Movimiento feminista: ¿Qué viene luego de las tomas en las universidades?
Experta en feminismo plantea que las discusiones sobre los abusos y acoso sexual en el espacio universitario, junto con el cuestionamiento a una educación no sexista, permitió tomar conciencia de lo que sucedió en la universidad también ocurre en el resto de la sociedad. Y que las casas de estudios tienen ahora la tarea de incorporar la mirada feminista en sus planes de estudios y asumir su rol como centro de discusión social.
El mayo feminista, como se ha nombrado al movimiento social de demandas feministas que partió en el último mes de mayo, tuvo como principal motor el mundo universitario. Fue el malestar de miles de estudiantes en Chile que pedían un cuestionamiento a la educación sexista y las situaciones de abuso al interior de las casas de estudio, el que logro posicionar el tema como relevante.
Pero luego de que el momento más álgido ya ha pasado, con la culminación de la gran parte de las tomas al interior de diversas universidades en el país, surge la interrogante de que viene ahora para el movimiento feminista en el espacio académico, donde tomó fuerza.
"Los movimientos feministas son muy complejos", aclara Lelya Troncoso, psicóloga social feminista, encargada de género de Escuela Trabajo Social de la U. de Chile, miembro de la Red de Estudios Críticos de Diversidad e investigadora Fondecyt en diversidad sexual. En ese sentido, plantea Troncoso, luego de instalada la actual discusión se requiere profundizar en los alcances y en qué es el feminismo.
Ese será uno de los tópicos que se discutirá en el seminario Perspectivas Feministas sobre Inclusión en Educación Superior, del Programa de Magíster en Psicología Social de la U. de Chile, en el cual Troncoso expondrá el lunes 30 de julio a las 18 horas.
Muchas veces en los medios de comunicación, advierte, ha dominado una noción de feminismo muy liberal, "que suele ser una noción muy centrada en la diferencia mujer-hombre no más, pero que no tiene una conciencia anticapitalista o a la hetonormatividad que es otra de las críticas importantes del feminismo". Pero cuestionar la heterosexualidad como un régimen político, y la educación como una institución que reproduce también las lógicas tradicionales y machistas, dice, también es parte del feminismo.
Lo que ha quedado al descubierto luego de las tomas en las universidades, sostiene la experta, es que los feminismos en tanto teorías y prácticas críticas no han tenido un lugar tan fuerte en las universidades chilenas. "Parte de las demandas de las estudiantes fueron los temas de protocolos de abusos, etc., pero gran parte de las demandas tiene que ver con incorporar enfoques de género, como teorías feministas dentro de las distintas carreras". Las estudiantes están exigiendo ahora, por ejemplo, cursos de formación transversal interdisciplinarios de estudios feministas.
Incorporar el feminismo
Existen corrientes de pensamiento feminista al interior de las diferentes disciplinas académicas. La psicología feminista, la sociología feminista, la arquitectura feminista, la geografía feminista, por nombrar algunas. "Todas ellas son corrientes teóricas muy elaboradas en otros países que en Chile no han tenido tanto impacto", señala la investigadora.
Lo mismo ocurre con el género como categoría analítica, lo que implica empezar a pensar en el género como algo que tiene que ser incorporado en las investigaciones y en la intervención social. "Al igual que la variable de clase, incorporar el feminismo tiene que ver con tomar conciencia de que los campos del saber son parte también de la reproducción de un determinado orden social y que también la responsabilidad de nosotros, como cientistas sociales, es cuestionar las formas de desigualdad social que existe en la sociedad y una variable clave para entender la desigualdad, es la variable género", sostiene.
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Lelya Troncoso[/caption]
Otro aspecto importante de incorporar en las universidades, dice Troncoso, es la visión de los estudios feministas en torno a las masculinidades. Explica que esos estudios cuestionan cómo la construcción de la masculinidad dominante heterosexual se basa en que el modo de hacerse respetar de los hombres es por medio de la violencia, que los hombres aprenden y se los socializa de esa manera. "Por lo tanto, hay que hacer un trabajo preventivo muy importante que tiene que ver con cuestionar las relaciones de género, no solo que las mujeres se cuiden a sabiendas que los hombres no pueden cambiar, porque justamente lo que las teorías feministas dicen que los hombres sí pueden cambiar, los hombres no están condenados a ser violentos o a ser violadores por el hecho de ser hombres, sino que eso tiene que ver con la cultura patriarcal", destaca.
Espacio relevante
La fuerza que tomó el movimiento que partió en las universidades, dice Troncoso, reafirma el espacio de la universidad como lugar de discusión, pero muchas veces no lo es, "porque asumimos que los estudiantes son estos sujetos vacíos que vienen a recibir información y que las académicas vinimos a transmitir información".
Las tomas de las universidades fueron espacios de tomas de conciencia y reflexión, destaca Troncoso, "de catarsis entre mujeres que empiezan a tomar conciencia". Las discusiones sobre los abusos y acoso sexual en el espacio universitario, junto con el cuestionamiento a una educación no sexista, permitió a muchas ver, por ejemplo, que dentro de su familia hay violencia de género. "Que sus mamás son golpeadas, que ellas habían tenido relaciones de pololeo súper violentas desde el colegio, que no son solamente experiencias dentro de la universidad, sino que es un proceso de toma de conciencia que sucedió en la universidad, pero que abarca una conciencia social más amplia, incluso global, porque incluso hay diálogo sobre qué está pasando en muchas partes del mundo, no es un contexto aislado".
En este proceso no participó toda la universidad, dice, pero eso no hay que verlo como algo negativo, "en general, así son los movimientos sociales". Lo que sí quedó claro, es que hay un interés por trabajar los temas y que se requiere discutir con mayor profundidad.
Un camino que no siempre es fácil. Los saberes feministas siempre han sido muy críticos con los saberes dominantes. "Entonces entran a la universidad a disputar lo que es hegemónico lo que se ha instalado como dominante dentro de las disciplinas, las feministas vienen a cuestionar mucho los grandes pensadores, a visibilizar que tenían sesgos machistas, por ejemplo, que es un poco lo que ha estado pasando", señala.
Hoy gracias al "Mayo Feminista", todas las facultades están exigiendo que se cambien los programas. "Que se actualicen y que se hagan cargo de incorporar estás perspectivas que no son perspectivas ideologizadas como se suele pensar, sino que son aportes a la formación de profesionales a muchos niveles y que eso se tiene que tomar en serio", indica Troncoso.
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