¿ME-O vuelve al redil? Las pistas y dudas tras su pacto de ayer con el PS, PPD, PR y DC
Desarmó una alianza que tenía con el Partido Comunista y en medio de la pugna entre el FA y el resto de la oposición, instruyó al PRO a pactar con la exConcertación. Con algunos de ellos habla directamente gracias a que no es el mismo reparto que en su día lo culpó de regalarle a Piñera la presidencial del 2010. Les ha insistido que su objetivo es la unidad a toda costa. Pero todo lo que pase de acá al abril constituyente está por verse.
¿Se puede confiar en un nuevo aliado que acaba de romper un pacto con otras fuerzas? ¿Qué garantiza que no lo vuelva a hacer? ¿Con el mismo al que alguna vez culparon de que Sebastián Piñera conquistara la Presidencia el 2010? La respuesta todavía no ha decantado en las cabezas de los dirigentes de la DC, del PR, del PPD y sobre todo del PS ante las implicancias de haber pactado ayer con el PRO de Marco Enríquez-Ominami.
En parte, porque en su ex partido aún están pasmados e indignados con el Frente Amplio tras lo ocurrido ayer. Y en parte, porque esta nueva alianza que junto a Ciudadanos derivó en “Unión Constituyente” para hacer primarias de gobernadores y alcaldes, de momento llega solamente hasta ahí. Todo lo que venga o pueda venir después, unir fuerzas detrás del proceso constituyente, en las parlamentarias y evitar que la derecha gane otro período más en La Moneda está todavía por verse. Pero hay huellas tras los intentos de acercamiento de los últimos meses. Y también una pesada historia detrás.
En paralelo a la trama que quebró confianzas entre la ex Nueva Mayoría y el Frente Amplio, ME-O estuvo detrás de las escenas que terminaron desarmando o rompiendo -según a quien se le pregunte- el pacto que tenía el PRO, su colectivo, con el Partido Comunista y los Regionalistas Verdes bajo el nombre de “Unidad Para el Cambio” (UPC) y que tras desecharlo lo reencontró con los herederos de la ex Concertación (palabra cuya sola mención parece molestar a algunos dirigentes). Lo que pasó fue más o menos lo siguiente.
Él no estuvo negociando personalmente ni con la UPC ni con el FA, sino que en la mesa estaban el presidente del PRO, Camilo Lagos; su secretario general, Ricardo Godoy, y su vicepresidente Jonathan Díaz. Sí estuvo al teléfono con Lagos recibiendo reportes e impartiendo instrucciones. Cuando ayer en la mañana el PC planteó al resto de la triada y a los frenteamplistas una fórmula que pedía primarias reguladas o protegidas, más otras garantías que en el PRO dicen que no podían dar (como evitar enfrentar amenazas electorales de última hora, como descolgados), se inclinó por alejarse de sus socios comunistas.
Hasta entonces, ME-O había accedido a pactar con ellos y se habían agrupado bajo la etiqueta “Chile Digno” para producir su segmento de la franja televisiva del “Apruebo”. Pero los separaba una valla: mientras el exPS siempre ha presionado por hacer primarias, desde que estaba en la Concertación, el PC ha sido históricamente reacio a ellas, punto que en el PS también recalcan. Ese mismo punto los había enfrentado el 2009 y el 2012. Y además, el 2005 ya había competido y vencido en una de sus campañas a diputado a un entonces desconocido Daniel Jadue.
“Ese pacto con el PC no iba a durar mucho”, recalcan en el PS. En rigor, el trato con los comunistas lo llevaba Lagos: ME-O no habla con el jefe rojo Guillermo Teillier hace unos ocho años. Con Jadue, unos catorce. Así que cuando las negociaciones se estancaron, le dijo a Lagos que no se iban a quedar atrapados en ese cuadro. Además, en su partido alegan que las cosas con sus hasta ayer socios se enrarecieron cuando el alcalde de Recoleta empezó a hablar como candidato presidencial; dicen que no querían quedar como una “sucursal” de su campaña.
Acaecido esto, y cuando el PS, el resto de Convergencia Progresista y la DC presenciaron cómo se hacían pedazos las conversaciones con el FA, ME-O y ellos hablaron directamente por teléfono. Una versión relata que en ese bloque le dijeron que, tal como él se los exigía siempre cuando estaban en el mismo barco, pues ahora tenían la opción de hacer primarias. Que hayan vuelto a pactar después del traumático quiebre que derivó en la presidencial del 2010 parecía improbable, pero algunas cosas jugaban a favor.
