Matías Goyenechea, encargado de salud del comando de Boric: “Nuestra estrategia es la eliminación del Covid-19 y reactivar la red asistencial”
El salubrista es crítico del manejo actual de la pandemia. Señala que Chile ha tenido una estrategia de mitigación de los efectos del virus y que, de llegar al gobierno, la idea es implementar un enfoque de eliminación de la pandemia que permitiría aperturas más largas y la reactivación de la economía. Asimismo, proyecta dejar la trazabilidad en manos de una Agencia Nacional de Seguimiento Epidemiológico y crear una Comisión Nacional de Recuperación de Atenciones para abordar la abultada lista de espera de los hospitales.
El cientista político y magíster en Salud Pública de la U. de Chile, Matías Goyenechea (Convergencia Social), lidera el equipo de salud del comando de campaña del candidato presidencial Gabriel Boric. Entre los otros fichajes del actual diputado para el área sanitaria -y que acompañan a Goyenechea en el análisis de los lineamientos para una eventual administración- está el secretario técnico del Colegio Médico (Colmed) Cristóbal Cuadrado, y la exfuncionaria del Departamento de Epidemiólogía del Ministerio de Salud (Minsal) Andrea Albagli, quien declaró el año pasado que el exministro Jaime Mañalich informaba los decesos por Covid-19 en base a un sistema paralelo, elaborado en el gabinete ministerial, sin tomar en cuenta las cifras del Departamento de Epidemiología.
Ante un virus que, según los expertos, “llegó para quedarse”, La Tercera PM está consultando a los encargados del área de los comandos presidenciales sus visiones y planteamientos sobre cómo continuarán administrando la crisis sanitaria, eventuales rebrotes del virus y sus consecuencias.
Goyenechea -que hoy también se desempeña como director de salud de la Municipalidad de San Miguel- adelanta que tienen una mirada crítica de cómo se ha manejado la pandemia en los últimos 18 meses.
La lectura que realizan es que el gobierno ha apostado por una estrategia sociosanitaria de mitigación del virus y no una de eliminación (o “Zero Covid”) que sí ha sido implementada en países como Nueva Zelandia. Y esta es la que justamente proponen como una de las medidas “más inmediatas”, en caso de llegar en marzo a La Moneda. Privilegiar vacunas de plataformas de ARN mensajero por sobre otras, y reactivar la red asistencial para resolver la atención de patologías postergadas por la pandemia también están entre los ejes que puntualiza el encargado de salud.
¿Cuál es su diagnóstico sobre el actual manejo de la pandemia?
Si bien hoy los casos han ido bajando, acá hay una carga de mortalidad que nos ha dejado la crisis sanitaria que es muy compleja. Ha habido un control o una gestión de la pandemia deficiente, con un personal de salud cansado y casi 50 mil fallecidos. Esto tiene un componente de clase: ha habido una mayor tasa de contagio y de mortalidad en los sectores más vulnerables. Además, ha repercutido y seguirá repercutiendo en el desplazamiento de atenciones médicas por otras patologías distintas al Covid-19. Es, definitivamente, la peor crisis sanitaria de nuestra historia.
De ganar su candidato, ¿continuaría con un abordaje similar en lo sanitario o cambiaría de estrategia?
El tipo de forma en la cual se ha gestionado ha sido una estrategia de mitigación que, en la medida que bajan los casos y se van controlando, se revierten las medidas. Y en la medida en que suben, se activan las restricciones. Es un ir y venir pendular que ha sido normalizado de esa manera. Vemos un plan “Paso a Paso” con escasa lógica sanitaria, con cuarentenas poco efectivas y mala comunicación de riesgo. Desde nuestra óptica, la estrategia de eliminación del virus, en términos comparados, es mejor.
Lo que proponen es similar a la estrategia de “cortocircuito” que elaboró el Colegio Médico, con cuarentenas muy estrictas.
