Los whatsapp donde exdirectora de Fundación para la Confianza dijo haber visto “golpecitos” de Juan Pablo Hermosilla a abogada que lo denunció por maltratos
Si bien por medio de una carta enviada a este medio Valentina Correa había descartado haber presenciado cualquier tipo de agresión, en mensajes que envió a la demandante, Ángeles Barros, se lee que le manifiesta su preocupación por lo que está enfrentando. En la contestación de la demanda, en todo caso, el principal denunciado hace presente que aquello nunca ocurrió y que las aseveraciones constituyen una "afrenta gratuita".
“No he sido testigo de ningún golpe por parte del abogado Juan Pablo Hermosilla hacia Ángeles Barros, como menciona la demandante. Tampoco he sido testigo de golpes del mencionado abogado hacia ninguna persona”.
Aquello es parte del contenido de una carta al director publicada en La Tercera la tarde del 29 de junio, y donde la entonces directora ejecutiva de la Fundación para la Confianza, Valentina Correa, se refiere a una acción judicial interpuesta por la abogada Ángeles Barros en contra del estudio Hermosilla & Cia. Abogados, y donde acusa haber sido despedida sin justificación y haber sufrido graves maltratos.
Puntualmente, por medio de dicho escrito, Correa descartó aseveraciones planteadas por la citada profesional y que hacían referencia a que ella había presenciado golpes que Hermosilla le habría propinado. Y es que como se lee en la demanda que Barros estampó en Segundo Juzgado Laboral de Santiago, habría sido en medio de un viaje por una reunión con autoridades locales a Valparaíso que éste la agredió, ante los ojos de Correa y de Gonzalo Vial. Por lo mismo, luego de que aquello se hiciera público, la otrora directora entregó su visión de los hechos.
Sin embargo, esa versión no concuerda con conversaciones que meses antes había tenido con la denunciante vía WhatsApp, ya que en diciembre le planteó su preocupación por los tratos que estaba enfrentando, según se desprende de la prueba presentada ante el juzgado y que estuvo disponible en el portal del Poder Judicial.
Para apoyar lo planteado en su demanda, Barros y el abogado que la representa acompañaron los mensajes que Valentía Correa le envió y ahí se puede apreciar que siete días después del viaje a Valparaíso, el 22 de diciembre, le escribió: “A ver amiga querida, me alegro que lo converses con Juan Pablo. Hay un par de cosas que vi que no me gustaron, una de ellas es Juan Pablo te diera ‘golpecito’ y que te ‘callara’. Puedo comprender que de repente se desespera con que lo interrumpas, o entras muy rápido en confianza con externos (en este caso Gonzalo) y eso lo complica”.
Y le agregó: “Las relaciones son de a 2, han construido una dinámica que no es muy virtuosa. Yo quería conversa contigo cuando nos viéramos”.
Como se lee, ante ello Ángeles Barros le hace presente que comentó la situación con Hermosilla y que éste le indicó que “no entiende por qué hablo si incluso abogados mucho más seniors saben quedarse callados y permanecer en un segundo plano”.
A lo que Correa replicó: “Uuf Ángeles que difícil situación estás viviendo. Me alegro que hagan una investigación”. Y más adelante, incluso, le recomienda buscar trabajo.
Con todo, lo anterior vuelve a contrastar con otros mensajes que Correa envió a un tercero, que de acuerdo con el nombre del archivo es José Murillo. A este le indica, “yo no vi un golpe y me siento manipulada por la Ángeles al ver que ocupa mi cargo en la fundación para darle fuerza a la demanda”.
Y contrasta, además, con lo que la otrora directora también le comentó al propio Hermosilla. “Yo confío en tu experiencia y que has peleado contra poderosos... pero en mi humilde opinión.... esto huele mal: mujer, extrabajadora que te acusa de golpearla... en fin, cuando la tengas y diseñes la estrategia... me cuentas que posición del ajedrez me pongo”, se lee en conversaciones adjuntadas.
