Nicolás Jarry se mete entre los cinco mejores sacadores del circuito: la impresionante estadística que encumbra al Príncipe en el tenis mundial
El tenista nacional es uno de los jugadores más peligrosos con su servicio. Lo demostró en su triunfo sobre Stefanos Tsitsipas en Halle y también a lo ha hecho a largo de la temporada, donde los números son decidores. Aquí un completo repaso a la principal arma del chileno.
El metro y 98 centímetros de estatura que mide Nicolás Jarry es una condición natural que a lo largo de su carrera ha sabido aprovechar. Su amplio alcance de brazos ha sido un factor importante en sus golpes, especialmente en el servicio, un arma letal en su juego y que durante su trayectoria ha sido un elemento decisivo para salir de problemas complejos.
En el ATP 500 de Halle, ha quedado demostrado en los dos partidos de la mejor raqueta del país y actual número 28 del mundo. En ambos vivió situaciones angustiosas, pero que pudo resolver con éxito. Por ejemplo, en la primera ronda salió airoso de seis puntos de quiebre frente al francés Corentin Moutet. Mientras que en su resonante victoria en octavos de final ante Stefanos Tsitsipas salvó cinco.
Esa muestra no es solo una imagen de este momento particular, sino que es la consecuencia de un trabajo sostenido. De acuerdo a las estadísticas de la ATP para las últimas 52 semanas, el pupilo de Juan Ozón es el cuarto sacador más efectivo del circuito, con un coeficiente de 290,3, siendo superado solamente por el australiano Nick Kyrgios (307,1), el polaco Hubert Hurkacz (295) y el número uno del mundo Novak Djokovic (292,8).
¿Cómo se calcula este coeficiente? “La efectividad al saque suma los porcentajes métricos con el promedio de número de aces por partido y resta el promedio de dobles (faltas) por partido”, explica la Asociación de Tenistas Profesionales en su sitio oficial.
En ese sentido, promedia un 64,3% de primeros servicios; un 77,7% de puntos ganados con el primer saque; un 53,9% de puntos ganados con el segundo saque, mientras que ha ganado el 87,1% de los juegos en que le ha tocado servir. Asimismo, registra 9,4 aces por partido y apenas 2,1 dobles faltas por cada duelo disputado.
Esta semana en Halle ha estado sobre el promedio y frente a Tsitsipas los números del chileno fueron espectaculares. Por ejemplo, tuvo un 79% de primeros servicios y ganó el 85% de los puntos que conectó con ese saque inicial. Además, ganó el 56% de los puntos con el segundo, lo que se suma al 100% de efectividad en los puntos de quiebre que enfrentó. También conectó seis aces.
¿Hacia dónde sirve Nico?
La medición de la ATP no se queda solo en eso, sino que también ofrece un completo análisis de cómo se producen esos servicios de Jarry y hacia dónde van dirigidos. Así, su lado favorito del cuadro de saque es hacia la T (sobre el revés de los jugadores de perfil diestro). En esa dirección ha ido el 49,2% de sus envíos, ganando el punto el 73,6% de las veces. El saque abierto es su segunda elección, con un 41,8% de las ocasiones, con una efectividad del 75,7%. Mientras que el servicio al medio (generalmente al cuerpo del rival) lo ha empleado en un 9% de las oportunidades, con un 56,2% de éxito.
¿Cómo ha servido en césped? Aquí los números experimentan un giro importante, debido a la complejidad de la superficie. Así por ejemplo la preferencia se decanta por el servicio abierto, que ha ejecutado en el 45,5% de las oportunidades, lo que le permitió ganar el 76% de los puntos. Mientras que el saque a la T lo ha empleado en el 43,6% de las ocasiones, con un 83,3% de efectividad. En tanto, el saque al medio lo ha elegido en el 10,9% de las veces, también con un 83,3% de éxito.
Los cambios
Cuando Nicolás Jarry comenzó su nueva etapa en 2021, lo hizo desde cero y comenzó a trabajar en algunos cambios en su servicio. En un principio, Cristóbal Saavedra lo ayudó en algunos cambios posicionales para controlar algunas molestias en el hombro que le producían mucho dolor. De hecho, comenzó a sacar con los pies separados para dejar la cadera atrás y así transferir mejor el peso con esta y así reducir las molestias. También en ese momento comenzó a mejorar la explosividad y a aumentar el rango de movimiento del hombro, lo que también le permitió aumentar la velocidad de los envíos.
Con la llegada de Juan Ozón, el trabajo en este aspecto fue incorporando más elementos para ir buscando las mejores sensaciones. Esto incluyó modificaciones en el trabajo de pies, por ejemplo. Además, las molestias físicas fueron desapareciendo. Para el técnico español, el dominio de la primera pelota tras el servicio es algo fundamental, ya que con eso se puede direccionar el foco en caso de un error en el punto anterior, mejorar la posición corporal e imponer la presencia que busca tener en la cancha. Sin duda, un camino que hoy tiene a Nicolás Jarry viviendo el mejor momento su carrera.
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