Manuel Inostroza, académico UNAB, por la nueva modalidad de Fonasa: “No estoy seguro de que así como está diseñada sea la mejor solución”
El director de Isapre Esencial advierte que la nueva modalidad de cobertura complementaria (MCC) de Fonasa podría generar serias dificultades para los beneficiarios, especialmente para aquellos con enfermedades graves como el cáncer. Inostroza explica que, aunque la ley establece que el seguro catastrófico comenzará a operar en el tercer año, la ausencia de esta cobertura en los primeros podría implicar un gasto significativo para los usuarios, especialmente en tratamientos costosos.
La ley corta de isapres no solo incorporó los cambios necesarios para cumplir con el fallo de la Corte Suprema, sino que también creó la modalidad de cobertura complementaria (MCC) en Fonasa, un seguro voluntario que cubrirá prestaciones en una red de prestadores privados, financiado con la cotización del 7% más una prima plana adicional.
En los últimos días han surgido dudas sobre su cobertura para enfermedades catastróficas, ya que la ley establece que el seguro catastrófico comenzará a operar en el tercer año de implementación, pero Fonasa insiste que la MCC incluirá cobertura desde el inicio y que la postergación solo afecta un mecanismo adicional para limitar los copagos.
En ese contexto, el académico del Instituto de Salud Pública de la UNAB y director de Isapre Esencial, Manuel Inostroza, asegura que estas dudas surgen debido a un diseño deficiente del seguro, que, si bien busca ser accesible, deja importantes vacíos que podrían generar problemas financieros a los beneficiarios cuando enfrenten situaciones catastróficas.
En los últimos días ha habido críticas sobre la cobertura del seguro catastrófico en la nueva modalidad de Fonasa. ¿Por qué se ha generado esta confusión?
El problema radica en las expectativas que el gobierno ha generado en torno a este proyecto. Coincido en que uno de los mayores problemas para los beneficiarios de Fonasa es el alto gasto de bolsillo, ya que muchos, ante las largas listas de espera del sistema público, se ven obligados a atenderse en prestadores privados a través de la modalidad de libre elección (MLE). Ese gasto es un problema que debe resolverse, pero no estoy seguro de que la MCC, tal como está diseñada, sea la mejor solución.
¿Por qué?
Porque, efectivamente, existen varios aspectos técnicos que reflejan un mal diseño y generan percepciones de “letra chica” entre las personas. El principal tiene que ver con el costo de esta modalidad. Dado que la incertidumbre sobre los costos es bastante grande y el gobierno está empeñado en mantenerlos lo más bajos posible, se vio obligado a incluir varios detalles en la ley que pueden ser interpretados como letra chica.
Por ejemplo, para que esta modalidad cueste los $29.383 que mencionó el director de Fonasa, Camilo Cid, no incluirá cobertura catastrófica. La ley establece que durante los primeros tres años desde la publicación de la norma –que ocurrió el 24 de mayo– no habrá seguro catastrófico, lo que significa que este período concluirá el 24 de mayo de 2027. Sin embargo, como la implementación de esta modalidad se demorará más de un año, quedarán efectivamente dos años de carencia, lo cual tiene como objetivo reducir el costo del plan.
¿Por qué Fonasa insiste en que sí habrá cobertura?
Más que una aclaración, esto responde a una estrategia comunicacional, pero que en lugar de aclarar genera confusión. Fonasa asegura que las personas no estarán completamente desprovistas de cobertura sino que tendrán una cobertura financiera básica, que es la que tienen todos los seguros. El concepto de “catastrófico” implica que, como establece la ley, una vez que se alcance el monto máximo del deducible (que será determinado en la licitación) comenzará a operar la cobertura adicional.
¿Como, por ejemplo?
Por ejemplo, si un plan no cubre el 30% de la prestación, significa que de 100 mil pesos el paciente tendría que pagar 30 mil pesos, diferencia que podría no representar un problema para muchas personas. Pero si el tratamiento cuesta $100 millones, esos $30 millones que quedarían sin cobertura se convierten en un gasto catastrófico. Si la persona no tiene seguro catastrófico, tendrá que asumir ese gasto de su bolsillo. Fonasa cubriría $70 millones de la cuenta de $100 millones, pero no cubriría los otros $30 millones, al menos hasta el 24 de mayo de 2027.
¿Es conveniente este seguro, considerando que no tendrá cobertura catastrófica durante los primeros dos años para personas con enfermedades como cáncer?
No, para esas personas no será muy conveniente durante los próximos dos años. La ventaja de este seguro es que no tiene restricciones por preexistencias. Es decir, una persona con cáncer que haya tenido diagnóstico previo no tendrá problemas para acceder al seguro. Sin embargo, el gran inconveniente es que no contará con cobertura catastrófica, y los tratamientos para cáncer suelen generar gastos catastróficos, superando el monto del deducible. En ese caso, no recibirán cobertura adicional.
¿Hay otras “letras chicas”?
Sí, hay varias más. La segunda, que está directamente relacionada con la falta de cobertura catastrófica durante los primeros dos años, es que, a diferencia de la modalidad de libre elección (MLE), donde las personas pueden solicitar un préstamo médico a Fonasa para financiar el copago, esta opción no está disponible en la MCC. Esto amplía el problema de diseño, ya que sin cobertura catastrófica los copagos podrían ser elevados en algunos casos, y los beneficiarios no tendrían la posibilidad de recurrir a este préstamo para cubrir el costo adicional. Este aspecto se ha mencionado poco, pero probablemente fue una de las últimas indicaciones, y es posible que haya sido impulsado por Hacienda para reducir el costo técnico de Fonasa.
Otro punto importante es que casi el 95% de los seguros en el mercado incluyen cobertura financiera para medicamentos, algo que no tiene la MCC. Como ha señalado el director de Fonasa, la MCC solo cubre medicamentos hospitalarios, pero no aquellos que recete el médico, lo que representa una desventaja significativa frente a otros seguros complementarios.
Finalmente, la MCC no cubre emergencias electivas ni emergencias vitales. Si hay algún copago en estas situaciones, no habrá cobertura, a diferencia de otros seguros que sí lo incluyen.
¿Es confuso para quienes quisieran contratarlo?
Sí, y por eso digo que la “letra chica” no tiene que ver con el tamaño, sino con la falta de claridad de Fonasa al explicar las verdaderas expectativas del beneficio. Si no se comunican bien los límites de la cobertura, las personas podrían encontrarse con sorpresas cuando enfrenten casos catastróficos y se den cuenta de que no están cubiertas. En ese momento la explicación será tardía.
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