Los silencios y explicaciones de los convencionales de la Lista del Pueblo que no firmaron la declaración de los 34

Vocería de los Pueblos

Cuatro constituyentes explican que, en parte, están de acuerdo con la idea que esgrimió la "Vocería de los Pueblos" de que el reglamento y normativas de la Convención no deben subordinarse a lo firmado en el Acuerdo por la Paz Social. Algunos han preferido mantenerse al margen, mantener la autonomía y continuar representando a sus electores. Otro señala estar abierto a discutirlo cuando se inicie la Convención. Mientras que 3 convencionales optaron por no referirse al tema.


El martes, la declaración de 34 constituyentes articulados en la “Vocería de los Pueblos” levantó una polvareda en el Congreso, el gobierno y los mismos integrantes de la futura Convención. Ese día, en una cita por Zoom, el grupo estableció 6 garantías democráticas para el desarrollo de la Convención Constitucional y señalaron que ésta no se debe subordinar a reglas de “un Acuerdo por la Paz que nunca suscribieron los pueblos”.

El Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución fue firmado el 15 de noviembre por distintas fuerzas políticas -la DC, el PS, la UDI, RD, el PPD, RN, el PL, Evópoli, Comunes, el PR y el diputado Gabriel Boric (CS)- para acordar una “salida institucional” al estallido social que se desarrollaba en el país, mediante un plebiscito que abriría, posteriormente, la posibilidad de redactar una nueva Carta Magna.

Este acuerdo indicó, en su punto 6, que “el órgano constituyente deberá aprobar las normas y el reglamento de votación de las mismas por un quórum de dos tercios de sus miembros en ejercicio”. Cuestión que luego se materializó en la reforma constitucional al capítulo XV de la actual Carta Política.

Por eso, la declaración de la Vocería de los Pueblos -integrada por 20 convencionales de la Lista del Pueblo, 6 de pueblos originarios y 8 independientes, y que representa más de un quinto de la Convención- provocó una serie de reacciones en el mundo político. La mayoría, contrarias a dicho pronunciamiento.

Pero quedó la duda: ¿por qué no firmó toda la Lista del Pueblo? Siete convencionales de ese pacto (conformado por un total de 27) no suscribieron el documento: Giovanna Grandón, Tania Madriaga, Helmuth Martínez, Rossana Vidal, Natalia Henríquez, Ingrid Villena y Gloria Alvarado.

La Tercera PM consultó a cada uno por qué se ausentaron de la declaración. En respuesta, las constituyentes Henríquez (Distrito 9), Villena (Distrito 13) y Alvarado (Distrito 16) optaron por mantener silencio. Alvarado, en tanto, aclaró que “yo no soy de la Lista del Pueblo, fui apoyada por ellos”.

Por su parte, Grandón, representante del Distrito 12, explica que no firmó la declaración porque estuvo enferma, y no pudo participar de las reuniones que, señala, se comenzaron a gestar en su distrito. Y que cuando se integró a los encuentros, “algunos compañeros sabían de qué se trataba, sobre todo algunas mujeres que son de 8M, pero otros compañeros no tenían idea”.

La convencional conocida como Tía Pikachu relata que “yo pregunté a algunos quiénes organizan, pero no sabían. Pero, ¿cómo van a una parte y no averiguan de qué va esto? Me decían que vamos a unir agrupaciones, y yo respondí que ‘ya, pero tienes que averiguar qué agrupaciones son, ¿o vas a ser igual que el Boric que te pasaron el papel y vas a decir ah no me di cuenta?’. Esta cosa es muy seria”.

Debido a la falta de información, Grandón dice que se mantuvo al margen. Asimismo, señala que “si yo me adhiero a eso, voy a pedir transparencia, voy a solicitar nombres, agrupaciones, todo, para investigar a quiénes voy a representar. Hay organizaciones que a veces no son más de dos personas. Y una no puede llevar la voz de dos personas”.

