No hay imágenes: Fiscalía detecta que cámaras en el SII y en el edificio donde está la oficina de Hermosilla no guardaron registros visuales

Una especie de “fact checking” es lo que están haciendo la Fiscalía y el OS-7 de Carabineros a cada una de las palabras vertidas por la abogada Leonarda Villalobos en la reunión que el 22 de junio sostuvo con Luis Hermosilla y el empresario Daniel Sauer, cita que se conoció hace algunas semanas cuando se filtró una grabación del encuentro en la que se habló del supuesto pago a funcionarios del Servicio de Impuestos Internos (SII) y de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).

Es que la Fiscalía Oriente busca comprobar cada una de las situaciones que se describen en la reunión, algunas de las cuales revisten carácter de delito. Una de ellas es el “perdonazo” que el SII le aplicó a Sauer por más de $3 mil millones, algo de lo cual el dueño de Factop se ufanó en la reunión filtrada.

De eso ya hay algunas pistas y, por lo mismo, de forma interna, el Servicio tomó algunas medidas, como la desvinculación del director de la Dirección de Grandes Contribuyentes, Christian Soto, y la suspensión de otros cuatro funcionarios que habrían tenido algún tipo de rol en el proceso de liquidación para la firma de Sauer.

Pero también han surgido otros elementos que dan cuenta de que lo hablado por Leonarda Villalobos en la conversación con Hermosilla y Sauer, y también según ha ratificado en algunos pasajes en las declaraciones que ha prestado en la Fiscalía, no calza con la realidad. Al menos, pruebas de sus dichos no se han encontrado.

Por ejemplo, durante los últimos días la investigación comenzó a arrojar los primeros resultados del análisis a las cámaras incautadas por el OS-7 de Carabineros, el 16 de noviembre, en dependencias del Servicio de Impuestos Internos (SII) y en el edificio en que está la oficina de Luis Hermosilla, ubicado en Vitacura.

Dos semanas después de ambas diligencias, los registros no entregaron muchas luces positivas para la indagatoria. Fuentes del caso comentan que las cámaras ubicadas en las afueras del SII, lugar donde supuestamente Leonarda Villalobos habría sostenido una serie de reuniones para obtener información privilegiada sobre los movimientos tributarios de Daniel Sauer, no arrojaron luces de visitas recientes al edificio.

La razón, agregan, tiene que ver con que las cámaras no almacenan imágenes a largo plazo. Existen periodos de grabación cortos, de no más allá de 10 días, y en el caso de los registros que hay, en ningún caso se podría llegar a junio de este año, ni mucho menos a 2018, año en que se ejecutó la liquidación del SII a la multa aplicada a la firma de Sauer.

En el caso de lo requisado en el edificio en que está ubicada la oficina de Hermosilla, tampoco fue posible retroceder las cintas en plazos tan extenso. Estas contienen un ciclo de grabación aun menor que las del SII, por lo que confirmar el momento en que los abogados hablan en el polémico audio sobre que un funcionario de la CMF “viene para acá” a -supuestamente- cobrar “$10 millones” adeudados, no ha podido ser comprobado por esa vía. Hasta ahora.

De todas maneras, los investigadores no se quedarán solo en la revisión de cámaras. Advierten que este es solo uno de los elementos para confirmar lo que se habló en la oficina de Hermosilla, dado que las pesquisas que buscan corroborar el eventual pago de sobornos también están enfocadas en la revisión de análisis patrimonial, financiero y la toma de declaraciones a los testigos e imputados del caso.

Pero hay otro elemento que arrojó el “fact checking” a las declaraciones de Leonarda Villalobos, y que aunque no tiene que ver directamente con la investigación por coimas, sí permitiría entregar un contexto sobre su relato: el asalto del que dijo haber sido víctima en el audio filtrado por Ciper, y que terminó con su crítica de “este país ya es cualquier huevá”, no habría existido o -al menos- no lo denunció.

Al comenzar la reunión del 22 de junio, Villalobos -que fue quien grabó el audio- dice que la “asaltaron, me agarraron a combos. Mira, me rajaron la oreja”. Agregó que los que la asaltaron fueron dos hombres con cuchillo y que arrancaron. Todo habría ocurrido fuera de Grandes Contribuyentes del SII.

Resulta que los persecutores pidieron la información a Carabineros, la PDI y también buscaron en los registros del Ministerio Público, y de ese robo no hay rastro alguno. Es decir, Villalobos no denunció ni reportó el robo de sus aros.

El porqué de su decisión, creen fuentes del caso, podría responder a que como estaba grabando la conversación quería esconder, a través de otro hecho, un eventual comportamiento sospechoso. De esta manera, al mostrarse visiblemente afectada por el atraco, disminuiría el riesgo de ser descubierta registrando la conversación.

Los fiscales del caso, Felipe Sepúlveda, Miguel Ángel Orellana y Marcelo Vargas, están abocados de lleno al caso, donde cada detalle es fundamental para perfilar a cada uno de los imputados, y para ello también se sumaron declaraciones de Villalobos en el caso Factop donde hoy el SII se querelló contra Daniel Sour por facturas falsas que comprenderían un monto cercano a $13 mil millones. Las motivaciones de los sospechosos, y sobre todo sus acciones, son miradas con lupa.