Malena Ernman, madre de Greta Thunberg, y la crisis que vivió la familia de activistas más célebre del mundo

La familia de Greta Thunberg.

En el libro Nuestra casa está ardiendo, recién llegado a Chile, la madre de la niña nominada al Premio Nobel de la Paz relata su historia familiar. Desde su carrera como cantante de ópera, la difícil crianza de sus hijas Greta y Beata, a los problemas de salud mental que la aquejan.


El préstamo estudiantil se le había acabado. Debía trabajar en el Teatro Oscar como bailarina y suplente en la obra Cyrano de Bergerac, mientras cantaba y estudiaba en la Ópera Real de Estocolmo. Malena Ernman (1970) lograba hacerse el tiempo, pero no para asistir a las fiestas y eventos sociales que organizaba la academia. Se sentía ajena. Un día, en su clase de interpretación escénica la profesora convocó una reunión entre los estudiantes. La sentaron sola frente al resto, le dijeron que era un problema que no se integrara a la comunidad y que era una engreída.

Tras lo ocurrido, Malena se encerró en su departamento y angustiada recurrió a su hábito: comer mucho y después introducir los dedos por la garganta. Era bulímica. Vomitar la hacía sentir mejor, pero le impedía cantar. "Me vi obligada a escoger. Elegí cantar. Y cantar me salvó la vida", detalla en Nuestra casa está ardiendo, el libro autobiográfico escrito por ella junto a su esposo Svante Thunberg y sus hijas Greta y Beata.

Antes de que la exposición mediática convirtiera a Greta Thunberg (16) en la escolar sueca que hace huelgas por el cambio climático, fue su madre Malena Ernman quien se hizo conocida por su carrera internacional como cantante lírica y miembro de la Real Academia Sueca de Música. Desde los 6 años pisó los escenarios y cantó en público, y hacerlo la ayudó a sobrellevar la timidez que le produjo su temprano tartamudeo.

En 1997 debutó en la ópera Liten Karin del autor Ivan Hallström en Vadstena, Suecia. En los años siguientes tuvo presentaciones en Barcelona, Viena, Ámsterdam entre otras ciudades. Participó junto a las óperas de Berlín, Finlandia, París y en 2009, fue la representante de Suecia en el Festival de la Canción de Eurovisión. En el medio artístico conoció a su esposo, el actor y productor Svante Thunberg, hijo de los intérpretes Olof Thunberg y Mona Andersson.

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Malena Ernman en su presentación en el Festival de la Canción de Eurovisión en 2009.[/caption]

5 ñoquis en 2 horas y 10 minutos

En el año 2003 nació Greta, su primera hija. A los 11 años, la niña dejó de comer. La prematura inanición hizo que perdiera casi 10 kilos en dos meses. Si Malena Ernman consideraba antes al escenario como un refugio, ahora cada función era un suplicio. No podía seguir cantando mientras su hija no se alimentaba, cuenta en el libro. Una psicóloga del colegio de Greta sugirió que podría tratarse de Asperger. De este modo, llevaron a la niña a un centro de psiquiatría infantil y juvenil, en el que le entregaron su diagnóstico: Síndrome de Asperger, autismo de alto funcionamiento y trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).

Para enfrentar los problemas nutricionales de su hija armaron un esquema de cálculos. Greta solo podía comer ciertos alimentos como plátanos, palta, arroz, salmón y pastillas de calcio. Cada almuerzo era un episodio de angustia. En una escena del libro aparece Greta comiendo ñoquis, los muele y ve televisión. Nada puede perturbarla. Cuando termina, sus padres miran el cronómetro: 2 horas y 10 minutos. La niña no consigue aumentar de peso y desde el centro médico les advierten que podrían ingresarla. En su desesperación, Greta afirma que quiere volver a comer. Tanto Malena como Svante rompen en llanto tras escucharla.

Los trastornos en casa

Greta asiste con su padre a un acto de fin de año de su colegio. Los niños la señalan y se ríen. Se enciende una nueva alarma. Con atención la escuchan contar que sus compañeros la tiran al suelo y ella se esconde en el baño a llorar. Como madre, a Malena Ernman le es familiar la marginación que sufre su hija y llama al colegio. Le responden que todo es culpa de ella, ya que los niños dicen que se comporta de forma extraña.

De acuerdo con el relato de la madre, 2015 Beata, la hermana menor, comienza a mostrar síntomas de TDAH, trastorno por déficit de atención e hiperactividad y sufre de constantes arrebatos de cólera. Tiene 10 años. Malena Ernman describe que es mucho más difícil mantenerse en pie tras el segundo golpe. Vuelven al recinto médico y les confirman que tiene TDAH, además de Asperger, TOC y un trastorno negativista desafiante (TND). Tras recibir el diagnóstico, ve a su esposo llorar en público por primera vez en 15 años.

El agotamiento y desgaste en Malena Ernman es evidente. Constantemente debe llamar a los apoderados y profesores para entregar explicaciones, desesperadamente pide comprensión mientras compra remedios y busca trabajos cercanos a su hogar. La frustración la hace llorar de ansiedad. Se dice a sí misma que no tiene fuerzas para pedir ayuda porque debe estar bien para sus hijas.

Malena Ernman decide ir al psicólogo. Le diagnostican TDAH como a Beata, también depresión y síndrome de desgaste profesional. Sus manos tiemblan, no puede sujetar el celular. Le recetan antidepresivos y tranquilizantes como primera indicación. Le cuesta escuchar, se distrae con los ruidos. Para ella todo siempre fue música, podía apagarla y encenderla cuando quisiera. Ahora no puede. "El sonido corta como un cuchillo en los oídos", escribe la cantante de ópera a sus 49 años.

El inicio del activismo

El libro en inglés se titula Scenes from the heart y se compone de cuatro partes subdivididas en 108 escenas. El acto n° 13 lleva por nombre la cita "Los raros son ustedes, el normal soy yo", de Joakim Thåström. Relata el momento en que Greta ve el primer documental sobre contaminación en los océanos y se larga a llorar. Cuando terminó, ella abrió los ojos y no volvió a cerrarlos. "Ella era el niño del cuento, nosotros éramos el emperador. Y todos estábamos desnudos", es lo que describe Malena Ernman sobre el comienzo del activismo climático que llevaría a su hija a sentarse frente al Parlamento sueco en las protestas conocidas como Fridays for the Future.

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Greta Thunberg en su llegada a Portugal. Foto: AFP.[/caption]

Hoy Greta Thunberg llegó a Lisboa, Portugal. Tras 21 días de viaje a través del océano, la activista viajará a Madrid para asistir a la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio climático (COP25). En el encuentro se dirigirá a los líderes mundiales con urgencia para tratar el incendio que está consumiendo al planeta.

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Nuestra casa está ardiendo. Malena Ernman, Greta Thunberg, Svante Thunberg y Beata Ernman. Editorial: Lumen. $12.000 en librerías.[/caption]

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