¿Mal endémico? PAES vuelve a evidenciar brechas entre colegios particulares y públicos, los que desaparecen de los rankings
Tan solo dos establecimientos municipales asomaron entre los 100 mejores de los resultados de la Prueba de Acceso a la Educación Superior. Pero, asimismo, las brechas de puntajes se mantuvieron estables entre los estudiantes egresados de instituciones particulares pagadas y quienes salen de particulares subvencionados o municipales. ¿Las razones? Los expertos apuntan a un problema de fondo y no al sistema de medición.
Hay quienes dicen que la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) no mide estrictamente la calidad educativa y que, por lo mismo, los rankings con los resultados de los colegios son técnicamente incorrectos. Incluso engañosos. Pero, por el contrario, también hay quienes señalan que bien utilizado y haciendo las comparaciones adecuadas, son una herramienta favorable. El debate se instaló tras las advertencias del Mineduc a las universidades de no divulgar información sobre los resultados, para evitar rankings y comparaciones.
“Va en contra de la idea de instaurar prácticas de colaboración en el sistema educativo, por sobre la competencia. Si se quiere medir la calidad educativa, es imprescindible remitirse a la prueba que fue diseñada para eso, es decir, el Simce”, explicaba a este medio, por ejemplo, Consuelo Iturrieta, subdirectora de Políticas Públicas de Educación 2020.
Por el contrario, Juan Eduardo Vargas, vicerrector académico de la U. Finis Terrae y exsubsecretario de Educación Superior, cree “necesario contar con la mayor cantidad de información disponible para que la ciudadanía tenga todos los datos a su alcance y así poder tomar decisiones informadas de política pública. El tema no debería ser qué información se puede conocer, sino cómo resolver las brechas”.
Como sea, lo cierto es que hay un dato decidor, justamente en torno al ranking de colegios en la PAES, antes Transición y más atrás, PSU: desde hace más o menos 20 años, sistemáticamente los colegios públicos (antes municipales, hoy algunos ya pertenecientes a Servicios Locales de Educación Pública, SLEP) han ido desapareciendo de los 100 primeros. El caso es dramático entre los llamados liceos emblemáticos.
EJEMPLO DE EVOLUCIÓN DE ALGUNOS LICEOS EN EL RANKING:
Instituto Nacional (Santiago) | Carmela Carvajal (Providencia) | Augusto DHalmar (Ñuñoa) | Bicentenario San Pedro (Puente Alto) | |
---|---|---|---|---|
2005 | 9° | 32° | - | - |
2009 | 20° | 64° | - | - |
2014 | 14° | 25° | 42° | 71° |
2018 | 78° | - | 3° | 39° |
2019 | 99° | - | 6° | 76° |
2022 | - | - | 15° | - |
2023 | - | - | 21° | - |
Para Mauricio Bravo, vicedecano de la Facultad de Educación de la U. del Desarrollo, que los particulares pagados saquen tanta ventaja sobre los públicos es un problema sistémico que se refleja históricamente con todas las pruebas de selección, que además se comporta de la misma forma en el Simce y en PISA. “Esto está altamente correlacionado con el nivel de ingresos de los hogares y la escolaridad de los padres. En escuelas municipales o SLEP asisten mayoritariamente estudiantes con un capital cultural más bajo que las escuelas no logran revertir en la trayectoria escolar”, asegura.
Por su parte, Elisa Araya, rectora de la Umce, asevera que “si bien en Chile la desigualdad existe en todos los ámbitos, en la educación se hace patente, hasta en la forma de hablar, que segmenta y estigmatiza a las personas en nuestro país. Aquí hay escuelas para ricos, para clase media, para pobres y para muy pobres, lo que se refleja geográficamente, puesto que se forman guetos inquebrantables con escasa movilidad social”. Y agrega: “Estamos empantanados en el aumento de la brecha entre públicos y privados en los resultados educativos, en este caso de la PAES”.
Al respecto, el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, señalaba este martes que “no es a la prueba a la que hay que solicitarle que resuelva las brechas, y tampoco nos entregue información respecto a la calidad de la educación, no es su propósito, y creo que es muy importante insistir en aquello”.
