Mientras tanto, en el TC: Brahm encabeza aniversario y Aróstica se margina
Dos semanas después del tenso cambio de mando en el Tribunal Constitucional, durante el cual él no la aplaudió a ella, ambos ministros todavía no reconstruyen sus puentes. El lunes, hace 48 horas, el magistrado no fue a presenciar el discurso que la abogada pronunció para al aniversario número 48 del organismo.
No fue. De los diez ministros que integran el Tribunal Constitucional, fue el único que no asistió el lunes en la mañana a la ceremonia interna con la que celebraron el cuadragésimo octavo aniversario del organismo que presidió hasta exactamente dos semanas. Iván Aróstica optó por no presenciar el discurso que pronunció su sucesora y aún rival, María Luisa Brahm, a los casi 70 funcionarios, en un acto puertas adentro en el que distinguieron a quienes cumplían años. Todo, en la sala de pleno, un piso más abajo de donde están las oficinas de los magistrados.
"No voy a bajar", dicen que dijo. Su silla aparece vacía en las fotografías de la actividad que publicó el TC en su website. Pero su firma y la de los otros nueve ministros sí estaban en los diplomas que se entregaron a los galardonados.
Los puentes entre ambos ministros siguen hechos pedazos luego del conflicto que dividió al bloque de derecha y terminó alineando a algunos de ellos con los jueces vinculados a la oposición, que llevaron a Brahm a la presidencia y echaron por tierra el plan original de ungir a Juan José Romero. Pugna que detonó luego que éste, Aróstica y Juan Ignacio Vásquez impusieran mayoría en una de las salas, retrasando causas de derechos humanos y paralizando investigaciones judiciales, como la que protagoniza el ex comandante en jefe del Ejército, Humberto Oviedo.
En los días previos a que la abogada asumiera su nuevo cargo, Aróstica no le permitió a su equipo visitar las oficinas de las presidencia para preparar el traslado. Y cuando ella juró, el miércoles 28 de agosto, él no aplaudió. Lo que sí ha cambiado en algunos grados es la relación entre Brahm y Romero, que han vuelto a dialogar. Algunos creen que es cosa de tiempo -harto, parece- para que ocurra lo mismo con Aróstica.
En paralelo, la ex jefa de asesores presidenciales de Sebastián Piñera ha insisitido puertas adentro en mejorar el ambiente interno, exigir transparencia de los ministros para abajo, y sobre todo agilizar el trabajo para terminar con el retraso en la vista y sentencia de causas. Y así se lo dijo a la población interna en la ceremonia del lunes, en la que también subrayó que "conocemos nuestras fortalezas y debilidades, tanto al interior del Tribunal Constitucional, como también de cara a la institucionalidad pública -los otros poderes del Estado-, a los intervinientes en nuestros procesos, y a la ciudadanía".
Allí, Brahm les recalcó que "necesitamos que los expedientes sean ágilmente tramitados; las resoluciones estén bien redactadas, firmadas y notificadas; nuestra web actualizada; los relatores se dediquen con esmero a sus causas; el apoyo permanente de los profesionales de estudios, biblioteca y del equipo de cada ministro". E insistió en que hay que "sacar las sentencias" y que todo es "muchas veces contra el tiempo, porque la justicia no puede tardar, la justicia no debe tardar. Siempre tengan presente que detrás de cada expediente hay una persona, una familia, una pequeña empresa, una industria, una comunidad, una autoridad, un poder del Estado y lo más grande, nuestro país".
La semana anterior pasaron por el TC 55 causas y esta semana lo harán otras 56; solo ayer se vieron 38. Pero la próxima semana bajará el ritmo a raíz del feriado largo de Fiestas Patrias, y solo habrá un pleno, el martes en la mañana. Con todo, allá dicen que el tráfico judicial es más ágil que antes.
Todo esto quedará en segundo plano cuando llegue al TC el más que anunciado -y esperado por el gobierno y el oficialismo- requierimiento contra el proyecto de ley de las diputadas comunistas Camila Vallejo y Karol Cariola para rebajar la jornada laboral a 40 horas semanales.
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