Macron sin bienvenida: el primer bochorno del G20 en Argentina
El Presidente francés llegó a las 20:50 a Buenos Aires, pero no había nadie esperándolo. Además, tuvo que darle la mano a un trabajador del aeropuerto, que vestía un chaleco amarillo, una casual alusión al conflicto social que agita por estos días a Francia.
La llegada de Emmanuel Macron, la noche del miércoles a Buenos Aires para participar de la cumbre del G20, encendió las redes sociales tanto en Francia como en Argentina, puesto que nadie del gobierno del Presidente Mauricio Macri estaba esperando al mandatario francés a su llegada a Ezeiza. Así, tuvo que ser recibido por dos funcionarios del aeropuerto, y uno de ellos portaba un chaleco amarillo, lo que fue interpretado por los cibernautas como una casual alusión al movimiento francés que protesta contra el alza a los precios de los combustibles. Un conflicto que suma fuerzas y que se ha convertido en un fuerte dolor de cabeza para Macron.
Las últimas dos semanas han estado especialmente movidas para el Presidente galo. Luego de anunciar que subirá el precio de los combustibles, con motivos de encaminarse hacia la transición ecológica, se conformó un movimiento social sin el apoyo de sindicatos ni partidos políticos, en protesta a dicha alza. El sello del movimiento se identificó con los chalecos amarillos que portaban los manifestantes, el mismo que deben utilizar los conductores obligatoriamente ante cualquier incidente en las carreteras. Ya llevan dos masivas protestas el sábado 17 de noviembre y el sábado 24 de noviembre, además de pequeñas movilizaciones durante la semana. Para este sábado se convocó a otra movilización, y ante tanta presión el gobierno francés decidió sentarse a dialogar.
Es en medio de este tumulto social que Macron debió viajar a la cumbre de los líderes del G20, sin embargo, no tuvo oportunidad de olvidar por un momento el conflicto local.
Su desolada llegada a Buenos Aires llamó la atención de los medios, puesto que pese a que estaba la alfombra roja dispuesta en la pista, no había nadie para recibirlo. Nadie excepto funcionarios con chalecos amarillos.
La vicepresidenta de Argentina, Gabriela Michetti, era la encargada de recibir al mandatario francés y su esposa Brigitte Macron, sin embargo, una descoordinación hizo que Michetti solo alcanzara a saludarlos cuando ya estaban por subirse a los autos dispuestos para trasladar al Presidente.
"Estaba todo cronometrado y perfecto con la gente de protocolo de Francia hasta que nos dijeran 'ahora'. Cuando nos dieron la orden nos dimos cuenta que el Presidente se estaba metiendo en el auto", explicó Michetti a Todo Noticias. Sin embargo, pudo saludar a Macron y sostener con él una breve conversación. "Fue simpático y descontracturado. Lo había visto en la ONU el año pasado. Se acordó del encuentro que tuvimos el año pasado en la ONU y fue una linda charla", dijo Michetti.
Se trata de su primera visita a Sudamérica, donde mantendrá reuniones con el Presidente argentino Mauricio Macri, su homólogo chino Xi Jinping y su par ruso Vladimir Putin. Sin embargo, no se reunirá con Donald Trump, con quien ha tomado distancia.
Su agenda para hoy se prevé con tintes culturales y políticos. Como amante de la literatura se reunirá con la viuda del escritor argentino Jorge Luis Borges, María Kodama, y visitarán la Fundación Borges. También visitará la librería El Ateneo Grand Splendid, donde mantendrá un encuentro con jóvenes escritores.
Para almorzar, Macri y su esposa Juliana llevarán al Presidente francés y a Brigitte Macron en helicóptero a la isla El Descanso. Su programa también incluye una parada en la Plaza de Mayo y en el Parque de la Memoria, dedicado a las víctimas de la dictadura (1976-1983). Luego se reunirá con Macri y se dirigirá a la comunidad francesa de 20 mil personas en Argentina.
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