Mientras, el exministro de Educación y director del IPP UNAB, Raúl Figueroa, reseña que “la opacidad con que se ha entregado la información de la PAES dificulta hacer un análisis más riguroso para conocer en detalle la evolución del sistema”. Y si bien reconoce que la prueba no está diseñada para medir la calidad del sistema escolar, “la información que entrega es clave para identificar aquellos proyectos educativos que concentran sus esfuerzos en promover el acceso a la educación superior y, por esa vía, potenciar la movilidad social”. Y cierra: “La poca información disponible muestra cómo lamentablemente los liceos emblemáticos han dejado de ser el espacio de movilidad social que los caracterizaba, lo que nos lleva a reflexionar en torno a la necesidad de recuperar instrumentos que promuevan el esfuerzo y el foco en la excelencia en esos establecimientos. En ese sentido, la selección por mérito académico debiese instalarse en el debate”.
A su vez, el exsubsecretario Vargas también señala que “si bien el propósito de la PAES no es medir la calidad de la educación escolar, sino evaluar las competencias necesarias para acceder a la educación superior, es bastante claro que el principal factor que explica que las brechas se mantengan es la diferencia existente en la base, esto es, en la educación escolar, lo que se evidencia en pruebas como el Simce y se ratifica en los resultados de la PAES”. Pero, además, cree que otro factor es el “entrenamiento” que los colegios particulares les hacen a sus alumnos para rendir estas pruebas y mantenerse como alternativa de escolaridad.
Y es que si en 2014 establecimientos como el Instituto Nacional (Santiago), Liceo Augusto d’Halmar (Ñuñoa), Carmela Carvajal (Providencia) o el Bicentenario San Pedro (Puente Alto) figuraban en los listados, hoy solo la institución ñuñoína lo sigue haciendo, el único público dentro de los 100 del ranking junto al Liceo Bicentenario de Temuco. “Hay un equipo directivo fortalecido, todos son líderes pedagógicos que cuentan con el respaldo de todo el cuerpo de profesores, por lo tanto, se desarrollan estrategias de participación que acercan a las familias de los estudiantes con los profesores y asistentes de la educación”, explica Marcelo Segura, jefe del Departamento de Educación Municipal de Temuco sobre el desempeño del establecimiento que sostiene.
Pero la constante desaparición en los rankings no es lo único. De la mano de aquello, en la PAES 2023 las brechas de puntajes se mantuvieron estables entre los grupos de interés respecto del proceso anterior. Y ahí las más notorias siguen siendo, en todas las pruebas, entre los estudiantes egresados de establecimientos particulares pagados, a quienes les va mejor, y entre particulares subvencionados y municipales, a quienes, por el contrario, les va peor. Las brechas, de hecho, al igual que el año pasado fueron catalogadas como “grandes” (la máxima categoría del indicador D de Cohen, que mide las brechas) en las cinco pruebas al momento de comparar a particulares pagados tanto con subvencionados como públicos.
“Esta brecha persistente entre colegios particulares pagados y municipales o SLEP da cuenta del fracaso de las políticas educativas que se han implementado en los últimos años, que apuntaron a reformas estructurales -Ley de Inclusión o Ley de Educación Pública- y no se enfocaron en políticas que impacten positivamente en la sala de clases”, asegura el vicedecano Bravo, quien agrega que en este mismo sentido “el fin del copago o la instalación del SAE no muestra, hasta el momento, resultados significativos en el mejoramiento educativo”.
Por su parte, Ernesto Treviño, académico de la Facultad de Educación de la U. Católica, señala que la brecha entre los colegios públicos y particulares se debe a dos elementos alineados. “En primer lugar, los establecimientos particulares pagados seleccionan a los estudiantes y sus familias por aspectos académicos. Y lo hacen desde la educación parvularia (...) En segundo lugar, los establecimientos particulares pagados seleccionan por el nivel de ingresos de las familias, con pagos elevados, por eso atienden al 7% de la población de mayores ingresos en Chile”. En la otra vereda, señala el docente, “la población que asiste a los colegios pagados, de acuerdo a CASEN, obtienen 16 veces más ingresos promedio en comparación con el primer decil de ingresos en Chile, que en su mayoría asiste a la educación pública”.
¿Otro dato de este proceso? Quienes más participaron de la PAES habiéndola inscrito fueron estudiantes de educación particular pagada (96%), mientras que en los públicos el porcentaje de participación fue de 84%. En la educación técnico-profesional, en tanto, fue de 81%.
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