Si miramos las muertes por millón de habitantes, los países que tienen una estrategia de eliminación frente a los países con planes de mitigación tienen mejores resultados. Por ejemplo, en términos de reactivación económica, las naciones que han apostado por la eliminación del Covid-19 (Nueva Zelandia, Australia, China, Singapur y Bután), han sido más exitosos a pesar de que las cuarentenas o lockdowns han sido bastante más estrictas. Luego de levantar esa restricción, tienen aperturas más prolongadas en el tiempo. Incluso, si uno compara, los países con estrategias de mitigación suman más tiempo en cuarentena que los países con eliminación.
¿Y es viable cuando más del 86% de la población objetivo adulta ya ha recibido la vacuna?
La vacunación ha sido efectivamente importante para efectos de reducir la complejidad o cuadros clínicos de Covid-19 más difíciles, pero no podemos apostar solamente a este tipo de estrategias farmacológicas, sino que también tenemos que asumir una aproximación distinta. Nuestra estrategia es la eliminación del Covid-19 y apostar por reactivar la red asistencial para atenciones postergadas, recuperar libertades y reactivar la economía.
¿Cómo fortalecería el proceso de vacunación, considerando que es muy probable que año a año -como con el virus de la influenza- debamos inmunizarnos?
Creemos que hay que ir apostando a vacunas de ARN mensajero (Pfizer, Moderna) por sobre otros tipos de plataformas. ¿Cómo va a ser la apuesta? Ahí hay un elemento clave, que escapa de las voluntades, que es la capacidad de producción que exista. A mediano y largo plazo proyectamos generar una capacidad de producción local. Pero de todas formas, queremos hacer los esfuerzos para pasar a disponer de mejores vacunas. Sinovac ha tenido efectos positivos, pero hemos visto en Israel -vacunada con Pfizer- un brote de variante delta. Eso es un dato preocupante desde el punto de vista de cómo será un brote de delta en Chile, con una población ampliamente vacunada con Sinovac. Es una incertidumbre y un elemento de preocupación. Hasta ahora hemos andado bien, excepto con el brote del norte del país que estamos monitoreando con especial atención.
Con miras a marzo, si llegan al gobierno, ¿implementaría un Estado de Excepción Constitucional y todas las herramientas que entrega para el control sanitario?
A priori no se puede descartar utilizar ese tipo de herramientas. Lo que sí es que evidentemente que esas decisiones tienen que estar alineadas con la situación epidemiológica. Eso implica modificar lo que actualmente existe: teniendo la herramienta de las cuarentenas para cortar transmisión del virus, siempre y cuando sea coherente con la situación epidemiológica. No podemos acudir a estas medidas sin que se justifique. Para los aislamientos individuales (caso confirmado, contactos estrechos) tenemos que crear una Agencia Nacional de Seguimiento Epidemiológico que esté coordinada con la atención primaria.
¿Qué se hará para recuperar las atenciones perdidas o retrasadas por la pandemia?
Lo que queremos es potenciar la reactivación de la red asistencial, manteniendo un enfoque de equidad y de acceso de acuerdo a necesidad. Vamos a implementar una Comisión Nacional de Recuperación de Atenciones y eso apunta a que exista una priorización de acuerdo a criterios sanitarios. Una cosa es lo que conocemos, que son las listas de espera, pero hay otras que ni siquiera están en lista: solo durante el 2020 dejamos de generar un millón y medio de nuevos diagnósticos, son garantías de oportunidad GES no generadas. Hoy tenemos un tremendo problema con los pacientes de enfermedades crónicas descompensadas.
¿Podría haber colaboración del sistema privado, como se ha hecho en los últimos meses con las licitaciones de Fonasa?
En contexto de alerta sanitaria, en base a la legislación vigente, y con los mecanismos del Estado de Excepción, tenemos contemplada la unificación de la red público-privada como ha ocurrido para las camas Covid-19. Queremos expandir este modelo a los pabellones, bajo reglas de colaboración del sistema público, de acuerdo a costos y criterios reales. Asimismo, queremos añadir una patología GES de rehabilitación para pacientes secuelados por el virus.
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