Manuel Castells, sociólogo español: "Puede imponerse un orden a la fuerza ahora en Chile, pero podría ser el preludio al caos"

castells 2

Académico del MIT, el autor de La era de la información es el invitado estelar del Festival Puerto de Ideas Valparaíso, donde ofrecerá la charla La crisis de la democracia liberal. Amigo del ex Presidente Lagos, acá se refiere a las movilizaciones que han remecido al país.


Comenzó su activismo político en los años 60 en Barcelona. Manuel Castells (Hellín, 1941) formó parte de los movimientos universitarios contra el franquismo. Conoció la censura del régimen y la persecución política. "No me pudieron detener, me escapé para seguir la lucha desde Francia. Así me hice intelectual global", dice hoy.

En Francia fue testigo privilegiado de un hecho histórico: como académico de la Universidad de Nanterre, observó el nacimiento de Mayo del 68 en primera línea y participó en la discusión intelectual de entonces. Hoy el sociólogo español es una de las personalidades más reconocidas de las ciencias sociales, académico del MIT y de universidades como Oxford y Cambridge.

Figura de la izquierda liberal, amigo del ex presidente Ricardo Lagos y de Ernesto Ottone, Castells será el encargado de inaugurar el Festival Puerto de Ideas Valparaíso, el viernes. Autor de numerosos libros que analizan la sociedad digital, entre ellos la trilogía de La era de la información y Redes de indignación y esperanza, su charla lleva el título de una de sus mayores preocupaciones, a la que le dedicó un ensayo: La crisis de la democracia liberal.

Castells ha observado atento las movilizaciones que estallaron en el país el viernes 18 de octubre.

¿Qué impresión se ha formado de las protestas y manifestaciones ocurridas en Chile?

Lo he seguido a distancia, aunque minuto a minuto, por tanto no tengo una opinión formada. Pero corresponde a lo que está pasando en el mundo y muestra que bajo la apariencia de normalidad, se acumula la frustración por la desigualdad social y la corrupción e incompetencia de muchos políticos.

Junto con las marchas pacíficas se han registrado actos de vandalismo y saqueo. ¿Se imaginó ver escenas como estas?

Claro que sí, cuando no hay respuestas a los problemas de la gente durante mucho tiempo y la política se convierte en un juego cínico de una casta política para favorecer a los de siempre, hay un momento en que una chispa enciende la pradera reseca de resentimientos.

¿Qué le pareció la respuesta de las autoridades?

Primero estúpida. Calificar de guerra una protesta popular es declarar la guerra a la gente, no solo a los que hacen violencia.

[caption id="attachment_882839" align="aligncenter" width="701"]

Imagen de la multitudinaria marcha del viernes pasado en Santiago, que congregó a más de 1 millón de personas.[/caption]

Chile estuvo casi 10 días en estado de emergencia, con militares en las calles, algo inédito en democracia. ¿Cómo lee esa situación?

Es la demostración más clara de que la democracia, todas, y la suya también, está en crisis.

Para algunos analistas, movimientos como este, sin liderazgos ni estructura claros, eventualmente dan pie a la aparición de líderes populistas y fascistas, ¿está de acuerdo?

Absolutamente no. Casi todos los movimientos sociales actuales se auto-organizan en redes espontáneas, en Internet y fuera de Internet, precisamente porque no reconocen liderazgos políticos y van generando los suyos propios. En España de ahí surgieron Podemos y una serie de organizaciones relacionadas, que cambiaron la política española en un marco democrático y empujaron al PSOE a la izquierda. Y el fascismo brasileño no salió de un movimiento sino de una conspiración de las élites políticas y empresariales.

¿Es comparable este movimiento al de los chalecos amarillos en Francia u otras movilizaciones?

Claro que sí. Surgen por todas partes con formas similares y con intensidad creciente: Francia, Hong Kong, Ecuador, Catalunya, Chile y lo que venga…

Detrás de todas las manifestaciones se encuentran muchos motivos, pero todos apuntan a los altos niveles de desigualdad en el país, el alto costo de la vida, el sistema de pensiones, la mala calidad de la educación pública. ¿El sistema neoliberal como lo conocemos en Chile también está en crisis?

En mi libro de 2019, con Fernando Calderón, sobre América Latina, mostramos las crisis sucesivas del neoliberalismo y del neodesarrollismo que han desembocado en la crisis política de la democracia liberal, aquí como en todas partes, incluido el Brexit y la América de Trump.

Todas las demandas que se han escuchado estos días requieren de una solución política, pero la gente no demuestra confianza en los representantes políticos. ¿Qué caminos puede tomar un conflicto como este en el contexto actual?

Los caminos que irán encontrando los ciudadanos en debate abierto y constituyente con aquellos fragmentos del sistema político que de verdad quieran refundar la democracia. Lo que no hay es vuelta atrás. Puede imponerse un orden a la fuerza ahora, pero podría ser el preludio del caos.

[caption id="attachment_882841" align="aligncenter" width="304"]

Su libro Ruptura, de 2017.[/caption]

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.