“Mostró su peor cara”: organizaciones plantean a Unesco inscribir a Valparaíso en Lista de Patrimonio Mundial en Peligro
Tras la visita que realizó una misión técnica de la organización, las diferentes agrupaciones de la Ciudad Puerto concuerdan en que se necesita un cambio en las políticas y protocolos de cómo se trabaja en el sector patrimonial y promover un "cambio urgente" en la política de gestión.
Luego de que una misión técnica de la Unesco visitara Valparaíso entre el 7 y 11 de noviembre pasado para hacer recomendaciones al Estado sobre la gestión del Sitio de Patrimonio Mundial, cuya declaratoria se remonta a 2003, vecinos y representantes de organizaciones sociales que participaron en reuniones con los expertos de la Organización de las Naciones Unidas, plantean la necesidad de inscribir a Valparaíso en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro.
Esta lista refiere a un inventario de los bienes que figuran como Patrimonio Mundial, a los cuales se busca “identificar, proteger, conservar, revalorizar y transmitir a las generaciones futuras”, señala Unesco.
Al 2021, de los 1.121 sitios que entonces conformaban el Patrimonio Mundial (hoy son 1.154), 33 figuraban en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro, por ejemplo, la Zona Arqueológica Chan Chan (Perú), Valle de Bamiyán (Afganistán), Ciudad histórica de Zabid (Yemen), Reserva de Biósfera de Río Plátano (Honduras), Centro Histórico de Viena (Austria), Ciudad vieja de Jerusalen y sus muros (Israel), y las islas y áreas protegidas del golfo de Baja California (México).
A diferencia de la visita concretada en mayo pasado, cuando asistió la directora general de la Organización, Audrey Azoulay, esta vez los emisarios Mauro Rosi, jefe de la Unidad de América Latina y el Caribe del Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco, y el experto internacional Luis Ignacio Gómez Arriola se reunieron con un centenar de personas en el Castillo San José, ubicado en el Cerro Cordillera.
Invitados por Carolina Pérez Dattari, subsecretaria del Patrimonio Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (Mincap), y el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp -en su rol de presidente de la Corporación Municipal de Administración del Sitio Patrimonio Mundial, Área Histórica de la Ciudad Puerto de Valparaíso- los representantes, divididos por grupo según rubro o desempeño, tuvieron que responder a dos preguntas formuladas por Unesco:
“¿Qué recomienda, desde la institución u organización que representa, o desde el barrio que Ud. (sic) habita, para mejorar el Sitio Patrimonio Mundial?” y “¿Cómo su institución u organización o como ciudadano puede contribuir a mejorar el Sitio Patrimonio Mundial?”.
Lo que plantean los vecinos
En el primer grupo, referido a “Habitantes, organizaciones sociales comunitarias, territoriales y funcionales”, participó el presidente de la junta de vecinos Nº 79 del Cerro Cordillera, Eduardo Cueto.
Cueto comentó a este diario que tras la cita se quedó con la sensación de “que Valparaíso le mostró su peor cara a la visita internacional de Unesco. A mi parecer, (Valparaíso) debiera pasar a esa lista (de Patrimonio Mundial en Peligro), ya que necesitamos urgentemente un cambio en las políticas y protocolos en cómo se trabaja en el sector patrimonial”.
En dicha asamblea también expuso Boris Kúleba, representante de la Red Vecinal Subida Ecuador, quien recomendó perfeccionar la aplicación de las normativas nacionales y locales, pues “Valparaíso es la segunda comuna después de Santiago con el mayor número de monumentos históricos, y cuenta además con un Sitio Patrimonio Mundial, pero las autorizaciones para su intervención requieren de un burocrático y lento proceso llevado a cabo en la capital, que desincentiva la recuperación y la conservación de los espacios”, junto con incentivar la fiscalización municipal, cambiar la dirección de la Corporación de Administración del Sitio (del municipio al Estado) “para no depender de las prioridades de los proyectos políticos de turno” y una “difusión efectiva entre los habitantes sobre el valor universal excepcional del sitio y sus características”.
