Meiggs, a una semana de la intervención de Carabineros: aceras despejadas... pero aparecen nuevas disputas por el territorio
Con la mayor presencia policial, los vendedores ambulantes están ocupando nuevos espacios en las calles aledañas. Ayer, el tránsito estaba cortado por los toldos azules en Salvador Sanfuentes, mientras el metro Estación Central se mantuvo desocupado. Los locatarios agradecen la medida, aunque advierten que los coleros pueden regresar en cualquier momento.
Son las 10 de la mañana del último miércoles de mayo y en el metro Estación Central, en el límite entre la comuna del mismo nombre y Santiago Centro, el escenario parece de otra época. Los accesos están despejados, el andar de los pasajeros es fluido; donde decenas de vendedores ambulantes se agolpaban hasta hace unos días, hoy se posan policías y personal de seguridad.
Desde el andén a las salidas, al menos 10 efectivos de Carabineros resguardan la popular estación. Un cuadrante coordinado por la Delegación Presidencial de la Región Metropolitana, junto a Carabineros y los alcaldes de Santiago Centro y Estación Central, intenta desde hace una semana controlar el desbordado comercio ilegal y devolver los espacios públicos que se han tomado en el barrio Meiggs.
En la superficie, el frontis de la estación de trenes luce desierta. También las principales calles aledañas: en Exposición hoy los vehículos transitan con normalidad, sin la obstrucción de coleros o toldos azules que ofrezcan sus productos. Las calles Enrique Meiggs y San Alfonso, donde el paso de autos muchos días fue totalmente bloqueado, hoy lucen despejadas y con resguardo de la policía uniformada.
En Bascuñán Guerrero y Unión Latinoamericana sí se están ofertando productos sobre la vereda, aunque en ningún caso conseguiría bloquear el acceso al Centro de Salud Familiar N° 5, que hace algunos meses debió cerrar su atención al público por el comercio ilegal.
Nuevas disputas por el territorio
“¡Sale de acá, no puedes colocarte! ¡Aquí somos puros chilenos!”, le dice una vendedora ambulante a otra persona negra que buscaba un espacio en Salvador Sanfuentes. La discusión se repite en varios espacios de otra zona del barrio Meiggs.
“Ahora que comenzó el operativo, se corrieron todos para acá”, dice uno de los administradores de una galería en calle Salvador Sanfuentes, cortada porque los vendedores colocan sus toldos en la propia calle. Prefiere no dar su nombre, pues teme a represalias, aunque sí detalla cómo es ahora el barrio: “He intentado de todo para sacarlos y hasta me han ofrecido disparos. Y uno sabe que están dispuestos a todo, entonces es mejor no seguir. Por eso, muchos locatarios se están yendo del sector”.
Pese al constante público, es evidente que en esta galería el flujo de clientes es bajo. Según dice su administrador, la crisis no se agudizó por la pandemia, sino el año pasado, justo en diciembre: “Fue en esa fecha en que los toldos ya bajaron para la calle. Ahí ya se perdió el respeto por todos”.
Actualmente, debió bajar en un 40% el precio del arriendo de sus locales y no cobrar gastos comunes. De los 22 locales que existen en esa galería, hoy solo está ocupada a dos tercios de su capacidad total.
El guardia de la misma galería, quien también pidió reserva de su identidad, reconoce lo difícil que es trabajar en este barrio. “Soy extranjero y llevo casi cinco años trabajando en Meiggs. La verdad es que uno prefiere llevar su trabajo en paz, porque los ambulantes son muy agresivos”, asegura.
Y detalla un episodio de amedrentamiento que sufrió: “Tenía mi auto estacionado afuera del trabajo, en Salvador Sanfuentes, y ellos me comenzaron a hostigar para que sacara el auto. Me amenazaron con que me lo iban a rayar y lo hicieron. Ahí entendí que eran cosa seria”.
“Tampoco nos dejan sacar nuestra basura, debemos dejarla en otro lugar, y si les pedimos un espacio para que dejen entrar nos amenazan”, confiesa el encargado de seguridad de esta galería.
El cuadrante de Meiggs
Desde el jueves en la noche, la autoridad inició un fuerte operativo para despejar el lugar. La primera etapa se desarrolló entre el viernes, sábado y domingo, con el retiro de enseres en la vía pública. “En total, fueron 100 toldos, 18 estructuras informales, dos kioskos o anaqueles, es decir, más de una tonelada de enseres”, estima el director de prevención y seguridad comunitaria de la Municipalidad de Santiago, Kevin Díaz.
La segunda se inició con el copamiento de Carabineros en el lugar: “Comienza desde las 7:00. Se aumentó considerablemente la dotación policial y los funcionarios municipales de seguridad y fiscalización comenzaron a prevenir la instalación y a fiscalizar el comercio en vía pública”.
Aunque no entregan detalles respecto a la cantidad de fiscalizadores municipales o Carabineros, Díaz explica que este cuadrante “está trabajando en tres turnos, teniendo una presencia permanente en el barrio, siempre acompañados de una gran dotación policial”.
En esta etapa, el cuadrante trabajado corresponde a las calles Alameda, Exposición, Garland, Campbell, Meiggs, Salvador Sanfuentes y San Alfonso.
Desde el 19 de mayo, Carabineros registró 36 detenidos dentro del cuadrante. Todos son mayores de edad, 27 son hombres y nueve mujeres, y entre las nacionalidades predominan los chilenos (24). Quince han sido encontrados con orden vigente de aprehensión y a tres se les encontró un arma blanca entre sus pertenencias.
La policía uniformada, además, puso en marcha un plan para fiscalizar a quienes figuran con tenencia de arma inscrita en el sector. Un dato: existen 22 personas que registran inscripción, pero están fallecidas, entonces, lo que está haciendo la policía es ir tras esas armas para saber quién las posee y por qué. Esto es determinante, agregaron, para el próximo paso del plan de intervención, el cual está enfocado en disminuir los focos de violencia en esa zona.
Desde Santiago evalúan positivamente el cuadrante que se está desarrollando y que aseguran continuará expandiéndose a más calles. Eso, mientras los comerciantes ambulantes comienzan a organizarse, exigiendo uno de los 1.000 permisos que la Municipalidad de Santiago prometió analizar, idea que la edil ya descartó.
“Nunca pusimos algún permiso sobre la mesa y nadie tiene permiso a dejar en la noche toldos o incluso estructuras en el espacio público y es importante dejar eso muy claro”, declaró la alcaldesa Irací Hassler el viernes.
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