La investigación a la que se refería Correa, cabe precisar, decía relación con una que había ordenado la abogada Grace Schmidt -otrora integrante del estudio y también denunciada por Barros por malos tratos- sobre reclamos que pesaban en contra la demandante, ya que otra profesional la había acusado por hostigamientos.
La Tercera intentó contactar a Valentina Correa para consultarle al respecto, sin embargo, no quiso referirse al asunto, al igual que Ángeles Barros. Juan Pablo Hermosilla, en tanto, no respondió a las llamadas ni mensajes de este medio.
Pruebas de la contraparte
En los documentos expuestos por Juan Pablo Hermosilla en medio de la tramitación de la demanda, se adjuntaron conversaciones de WhatsApp entre Ángeles Barros y Macarena Torres, que corresponde a la abogada que la había acusado por malos tratos.
Si embargo, como parte de los antecedentes también se sumó la conclusión de la indagación que desacredita esas irregularidades. “De los antecedentes recabados y de las declaraciones de las partes involucradas, además de los testigos que prestaron declaración en este proceso, la suscrita ha podido concluir que en este caso no se configura el acoso laboral denunciado ni menos actos de hostigamiento, atendido que las conductas descritas como tales no poseen los elementos necesarios ni cumplen con los requisitos exigidos para ser considerados como tales”, se afirma en dicho documento firmado por la abogada María José Muñoz.
También se suma el correo con que Hermosilla informó sobre esos resultados a los trabajadores, donde escribió: “Puedo informarles que he recibido un completo informe, que me parece muy bien desarrollado, que llega a la conclusión clara de que no se pudo constatar ninguna situación de abuso, maltrato o acoso que fuera relevante. Espero que aprendamos todos de la experiencia, es importante que aprendamos a convivir unos con otros en un ámbito de respeto, cuestión que, para mí en lo personal, además, es parte de la esencia de nuestro proyecto y nuestro trabajo”.
De la misma forma, y con miras a desestimar el presunto despido injustificado, se incorporan correos enviados por otra profesional del estudio, María Eugenia Rodríguez, quien hace presente que la misma Barros es quien había enviado una propuesta de su finiquito.
“Nos resulta extraño tu correo, puesto que nunca has sido despedida de tu trabajo, por el contrario, como bien sabes, fuiste tú quien solicitó salir del Estudio y negociar tu salida, llegando incluso a despedirte del equipo y derivaste los juicios. Luego, mandaste a Juan Pablo una propuesta de finiquito con unos montos que no sabemos cómo fueron calculados y, en paralelo, una abogada actuando a tu nombre, lo contacta para ver la propuesta, haciendo todo mucho más extraño aún. En el mismo sentido, le enviaste mensajes a Manuel diciendo que si no logramos llegar a un acuerdo voy a tener que demandar por tutela laboral y exponer tanto a Juan Pablo como al Estudio para luego presentar una licencia médica”, le indicaron.
Y le reafirmó: “No has sido despedida, ni hemos recibido tu renuncia ante notario, tal como fue tu intención cuando le dijiste a Juan Pablo que no querías seguir trabajando en el Estudio”.
Del mismo modo, en la contestación de la demanda, el abogado que representa al estudio, Cristóbal Torrealba del Río, expuso que su representada, “siempre ha obrado de buena fe; a pesar de las amenazas, presiones, difamaciones, ha estado dispuesta a consensuar la salida de la actora en los términos que ella misma planteó. Una salida voluntaria con el pago de los montos equivalentes a la causal de necesidades de la empresa, pero esta salida amigable y consensuada inexplicablemente se transformó en la exigencia de pagos millonarios, que fueron acompañados de amenazas y presiones indebidas a cambio de no dañar la imagen de mi representada y su socio fundador”.
Se agrega, en los mismos términos que los dichos sobre supuestos golpes constituyen una “afrenta gratuita”.
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