Los obstáculos de Zelensky para mejorar la relación con Trump tras encuentro en la Casa Blanca

Volodymyr Zelensky y Donald Trump en el Salón Oval de la Casa Blanca. Foto: Reuters.
Volodymyr Zelensky y Donald Trump en el Salón Oval de la Casa Blanca. Foto: Reuters.

Las tensiones entre ambos presidentes son anteriores a la guerra, y a pesar de la serie de tuits agradeciendo a Estados Unidos por su ayuda este sábado, el mandatario ucraniano no ha pedido perdón por la disputa del viernes en la Casa Blanca, cosa esperada por parte de la diplomacia norteamericana antes de continuar sus conversaciones con Kiev. Europa, en tanto, se propone respaldar a Zelensky y busca “un mes de tregua” antes de poner fuerzas de paz en territorio ucraniano.


La discusión entre el presidente Donald Trump y su homólogo ucraniano, Volodimyr Zelensky, en la Casa Blanca provocó que las relaciones entre ambos países se deterioran a tal punto que los líderes europeos debieron reunirse de emergencia el fin de semana para alcanzar un acuerdo sobre la guerra de Rusia en Ucrania que se presentará en Washington, para que el mandatario estadounidense vuelva a las conversaciones.

La discusión entre Zelensky y Trump viene precedida, sin embargo, de tensiones que se remontan a 2019, y que ponen en más dificultades la relación entre Zelensky y Trump.

Luego de la discusión, y para intentar bajar las tensiones, Volodymyr Zelensky publicó una serie de tuits el sábado donde expresaba su gratitud, tanto a los Estados Unidos como a Donald Trump, por la ayuda militar que le habían entregado durante estos años. Sin embargo, a diferencia de lo esperado por la Casa Blanca, no ha pedido disculpas aún por aquello que Trump consideró una “falta de respeto”: además, insistió en que no se puede confiar en la palabra de Vladimir Putin.

Ya antes de la reunión del viernes las cosas estaban difíciles entre Washington y Kiev. Cuando Trump empezó las conversaciones de paz con Rusia, y se juntaron las delegaciones de ambos países en Riad, Zelensky mostró su descontento por no haber sido invitado. De ahí, una serie de reacciones se encadenó: Trump dijo que estaba “decepcionado” por la reacción de Ucrania y culpó a Kiev por iniciar la guerra. Al día siguiente, Zelensky dijo que Trump estaba atrapado en un “espacio de desinformación” ruso. Horas después, Trump llamó a Zelensky un “dictador” que ha “hecho un trabajo terrible.

Volodymyr Zelensky, Donald Trump y el vicepresidente norteamericano J. D. Vance en el Salón Oval de la Casa Blanca. Foto: Reuters.
Volodymyr Zelensky, Donald Trump y el vicepresidente norteamericano J. D. Vance en el Salón Oval de la Casa Blanca. Foto: Reuters.

En ese contexto, el encuentro del Salón Oval ya tenía la tensión servida, aun cuando se suponía que había un acuerdo listo a firmarse. Kiev, en el acuerdo, iba a ceder a Washington los derechos para explotar minerales y metales de tierras raras en Ucrania: recursos que son vitales para la industria tecnológica y de defensa de Estados Unidos.

Para The Washington Post, una fuente de la Casa Blanca dijo que las dos partes siguen estancadas en la cuestión de las garantías de seguridad de Estados Unidos que, según Ucrania, son necesarias para garantizar una paz duradera. El Presidente estadounidense apunta a que el acuerdo sobre minerales garantizaría implícitamente la seguridad de Ucrania, ya que atraería miles de millones en inversiones estadounidenses que la Casa Blanca querría proteger.

Emmanuel Macron, Keir Starmer, Volodymyr Zelensky y otros líderes occidentales en Londres. Foto: Reuters.
Emmanuel Macron, Keir Starmer, Volodymyr Zelensky y otros líderes occidentales en Londres. Foto: Reuters.

En tanto, desde Londres los líderes europeos y Zelensky están buscando maneras de negociar la paz en términos que convengan más a Ucrania, y den tiempo para reconstruir la relación con Washington. Un plan propuesto por Francia y el Reino Unido incluye una “tregua parcial” de un mes, que cubriría aire, mar e infraestructura energética.

Hasta el momento el Presidente francés, Emmanuel Macron, y el Primer Ministro británico, Keir Starmer, habrían buscado persuadir a Trump para que Estados Unidos proveyese de una “fuerza de estabilización de la paz” que se hiciera presente en Ucrania, pero no hubo éxito. El plan será presentado a Estados Unidos como parte de un intento de reparar las relaciones con la administración Trump luego de la cumbre de 18 líderes, en su mayoría europeos, celebrada en Lancaster House en Londres el domingo.