Pero más allá de su participación en la Vocería, la Tía Pikachu dice que está de acuerdo con el contenido de la declaración: “Yo tengo bien claro que tenemos que hacer los acuerdos de cómo vamos a trabajar. Ellos (el Gobierno) ya nos están poniendo normas. Nosotros si queremos las seguimos. Nosotros tenemos que ponernos de acuerdo en cómo vamos a trabajar y organizar. Estoy de acuerdo con los 6 puntos, y en que vamos a seguir nuestras propias reglas y tomar nuestros acuerdos. No vamos a ser parte de esa cocina que hicieron (Acuerdo por la Paz Social)”. Agrega que por ahora “no voy a firmar con la Vocería de los Pueblos. Si quieren imponer ciertas cosas que no son favorables para la gente, ahí yo no tranzo. Prefiero deberme al pueblo. Mantener mi independencia”.

Desde Valparaíso, Tania Madriaga, constituyente del Distrito 7, dijo que apoya los contenidos de la declaración, “con la prioridad puesta en la libertad de los presos políticos de la revuelta y la desmilitarización del Wallmapu. Respecto a la crítica del acuerdo del 15N, hemos planteado que la demanda ciudadana de la Asamblea Constituyente no se vio cumplida con las reglas impuestas. Es por ello, que debemos continuar empujando los límites de lo posible y el único camino es siempre más participación popular, por ejemplo, incluyendo el mecanismo democrático de los plebiscitos intermedios para todas aquellas propuestas que alcancen la mayoría simple y no llegan a los 2/3″.

Helmuth Martínez, convencional electo por el Distrito 23, comenta que “se hizo una invitación amplia pero no participé de la gestión ni tampoco del proceso de elaboración de ese acuerdo”.

Sobre si está de acuerdo o no con el contenido, afirma que ″no podría decir que disiento, sino más bien que es una situación no evaluada con mis electores; por la trascendencia y efectos de lo planteado allí no podría tomar de motu propio la decisión de firmar lo que se plantea, mas no niego el debate en torno a los temas planteados”.

Martínez agrega que “tomaría ciertos aspectos del poder constituyente originario. Respecto de uno de los puntos, que sería cambiar las reglas del juego, para mí no es cambio en algunos casos, si la Convención adopta por mayoría cierta reglas nuevas, no me cierro. Toda discusión yo la daría en la Convención una vez que se instale (...) En general siento que tiene que haber un grado de institucionalidad, por eso no he firmado y no he suscrito ninguna carta de antemano. Hoy día me hago representante de un sector de la población, y me debo a ellos, entonces poner discusiones antes de instalar la Convención de motu propio, a mí no me parece”.

Finalmente, Rossana Vidal, representante del Distrito 20, explica que “no firmé, pues pese a lo espurio del mal llamado “Acuerdo por La Paz” (no se logró eso claramente), estoy en una posición ecléctica, pues sé que este “Acuerdo” es el que nos permitió llevar adelante el proceso en el que estamos hoy”. Sin embargo, agrega que “comprendo la intransigencia del otro, por la historia de nuestro país, por la desconfianza que hay en la clase política y porque lo que se está planteando son temas de fondo, derechos humanos y evitar tratados internacionales donde Chile perdería la soberanía de recursos y decisiones, por ejemplo. Es válido plantear posiciones individuales por intransigentes que estas puedan parecer, esto también debe ser atendido”.

Consultada sobre si disiente o no del contenido firmado en la declaración de la Vocería de los Pueblos, Vidal señala que “es muy poco probable que alguien en nuestro país pueda desconocer lo que en dicha declaración se plantea, pues sin duda deja de manifiesto profundos dolores, que han dejado grietas imborrables en nuestra comunidad. Cuando un país no atiende y no responde con humanidad y respeto, fácilmente cae en definir al otro desde posiciones polarizadas. Esto no tiene que ver con adherir o estar o no de acuerdo con la firma de un documento, sino más bien con respetar al otro como un “legítimo otro”. Creo que debemos avanzar y preguntarnos cómo avanzamos mediante un diálogo honesto en la comprensión de esos dolores y heridas que están ahí, cubiertas con una gasa que las oculta, lo cual no significa que esas heridas no sigan profundizándose, cada día. Gestionar el cuidado del otro es ante todo , estar disponible para aceptar que toda posición tiene validez por muy diferente que sea la forma cómo esta se exprese, sobre todo cuando el fondo de lo que se plantea es inevitablemente objetivo”.

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