Católica lo llamó personalmente para felicitarlo por su triunfo en el balotaje de noviembre pasado.
Aprovechando la presencia de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, Milei le detalló el trabajo de dicha cartera para garantizarle que en su administración están pendientes de los sectores más vulnerables, planteó Clarín. Esto, luego de que el Episcopado Argentino manifestara su preocupación por la falta de alimentos en comedores sociales y la demora en la implementación de la tarjeta con fondos que reemplazará el sistema de reparto de comida que actualmente se aplica en Argentina, continuó el mismo medio.
El Vaticano se refirió al encuentro entre Milei y el Papa Francisco mediante un comunicado. “Durante las cordiales conversaciones en la Secretaría de Estado, se expresó satisfacción por las buenas relaciones entre la Santa Sede y la República Argentina y el deseo de reforzarlas aún más. A continuación, se detuvieron en el programa del nuevo gobierno para enfrentar la crisis económica”, plantearon, dejando en claro que acusaron la alerta de los obispos argentinos.
“En la continuación de la conversación, se abordaron varios temas internacionales, en particular los conflictos actuales y el compromiso por la paz entre las naciones”, agregaron.
Una vez finalizada la reunión personal, el equipo ingresó al salón para saludar al pontífice y realizar el tradicional intercambio de regalos. El mandatario argentino le obsequió una carpeta con la copia de la carta manuscrita del canciller José María Gutiérrez acreditando a Juan Bautista Alberdi, el autor intelectual de la Constitución argentina de 1853, como representante en Europa. También le hizo llegar un cuadro de “Mama Antula” y, en un gesto más personal, libros del economista Jesús Huerta de Soto, uno de sus referentes, así como alfajores de dulce de leche y galletitas de limón de su marca favorita.
El Papa Francisco, en tanto, respondió haciéndole entrega de un medallón de bronce inspirado en el Baldaquino de San Pedro, sus principales libros y el Mensaje de la Jornada Mundial de la Paz de este año. Tras el esperado encuentro, Milei también se reunió con la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni.
En Argentina, sigue la política
No todo son abrazos y reconciliaciones político-espirituales en la vida de Milei. En su país natal le espera una dura semana tras el rechazo en particular de su emblemática “ley ómnibus”, la que lo alcanzó en medio de su gira.
Tras la estrepitosa caída de la mayoría de los aspectos más polémicos, luego de que el oficialismo no lograra pactar con la oposición “dialoguista” en los temas que siempre levantaron como problemáticos, la duda que surgió en el mundo político es si se debe hacer un cambio rotundo en el Ejecutivo. Algunos incluso postularon un gobierno compartido entre el PRO, del expresidente Mauricio Macri, y el libertarismo de Milei, en vista del nulo músculo parlamentario evidenciado en el Congreso.
Pero la propuesta fue desechada de inmediato por el líder de La Libertad Avanza. “Acá no va a haber un cogobierno, el que mando soy yo”, dijo Milei según Clarín. “El Presidente entiende que no pueden quedar dudas de que su gobierno no es un segundo tiempo macrista y que el que toma las decisiones es él”, señaló el mismo medio. Sin embargo, ya se habla de cambios en cargos específicos.
El viernes, Milei ya había iniciado la purga tras pedir la dimisión del titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), Osvaldo Giordano, y la de Minería, Flavia Royón, alegando su falta de compromiso con el Estado.
Tanto en el gobierno libertario como en el PRO prefieren no hablar de cargos, pero los dirigentes que lleguen al Ejecutivo “tienen que compartir el mismo rumbo”, dijeron desde el entorno presidencial a Clarín. “El que venga, tiene que estar alineado con ellos (refiriéndose a Macri y Patricia Bullrich, ministra de Seguridad y presidenta del PRO), pero también con lo que queremos hacer, que es terminar con la casta”. El mismo medio asegura que Milei ya tiene ideado cómo resolver el pacto con Macri, pero se niega a revelar las incorporaciones del PRO que le gustaría sumar a su equipo.
Cristian Ritondo es uno de los que más suena. Se trataba del nombre que Macri quería poner en la conducción de la Cámara de Diputados, pero Milei se inclinó por Martín Menem, y no tiene intención de removerlo, pese al fracaso con la “ley ómnibus”. Según el mandatario, “está haciendo un trabajo impresionante”.
Superado el percance en la Cámara Baja, en el libertarismo confían en que lograrán recomponerse pronto. “Muchos radicales que no quieren quedar pegados a los K se van a diferenciar de Martín Lousteau (presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical, uno de los partidos de la oposición “dialogante”) y Gerardo Morales (precandidato a vicepresidente de Horacio Rodríguez Larreta en las primarias de Juntos por el Cambio) y van a terminar viniendo de este lado”, dijo un alto funcionario a Clarín. “Lo ideal es que el 1 de marzo ya estemos todos juntos”, añade.
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