Asimismo, Kuleba señaló a Unesco “el incumplimiento de medidas que aseguren la preservación y la recuperación del Sitio, que se manifiesta en la inexistencia de un Plan Director de Conservación Patrimonial para el manejo y gestión del sitio Patrimonial; y en la omisión de mantener actualizado el Plan Regulador Comunal (...) Sugiero, a la vez, incorporar al Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro para poder establecer las medidas correctivas”.
Por su parte, Augusto Gómez, quien asistió como secretario de la junta de vecinos del Cerro Concepción y representante de la Unión Comunal de juntas de vecinos de Valparaíso (UNCO), comentó el requerimiento de la UNCO: “Lo que pide la UNCO es que se redefina esta noción de la memoria, porque el patrimonio en Valparaíso se ha acuñado como un sinónimo de turismo, y no de memoria (...) para eso hay que hacer trabajo en los barrios, discutir esta cuestión con todos los porteños y porteñas”.
Respecto de la posibilidad de incluir a Valparaíso en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro, Gómez señala que, a la UNCO, “le parecería interesante, de parte de la Unesco, que diera una señal de advertencia, de lo que está pasando. Y hablando desde la junta de vecinos, creo que también sería bueno, no sin antes mencionar que eso va a significar un perjuicio directo en el turismo”.
El comercio local y los empresarios
En el grupo del sector económico participó Evelyn Henríquez, presidenta de la Cámara de Comercio y Turismo de Valparaíso, quien señaló que en la reunión “pudimos manifestar nuestras inquietudes, que tienen relación con la inexistencia de un plan de manejo del Sitio, la falencia de políticas públicas que apoyen la promoción, difusión y conservación, que no solo sean restrictivas como son ahora. Las dificultades que nosotros tenemos en el comercio local para poder habitar los edificios que se emplazan en el Sitio, en la zona de amortiguación o que son de conservación histórica. Por ende, que tenemos que trabajar para facilitar el desarrollo y recuperación del tejido, no solamente social, sino también económico en estos espacios”.
Sobre la idea de inscribir a Valparaíso en el inventario en riesgo, Henríquez agregó que “pase o no a la lista de riesgo (...) si eso pone las urgencias hoy día en poder solucionar los temas de base, en relación a la recuperación de Sitio, efectivamente debería pasar”.
En el tercer grupo, integrado por grandes empresas privadas, del Estado y otras cámaras de comercio, participó Gabriel Benavente, presidente regional de la Cámara Chilena de la Construcción.
Benavente señaló a este diario que “apoyamos todos los esfuerzos que se realicen por proteger y poner en valor el sitio patrimonial de Unesco”. Respecto a la posibilidad de integrar la Lista en Peligro, agregó que “la ciudad presenta una baja tasa de participación en el PIB nacional, y comparativamente con otras ciudades, bajos ingresos por hogar, con una tasa de desempleo elevada. Esta situación, sumada a una escasa inversión pública, y a un municipio en crisis económica, ponen en riesgo la condición patrimonial de la ciudad, al hacer difícil la mantención de este legado y la inversión pública que éste requiere”.
La academia y los arquitectos
En el cuarto grupo, del sector académico e investigativo de fundaciones y colegios y asociaciones profesionales, asistió Fernando Vergara, jefe de la Unidad de Patrimonio Histórico y Museográfico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).
En la asamblea, Vergara expuso que “desde 2003 a la fecha, no ha existido un Programa integral de Educación Patrimonial que sensibilice en torno a estos valores y bienes culturales”, que “debiéramos aprender a trabajar en equipo, de manera interinstitucional y, sobre todo, interdisciplinar”.
Tras la cita, agregó el académico de Historia, “me quedé con una muy buena sensación; tanto a Mauro como a Aldo les propuse que cuenten con nosotros para esos diálogos, planes y programas y, en el escenario de seguir como estamos, o pasar a la Lista en Peligro, el trabajo colaborativo interdisciplinar no puede esperar”. Sobre ese último punto, plantea, “estar en la Lista en Peligro serviría para tomar conciencia de la importancia de este trabajo intersectorial y colaborativo en el que todos coincidimos”.
