Mosa y Ruiz-Tagle despliegan artillería para revocar millonaria multa por uso de información privilegiada
El actual timonel de Colo-Colo acusó un "severo daño reputacional", desestimando cualquier uso de información privilegiada en las cuestionadas transacciones de Blanco y Negro. Mientras, Ruiz-Tagle cuestionó en duros términos a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). A su parecer, el regulador ha actuado de manera "obsesiva" y levanta una "tesis espuria" en su contra.
Por mucho tiempo fueron enemigos acérrimos en el directorio de Blanco y Negro (ByN ) –sociedad concesionaria del club de fútbol Colo-Colo–, pero hoy Aníbal Mosa y Gabriel Ruiz-Tagle hoy batallan en contra de un enemigo común: la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Ello luego que el regulador aplicara a mediados de noviembre del año pasado millonarias multas en contra de ambos por infracciones vinculadas con abstención y uso de información privilegiada.
A Ruiz-Tagle se le impuso una multa máxima de 15.000 UF ($ 421,3 millones), pero como se acogió al mecanismo de colaboración del presunto infractor fue rebajada a la mitad a 7.500 UF ($ 210,6 millones). A pesar de ello, el ex presidente de ByN quedó inhabilitado durante cinco años para el ejercicio del cargo de director o ejecutivo principal de sociedades anónimas. Mientras en el caso de Mosa, fue multado con 10.000 UF ($ 280,8 millones).
El primero en acudir a la justicia para revocar la sanción fue Ruiz-Tagle, quien fichó al abogado Enrique Alcalde y el 20 de diciembre de 2019 presentó un reclamo de ilegalidad en contra de la resolución del regulador del mercado de valores. El empresario es el ex dueño de PISA (posteriormente SCA Chile y hoy Essity), compañía que junto a CMPC Tissue fueron condenadas por colusión en derivados de papel.
"La CMF está obsesionada con un supuesto uso de información privilegiada a raíz de una supuesta opinión negativa de Gabriel Ruiz-Tagle acerca de los Estados Financieros del primer trimestre de 2018, que, según sus cálculos, le permitía evitar una pérdida de $2,7 pesos por acción, si las vendía anticipándose a la supuesta reacción negativa del mercado", advirtió en su escrito de 128 fojas, la defensa del ex timonel de Colo-Colo.
Por otro lado, la defensa del ex directivo acotó también que "Gabriel Ruiz-Tagle tiene una experiencia limitada en la gestión de sociedades anónimas abiertas y los deberes legales a que están afectas. Sin embargo, acepta y asume la responsabilidad que le cabe por dicha falta de experiencia. En consecuencia, acepta y reconoce que debió dar instrucciones específicas para que ninguna de las operaciones del 29 de mayo tuviera lugar, y omitió hacerlo".
Para el regulador, Ruiz-Tagle infringió el deber de abstención en las ventas de acciones de Colo-Colo que realizó a través de su sociedad relacionada, Inversiones III Ltda., el 29 de mayo de 2018. "Las operaciones se ejecutaron estando él en posesión de información privilegiada al haber conocido, el día anterior, los estados financieros de Blanco y Negro S.A. al 31 de marzo de 2018. Estos habían sido aprobados por el directorio y aún no eran publicados", indicó la resolución sancionatoria.
"Si se asumiera por un instante, sólo para efectos de análisis, que Gabriel Ruiz-Tagle efectivamente se benefició evitando pérdidas, que por cierto no ocurrió, el cálculo que hace la CMF es incorrecto, porque compara el precio de venta de las acciones el día 29 de mayo, con el precio promedio ponderado del día 30 de mayo, que como sabemos, es artificial, y no con el precio de cierre oficial, como debe hacerlo. En consecuencia, a lo sumo, se habría beneficiado con 28 millones, no 220 millones como se quiere hacer creer", consignó su recurso de ilegalidad.
Más duro en el tono, la defensa de Ruíz -Tagle sostuvo en el mismo escrito presentado a tribunales que "es verdaderamente grosero que (la CMF) sancione a una persona a base de conjeturas". Ello en alusión a la resolución sancionatoria en la que se señala que "la información contenida en los estados financieros al 31 de marzo 2018, aprobados en la sesión de directorio de 28 de mayo de ese año, información que de acuerdo a los antecedentes recopilados y a las declaraciones formuladas por el Investigado, habría sido parte del conjunto de antecedentes que le habría permitido concluir que el "valor económico" de la acción de Colo Colo no se condecía con su precio de cotización (…)".
El escrito también aseguró que la CMF ha actuado de manera "obsesiva" bajo una "tesis espuria", considerando que en menos de 48 de horas el propio Ruiz-Tagle se autodenunció al enterarse de la cuestionada operación. El estudio a cargo de representar al ex directivo de ByN es liderado por Iván Marinovic y Enrique Alcalde, pero también figura como socio Tomás Ruiz-Tagle, ex abogado del gabinete del Presidente de la República (2028-2019) e hijo de Gabriel Ruiz-Tagle.
Mosa acusa "daño reputacional severo"
Por su parte, el actual presidente de Colo-Colo, Aníbal Mosa, el 4 de enero de este año acudió también a tribunales a fin de revocar la multa. El directivo albo contrató los servicios del ex fiscal nacional Sabas Chahuán quien junto a Ignacio Ried de QRF Abogados están a cargo de su defensa.
A diferencia del caso anterior, Mosa bajó el tono en su reclamación, pero de todas maneras negó haber utilizado información privilegiada en la compra de las acciones a Ruiz-Tagle para hacerse del control del directorio en Blanco y Negro.
"Mi representado ha sufrido un daño reputacional severo en su imagen en el mercado financiero, en el rubro comercial y en el inmobiliario en que se desempeña tanto él, como las distintas empresas de las que forma parte", sostuvo Chahuán en la reclamación.
A lo anterior "se deben agregar los costos comunicacionales negativos que ha debido asumir ante los distintos medios de comunicación que lo han cuestionado en su desempeño como un destacado presidente de un reputado club de fútbol profesional chileno (Colo Colo), producto de la sanción que se le ha endilgado por la CMF".
A juicio de su defensa, "jamás se debió haber aplicado una multa de UF 10.000" a Aníbal Mosa, a lo sumo, aun en el escenario más desfavorable, la CMF debió haber aplicado una sanción de censura.
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