Nano Stern y el show de Fiskales Ad-Hok: "Hay que tener cuidado de no seguirle el juego a los que incitan al odio"
El músico, que por estos días estrena su nuevo sencillo, se refiere a la polémica generada por las gráficas que el grupo punk presentó en Lollapalooza. "No es la manera que yo elegiría, pero si los Fiskales quieren hacerlo, todo bien", comenta.

Nano Stern se aburrió de los maniqueísmos. Y por lo mismo, de las redes sociales y las opiniones dogmáticas. Algo de eso hay en su nuevo single, El doliente, que estrenará esta semana: un primer adelanto de su próximo disco de estudio, en el que marca una distancia de sus dos EP anteriores -algo desesperanzados y cargados a la denuncia- para abrazar una actitud más propositiva y luminosa. Aunque sin desconocer el contexto "ni caer en la idiotez, en el desentenderse", aclara.
"No sé si en este momento lo que me mueve es hacer canciones incendiarias y combativas, sino más bien hacer canciones que consideren el contexto polarizado en el que estamos y decir: 'ojo, ¿queremos ir al precipicio de nuevo?'", explica el cantautor de 34 años, por estos días instalado en Santiago en medio de constantes giras a Argentina y Estados Unidos.
En esa búsqueda por el diálogo en medio de un clima de polarización, "de hacer del arte un lugar de encuentro" -explica-, el solista analiza lo ocurrido el domingo pasado con la presentación de Fiskales Ad-Hok en Lollapalooza, y las gráficas que proyectó el grupo punk en pantalla con imágenes de diversos personajes vinculados a la derecha con su rostro atravesado por una lanza. El debate musical de la semana, que rápidamente tuvo réplica y sumó condenas y amenazas de querella por parte algunos sectores políticos, que calificaron el show del conjunto como una "incitación al odio".
"Creo que por sobre todo hay que tener cuidado de no seguirle el juego a los que incitan al odio. O sea, que venga (José Antonio) Kast a hablar de incitación al odio me parece bastante irónico, por decir lo menos, pero siento también que hacer manifestaciones como esas es hacerles el favor más grande que se puede a ellos", comenta Stern, uno de los pocos músicos que se ha referido a este tema, en un debate donde gran parte de sus colegas -y los mismos Fiskales- han optado por ahora por el silencio.
"No es la manera que yo elegiría", continúa el cantautor. "Si los Fiskales quieren hacerlo, todo bien. Ellos tienen una estética también. Pero si el arte puede incitar al odio, esta es la respuesta: evidentemente que sí", agrega el músico, que a fines del año pasado decidió bajarse del Festival Migrantes ante la decisión del gobierno de restarse del Pacto Mundial sobre Migración de la ONU.
"A todos nos ha pasado esto de estar tocando en un contexto como una marcha, de verse exacerbado por el momento y decir cosas e ir para adelante, pero después tienes que hacerte cargo de las cosas que dices, de que vivimos en un mundo que no es blanco y negro y que todos tenemos parte de responsabilidad. Entonces, en la medida que siento que el arte sí puede llegar a ser un instrumento de odio, con mayor razón redoblo mi compromiso con hacer del arte un lugar de encuentro. Sin caer, por supuesto, en desentenderse, en la idiotez", cierra.
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