¿Podría, dicho escenario, desincentivar la inversión privada en la ciudad? Vergara dice que “una de las integrantes de la mesa señaló que podría pasar aquello... y no tuve tiempo para replicar, pero como punto de vista, me parece interesante considerar que hay actores que piensan aquello. Pero no creo que Valparaíso pueda estar en peor estado de deterioro del que se encuentra”.
En ese grupo también presentó Paz Undurraga, como integrante del centro de estudios para el Desarrollo Urbano Contemporáneo (DUC). La arquitecta cuenta que tras la reunión se quedó con la sensación de que “hubo una inevitable coincidencia en el diagnóstico sobre el estado de deterioro del Sitio de Patrimonio Mundial y que se requieren con urgencia medidas correctivas”.
“Creemos que se requiere un punto de inflexión claro y concreto, que permita dar un giro radical sobre el manejo del Sitio de Patrimonio. Y esto es su inscripción en la Lista de Patrimonio en Peligro, como un incentivo claro a la implementación de un plan correctivo”, agregó.
Claudia Woywood, quien acudió en representación del Colegio de Arquitectos de Valparaíso, comenta, tras la cita, que “hay un acuerdo transversal, de las distintas organizaciones que participamos, en que el estado de deterioro (urbano, socioeconómico y cultural) del Sitio de Patrimonio Mundial (y más allá del polígono inscrito como tal, en la ciudad en su conjunto) es de gravedad y requiere tomar medidas concretas de forma urgente (...) durante la reunión los expertos de la Unesco tuvieron una atenta escucha del diagnóstico que tenemos como gremio, en ámbitos muy variados como la urgencia de contar con un sistema de manejo y de gestión, de revertir el proceso de despoblamiento y frenar el deterioro del VUE (Valor Universal Excepcional), entre otros”.
Sobre si cree que Valparaíso debería pasar a la Lista en Peligro, Woywood fue cauta: “Nos parece que inscribir a Valparaíso como Sitio de Patrimonio en Peligro puede ser un arma de doble filo (...) Por un lado, nos parece que un beneficio de esta medida podría ser incitar a la Unesco a dar prioridad a la situación del Sitio de Patrimonio Mundial, dando asesoría directa y permanente del Centro de Patrimonio Mundial para que el Estado Parte y el Administrador del Sitio cumplan con los compromisos adquiridos en los reportes periódicos de los años 2014, 2015, 2016, 2018 y 2020″.
Pero, al mismo tiempo, la arquitecta señala que “considerando una cierta desesperanza instalada respecto no solo al Sitio Patrimonio Mundial, sino también respecto a la situación de la ciudad de Valparaíso en su conjunto, esta inscripción puede desalentar al Estado, al Municipio y posibles interesados privados, en invertir en la conservación y desarrollo del Área Histórica de Valparaíso y su entorno”.
En el grupo de la institucionalidad política y administrativa expuso el concejal Vladimir Valenzuela (del Movimiento Transformar Chile), quien aclaró que en su grupo no se tocó el tema de integrar la Lista en Peligro, y que expuso sobre la necesidad de “persistir en una mirada integral, con enfoque ciudad, actitud propositiva y no derrotista. Avanzar en políticas de Estado que accionen recursos e iniciativa junto a los lineamientos comunales y donde de tanto los actores privados como las agrupaciones territoriales sean entes relevantes”.
Los hoteleros
En la sesión donde participó el rubro del turismo, expuso la Asociación de Hoteleros de Valparaíso. Su presidenta, Karen Lein, cuenta que sobre “la lista de Patrimonio en Peligro, personalmente, no como presidenta de la asociación, creo que debiera ingresar: solo ahí demostraremos si estamos a la altura o no, de desarrollar una ciudad Unesco”.
Lein agrega que lo anterior abre dos posibilidades: “El mantenernos en este statu quo en donde poco o nada pasa en cuanto a gestión y desarrollo, o logramos un impulso al estilo salitreras y las sacamos adelante. Pero para ello necesitamos liderazgos (municipios comprometidos y gestores) y autoridades competentes y no obstaculizadoras (como es el caso de Consejo de Monumentos, que aparece siempre como un organismo lejano, fiscalizador y ortodoxo que no sintoniza con la realidad de quienes habitan y trabajan en un espacio patrimonial)”.
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