Mucho más que morfina: Tres médicos expertos cuentan cómo ayudan a un "buen morir"
Mientras en el Congreso el avance del proyecto de ley que busca regular la eutanasia ha apurado al gobierno a presentar un proyecto para regular cuidados paliativos a enfermos terminales, dos doctoras y un doctor con años, décadas, dedicados a esto explican la gran diferencia con la eutanasia. Bien tratados, dicen, los pacientes pueden vivir incluso un poco más. Pero no revertir el desenlace.
Paliar
Del latín tardío palliāre 'tapar', y este der. del lat. pallium 'manto', 'prenda de vestir exterior'.
1. Mitigar la violencia de ciertas enfermedades.
2. Mitigar, suavizar, atenuar una pena, disgusto, etc.
3. Disculpar, justificar algo.
4. Encubrir, disimular, cohonestar.
La sola palabra es una incómoda síntesis. Una cosa es que lo que se conoce como cuidados paliativos apunte a aliviar los síntomas de un enfermo terminal, pero, al decir de quienes se han dedicado por años a eso, el vocablo es muy poco amable, aun pese a las circunstancias. Tanto, que en Chile y en otros países lo han ido evitando y reemplazándolo por "cuidados integrales" o de otra forma.
Partiendo por eso, tres médicos expertos explican a La Tercera PM en qué consiste, cómo ha ido evolucionando, por qué no se limita a sedar a un moribundo, qué sorpresas o mitos han surgido. Y qué piensan de la eutanasia, experiencia para ellos bastante distinta.
Se trata de Marta Quiroga, médico anestesiólogo de la Clínica Alemana, con 12 años con experiencia; María Antonieta Rico, también médico anestesiólogo y fundadora de la Sociedad Chilena del Dolor y Cuidados Paliativos, con 25 años de experiencia; y Juan Pablo Yaeger, presidente Sociedad Médica de Cuidados Paliativos y dedicado al tema desde 1997.
En la Alemana, por ejemplo, dejaron de usar el término para reemplazarlo por el de Centro Integral de Oncología, cuenta la doctora Quiroga, quien agrega que en otros países que han hecho lo mismo, las atenciones han aumentado. "Es verdad, a veces la palabra genera cierto temor", agrega Yaeger.
"Son cuidados al paciente y familia, que promueven autonomía y dignidad, con atención integral al paciente que tiene enfermedad avanzada", explica Quiroga, pero subrayando que no solo se trata de aliviar el dolor físico, "sino que también el alivio de síntomas físicos, emocionales, sociales y espirituales".
"Es que la gente se confunde", precisa, "porque el dolor es uno de los síntomas más prevalentes", pero que este tipo de enfermos tienen variados síntomas, como depresión y otros. Y además, también se trata de aliviar a la familia.
Por eso ya la palabra no les gusta mucho: porque, como lo cuentan los tres médicos -lejos de proyectos de ley, indicaciones y discusiones de ferretería parlamentaria-, el asunto ha avanzado en los últimos años lo suficiente como para que la asistencia a enfermos terminales se aleje bastante de la figura de un moribundo al que solo hay que inyectarle morfina para que muera sin dolor. Además, los equipos tratantes no solo están compuestos por oncólogos, sino que además por sicólogos, siquiatras, enfermeras y otras especialidades.
"Ese es un concepto muy antiguo, que viene cuando se trataban pacientes terminales de cáncer que vivían pocos meses y se les daba morfina. Pero está bastante superado" dice la doctora Rico. Relata que "en muchas partes del mundo le ponen otros nombres, como Unidades de Controles de Síntomas, o Unidades de Cuidados Continuos o Unidades de Atención Integral. Esto es mucho más que el dolor físico".
"Es que eso no tiene nada que ver con los cuidados paliativos", tercia la doctora Quiroga. Al contrario, asegura, "hay un publicación del Ministerio de Salud del año 2009 que describía que el 68% de los pacientes en cuidados paliativos que tienen, en promedio, nueve síntomas. No es solo cuestión de ponerles opioides o morfina para el alivio del dolor".
Agrega, citando números: "El 90% tiene dolor, pero el 60% tiene sensación de ahogo; hay un 78% que tiene anorexia; hay un 75% que baja de peso; 77% con náuseas y vómitos; 50% con constipación; 78% con ansiedad; 68% con insomnio; 60% con depresión; 50% con fatiga, además de varios otros síntomas".
Hasta dos meses de sobrevida
Los tres médicos agregan un dato tal vez poco conocido para los ajenos o ajenísimos a hospitales, clínicas y medicamentos. En condiciones idóneas e integrales, el tratamiento -aun cuando termine como todos saben que va a terminar- puede hasta alargar un poco la sobrevida del paciente. ¿Algo más que "un buen morir"?
"La intención es mejorar la calidad de vida, independiente del tiempo que tengan", dice el doctor Yaeger. "Mejoran la calidad de vida, mejoran la depresión, han tenido sobrevida. Los cuidados paliativos, eso sí, no van mejorarlo de la enfermedad", asegura Quiroga.
Ella además cita un estudio del English Journal of Medicine referido a Early Palliative Care for Patients with Metastatic Non–Small-Cell Lung Cancer, "que muestra que quienes fueron derivados a cuidados paliativos, comparados con quienes no fueron derivados, tuvieron mejor calidad de vida, menos depresión e incluso mayor sobrevida".
Detalla que en esos casos "vivieron varios meses" -y lee las cifras-, "vivieron 11.6 meses los que fueron tratados, versus 8.9 meses, ganaron dos meses y medio, tres meses de vida, aunque tenían el mismo diagnóstico, con la misma enfermedad oncológica grave y avanzada".
La doctora Rico coincide. "El objetivo no es alargar la vida, pero tampoco acortarla. Es un tratamiento más humanitario", dice.
"Si hacemos bien nuestra tarea, la eutanasia no debiera existir"
Ante la duda de si ocurre o no lo contrario, que los medicamentos que alivian el dolor físico, por alguna razón, además acorten el sufrimiento, y por tanto la vida, los tres expertos tienen matices. Quiroga rechaza el punto, explicando que los fármacos "no disminuyen el tiempo de vida, no debiera, sino que prolongan el tiempo de vida; puede que no cambie el tiempo de sobrevida, pero no lo acorta".
Por lo mismo, la especialista de la Clínica Alemana asevera que "si hacemos bien nuestra tarea, la eutanasia no debiera existir, el paciente no debiera pedirla. La piden quienes sufren física o existencialmente".
"Es un mito", sentencia Yaeger. "No ocurre. Hay estudios que han demostrado que en proceso de sedación paliativa, los pacientes están más tiempo y mejor controlados".
Sobre la eutanasia, el especialista también cree que un buen cuidado paliativo puede alejar al paciente terminal de la eutanasia, y piensa que ambos procedimientos "son diferentes, corren por carriles distintos". Pero no excluyentes, aunque sea en bajos porcentajes.
La doctora Rico tampoco cree que un tratamiento acorte el epílogo. Pero advierte que "puede ser que la morfina, en un paciente a punto de morir, pueda deprimirlo y acortar en algunas horas su vida. Hasta las encíclicas papales dicen que el bien mayor es aliviar al enfermo; si eso pudiera redundar en algo así, que además es marginal, la Iglesia sugiere a los médicos es asegurar el alivio ante el sufrimiento. Lo otro son excepciones".
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