De partida, quienes dirigen hoy a algunos de sus nuevos aliados no tienen cuentas pendientes con ME-O, que hacia el final de su período concertacionista estuvo en guerra con próceres como el socialista Camilo Escalona. Con el presidente PS Álvaro Elizalde tiene una buena relación, y no se entiende mal con el jefe DC Fuad Chahín. Tampoco con el radical Carlos Maldonado. Con el PPD Heraldo Muñoz es distinto porque el ex canciller de Michelle Bachelet es para él parte de ese mundo con el que se enemistó; mejor se lleva con Guido Girardi.
Y eso hace una diferencia porque en la oposición nadie olvida que aunque Eduardo Frei Ruiz-Tagle fue un candidato débil, si lo que querían era evitar que Piñera ganara el 2010, su derrota se consumó en buena parte porque ME-O corrió por fuera y demoró hasta lo indecible su apoyo al DC entre primera y segunda vuelta. Ni siquiera llamó a votar por él: “Ante esta coyuntura histórica, ante esta incertidumbre de que la derecha pueda llegar a impedir la marcha de Chile hacia el futuro, es de mi responsabilidad contribuir en lo que pueda para que eso no ocurra. Por tanto, declaro formalmente mi decisión de apoyar al candidato de este pueblo, el del 29% de los chilenos que votaron el 13 de diciembre”, dijo finalmente (14 de enero de 2010).
Él se arrepiente de esta escena, de haber sido mezquino en no llamar a votar por Frei, pero no de romper a la Concertación porque lo creía y lo cree necesario. Por eso juega a favor que el reparto de dirigentes haya cambiado.
Pero lo de ayer no ocurrió solamente por eso. La exConcertación y el PRO ya arrastraban meses de acercamientos. Un hito fue a fines de abril, cuando como articulador del Grupo de Puebla, convocó a Elizalde, José Miguel Insulza, delegados de la DC y hasta del FA a un zoom con el mandatario argentino y amigo suyo, Alberto Fernández. ME-O ha jugado sus fichas a ser un nexo entre las fuerzas de izquierda latinoamericanas y en ese espacio ha coincidido con su ex y nuevos socios.
Otro momento fue hace tres domingos atrás en Estado Nacional (TVN), cuando sinceró dos cosas. Una, que “siempre pensé que a la Concertación se le podía derrotar porque era parte del pasado”. Dos, que al Frente Amplio les dijo “no repitan mi error. Necesitamos la unidad, y voy a ser adversario del que esté en contra de la unidad; va a ser mi peor adversario. Con ellos he peleado de frente, de lado, pero voy a buscar todo lo que me una a ellos”. El PPD Francisco Vidal, sentado al lado suyo, se entusiasmó en cámara.
Pero con el FA no tiene nexos directos, salvo una vez que se reunió con dos dirigentes en su casa. Es Lagos quien se encarga de esas conversaciones.
Mañana estará en un zoom con Horizonte Ciudadano, la fundación de la expresidenta Bachelet. Pero con ella no tiene línea directa. Y no olvida que ella nunca lo invitó a La Moneda.
En la exConcertación reconocen que es un avance si están obligados a buscar la unidad; ME-O les ha insistido que su objetivo es derrotar a la derecha. Y cree que seguir aliado con el PC lo deja en un escenario donde una eventual derrota de Jadue en segunda vuelta presidencial lo dejaría poco menos que en ridículo ante sus socios progresistas latinoamericanos.
Pero asimismo, sus nuevos socios, y sobre todo el PS, ven esto con precaución. De partida no lo ven como el gran “salvador” de que hayan podido conformar “Unión Constituyente”, aunque rescatan no tener cuitas con él. Y no están seguros de si acaso ME-O, quien con este pacto electoral no gana mucho (el PRO cree que tiene opciones de ganar tres primarias a gobernadores regionales, menos de lo que podrían haber logrado con la UPC), acaso no querrá después meterse en la primaria presidencial 2021.
Y además, ME-O no ha roto frontalmente con el PC. Ayer tomó la precaución de enviarles un último recado antes de cambiarse de barco: que los invitaban a pactar primarias con Unión Constituyente, no que los desechaban. Y ojo, que para el PS, los comunistas no fueron los malos de la película ayer, sino que el FA.
¿Qué pasará de acá al abril constituyente? En ambos lados transmiten que eso se conversará después.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.