Muerte súbita al “sexto retiro”: la estrategia de shock de la Cámara para votar sin dilaciones nueva reforma

Cámara mesa
El presidente de la Cámara, Vlado Mirosevic, junto a Karol Cariola, Carlos Bianchi y Catalina Pérez. (Foto: Cámara/R. Lescornez)

A diferencia de períodos pasados, donde el Ejecutivo intentó bloquear lo más posible el debate de estas iniciativas, en esta oportunidad en el gobierno transmiten tranquilidad. Incluso, en las bancadas oficialistas ha comenzado a imponerse una estrategia completamente opuesta a las ocasiones pasadas: no entorpecer que se ponga en tabla esta reforma constitucional.


“¿Qué ganan con aprobar un nuevo retiro?”, ha sido el emplazamiento que, a través de reuniones y telefonazos, le ha lanzado el ministro de Hacienda, Mario Marcel, a aquellos diputados de distintas corrientes políticas que aún siguen abiertos a apoyar una reforma que habilita un nuevo giro desde los fondos de pensiones.

El jefe económico del gobierno, uno de los detractores más tenaces de los retiros, ha estado monitoreando personalmente la temperatura de esta nueva arremetida, en vista de que a partir del próximo lunes, cuando la Cámara de Diputadas y Diputados reanude sus tareas legislativas, comenzará a correr la cuenta regresiva para la eventual discusión de nuevo giro previsional.

Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en el gobierno de Sebastián Piñera y en los primeros meses de la administración de Gabriel Boric, donde La Moneda se jugó para tratar de no abrir y frenar lo más posible estas iniciativas, en esta oportunidad desde el Ejecutivo transmiten tranquilidad.

Incluso, desde las bancadas oficialistas ha comenzado a imponerse una estrategia completamente opuesta a las ocasiones pasadas: no entorpecer que se ponga en tabla la reforma constitucional del llamado “sexto retiro” (en realidad sería el cuarto si se aprueba por el Congreso), sino que, por el contrario, someterlo rápidamente a votación apenas se pueda, en vista de las señales de distintas bancadas que pronostican que no hay piso para su aprobación ni por la Cámara ni por el Senado.

Dado que es una reforma a la Constitución, se requiere de 89 diputados a favor y 29 senadores, es decir, un número significativo de legisladores tanto del oficialismo como de la oposición.

La idea de no bloquear para no tensionar ni sembrar falsas expectativas, ha sido socializada con algunos diputados por el propio presidente de la Cámara, Vlado Mirosevic.

En entrevista con Radio Universo, el martes pasado, el mismo Mirosevic sinceró su plan. “Yo voy a votar en contra, no tengo ninguna duda... Creo que el sexto retiro no va a ser aprobado en el Congreso, ni en la Cámara ni en el Senado y, por lo mismo, creo que es necesario que esto se discuta y se vote rápidamente. Porque, además, creo que mientras más pasa el tiempo, más engaño se produce a la gente respecto a que le va a llegar la plata... Hay que decirle a la gente de manera muy clara: hay una utilización política para ilusionar a un grupo de personas respecto de que la plata le va a llegar. Eso no es verdad, no les va llegar”, dijo.

La última reforma constitucional de esta naturaleza fue rechazada en su idea de legislar por la Cámara el 18 de abril de 2022 y, según la veda que impone la Constitución (que prohíbe renovar durante un año un proyecto desechado en general), el nuevo intento para habilitar un giro de los fondos de pensiones recién podría ponerse en tabla a partir de la tercera semana de abril de este año.

La diputada Karol Cariola (PC), presidenta de la Comisión de Constitución, donde permanece congelado el “sexto retiro”, también ha dicho que es partidaria de dar las discusiones. “No hay ninguna razón para que el proyecto no pueda ser tramitado, porque se puede poner en tabla desde el 18 de abril, a diferencia de los meses anteriores en los que yo no lo pude poner en tabla, porque tenía restricción constitucional. Y cada parlamentario y parlamentaria podrá presentar la posición que le parezca adecuada de acuerdo a la coyuntura”, comentó la legisladora, cuyo partido también han transmitido al gobierno que sus legisladores tampoco están dispuestos a pagar costos por oponerse a que se discuta esta iniciativa.

El diputado Raúl Leiva (PS) también coincide en que debe darse la discusión. “A mi entender, es de la esencia de la labor legislativa discutir todas las mociones que reúnen ciertos mínimos, como es el caso de este proyecto. Eludir el debate no tiene sentido alguno”. señaló Leiva, quien es candidato para presidir la mencionada Comisión de Constitución a partir de la tercera semana de marzo, por lo tanto, podría recaer en él la responsabilidad de decidir si pone en tabla la reforma.

Sin embargo, antes de esa discusión, los diputados tendrán un apronte importante en dos semanas más cuando se vote en la sala la iniciativa que faculta “autopréstamos” con los mismos fondos de pensiones.

A diferencia de los retiros, el autopréstamo supone que el cotizante se compromete a reintegrar con el tiempo los dineros. Marcel, en todo caso, definió esta iniciativa como un “autoengaño”, ya que el proyecto establecía obligaciones blandas para la devolución y al final podía transformarse en un retiro encubierto.

La noticia positiva para el ministro de Hacienda es que esta reforma alternativa solo tuvo dos apoyos en la Comisión de Constitución en enero y se rechazó con ocho votos en contra y dos abstenciones. Por lo tanto, en La Moneda esperan que esa misma mayoría abrumadora también se refleje en la sala durante marzo.

En la Cámara pronostican que si el autopréstamo es rechazado finalmente en la Sala, sería una nueva señal que de “la marea” a favor de los retiros -como fue definida en su momento por el gobierno de Piñera- va en sentido contrario.

De hecho, los dos últimos intentos: los apodados cuarto y quinto retiro (proyectos rechazados en diciembre de 2021 y en abril de 2022), fracasaron en el debate legislativo.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.