Así, Starmer presenta su “coalición de la voluntad” (“coalition of the willing” en inglés) como uno de los pasos, que incluyen ayuda militar continua a Ucrania para mejorar su posición en el campo de batalla, un asiento en la mesa para Kiev en cualquier negociación de paz y más ayuda con sus capacidades defensivas después de un acuerdo. Ahí es donde entraría la coalición.

Además de Reino Unido y Francia, países como Dinamarca y los Países Bajos parecen candidatos obvios para participar en esta coalición: ambos han apoyado firmemente y financieramente el esfuerzo bélico de Ucrania y son miembros de la OTAN que contribuyeron a otras campañas de seguridad, como la de Afganistán.

El Presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró que el plan británico-francés comenzaría con una tregua de un mes entre Ucrania y Rusia, y que cualquier despliegue de tropas de estabilización de la paz se produciría solo después de eso, según indicó en una entrevista con el periódico francés Le Figaro el domingo por la noche. “No habrá tropas europeas en suelo ucraniano en las próximas semanas. La cuestión es cómo aprovecharemos este tiempo para intentar obtener una tregua accesible, con negociaciones que durarán varias semanas y luego, una vez firmada la paz, un despliegue”.

“Queremos la paz”, dijo Macron, “pero no la queremos a cualquier precio, sin garantías”.

Emmanuel Macron, Keir Starmer y Volodymyr Zelensky en Londres. Foto: Reuters.
Emmanuel Macron, Keir Starmer y Volodymyr Zelensky en Londres. Foto: Reuters.

Sin embargo, el plan de “un mes de tregua y después fuerzas de paz” no provoca unanimidad ni siquiera en los líderes europeos. La diplomacia del Reino Unido, que fue anfitrión de la cumbre, aseguró que el primer ministro Sir Keir Starmer quería avanzar con el plan de paz “aprovechando el moméntun”, pero que la tregua de un mes no era “un plan del Reino Unido”. Un funcionario británico dijo: “Hay varias opciones sobre la mesa, sujetas a futuras discusiones con los socios estadounidenses y europeos, pero no se ha acordado una tregua de un mes”.

El ministro de las Fuerzas Armadas del Reino Unido, Luke Pollard, advirtió el lunes contra una pausa temporal en los combates en Ucrania, ya que podría permitir a Rusia reagruparse. En entrevista a Sky News aseguró: “La verdadera preocupación que tienen los ucranianos es que cualquier breve pausa en la guerra simplemente dé tiempo a los rusos para rearmarse, reagruparse y volver a invadir”.

Por su parte, la Primera Ministra italiana, Giorgia Meloni, uno de los liderazgos europeos más cercanos a Donald Trump, expresó algunos recelos sobre las ideas franco-británicas: “Lo único que realmente no podemos permitirnos es una paz que no dure. Esto es algo que Ucrania no puede permitirse, Europa no puede permitirse y Estados Unidos no puede permitirse”.

Volodymyr Zelensky junto a Donald Trump durante la campaña presidencial de 2024. Foto: Reuters.
Volodymyr Zelensky junto a Donald Trump durante la campaña presidencial de 2024. Foto: Reuters.

Las tensiones entre Zelensky y Trump son anteriores a la guerra ucraniana. Comienzan en 2019, cuando Zelensky fue elegido Presidente, y el entonces mandatario estadounidense comenzó a presionarlo para que declarara en una investigación sobre sus rivales demócratas allí.

En la primera larga llamada telefónica de Trump con Zelensky, presionó al Presidente ucraniano para que investigara a Hunter Biden, el hijo de Joe Biden, su rival en las elecciones presidenciales de 2020. La llamada condujo al primer juicio político contra Trump y podría haber contribuido a su derrota en las elecciones de 2020.

Así, el líder ucraniano mantuvo su distancia con Trump después de que este dejó la Casa Blanca, pero volvió a establecer contacto durante la campaña presidencial estadounidense el año pasado y rápidamente cometió un paso en falso. Los republicanos lo criticaron por aparecer con el gobernador demócrata de Pensilvania en una fábrica en el estado que fabricaba proyectiles para Ucrania, una visita que funcionarios republicanos dijeron que era partidista.

El senador republicano Lindsey Graham, que durante mucho tiempo apoyó a Zelensky y los envíos de armas a Ucrania, publicó en X este sábado que el comportamiento del Presidente de Ucrania era “más que inaceptable” y que sus sermones se estaban “agotando”. En un mensaje a los europeos, escribió: “Los invito a defender a Ucrania de Putin”.

John Bolton, que sirvió durante un año y medio como asesor de seguridad nacional de Trump en su primer mandato, dijo que la aversión personal de Trump hacia Zelensky está teniendo ahora un enorme impacto en la política exterior de Estados Unidos porque “si a él le gusta un líder extranjero, tenemos buenas relaciones con ese país”: “A Trump le gusta admitir que no le agrada Zelensky. Así que ahí está su ecuación”.

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