“No manifestó rendimiento decreciente”: Ben Brereton pasa sus primeras pruebas para la altura
El delantero se ha transformado en la principal preocupación de la Roja por su nula experiencia jugando en altitud. Los médicos buscan que no se resienta físicamente al momento de enfrentar los 2.600 metros sobre el nivel del mar de Calama, en el escenario que se recibirá a Argentina y principalmente al choque con Bolivia, a 3.600 metros de altitud. Los futbolistas trabajan en cámaras hipobáricas, un trabajo de adaptación que continuará en Juan Pinto Durán hasta el momento de desplazarse hacia el norte.
El plan de altura de la Roja está en pleno desarrollo. El jueves 27, la Selección recibirá a Argentina, en Calama, en un duelo clave para las aspiraciones de clasificarse al Mundial de Qatar. Cuatro días después, tendrá que ir a La Paz, para medirse con Bolivia. El primer encuentro se jugará a 2.260 metros sobre el nivel del mar. El segundo, a 3.600 metros. La gran mayoría de la Generación Dorada y de los jugadores que se han ido sumando en medio del proceso de renovación del contingente conocen la experiencia. Hay uno que no: Ben Brereton.
Sobre el atacante del Blackburn Rovers están puestas todas las miradas. El ariete nacido en Inglaterra trabaja hace días en una cámara de hipoxia normobárica, con la que se pretenden simular las condiciones que encontrará primero en la ciudad minera y luego en la capital altiplánica. La ANFP gestionó un equipo para que pudiera utilizarlo en Europa. Ahora, con su llegada al país, después de ser liberado tras el encuentro de su equipo frente al Hull Citty, que terminó en una derrota por 2-0, se intensificarán los trabajos de adaptación. En Juan Pinto Durán encontrará equipos similares a los que utilizó para avanzar en la adaptación.
En la Roja celebran las buenas respuestas que ha mostrado el atacante cuando ha sido sometido a las simulaciones de baja presencia de oxígeno. “No manifestó rendimiento decreciente”, confiesan en la Selección respecto de la respuesta que ha mostrado Brereton en las primeras tres sesiones a las que ha sido sometido, aunque precisan que solo después de tres días en la ciudad que albergará el encuentro se puede tener un diagnóstico más concreto. Eso sí, al margen del aspecto fisiológico, aún falta por examinar otro aspecto clave: la sensibilidad con el balón. Ese aspecto solo se podrá medir con certeza una vez que llegue a la región de Antofagasta, en alguno de los grupos que integran la expedición. Lo que sí tranquiliza en Quilín es la opción de contar anticipadamente con él. Inicialmente, dado que el Blackburn tiene un encuentro programado para este lunes, frente al Middlesbrough, el técnico Tony Mowbry pretendía liberarlo solo después de ese encuentro.
Trabajo personalizado
El operativo considera, ciertamente, mucho más que la adaptación de Brereton. Al resto de los jugadores que militan en el Viejo Continente también se les ofreció la posibilidad de contar con condiciones similares, pero lo desestimaron, considerando que ya se han enfrentado a esa realidad, generalmente con éxito. Hay algunos, como Alexis Sánchez, Charles Aránguiz y Eduardo Vargas, que brillaron en Cobreloa el club que oficia de local en la ciudad en la que Chile recibirá a los transandinos. Con los clubes europeos hubo roces respecto de las fechas de llegada de los futbolistas. Tal como el Blackburn, pretendían cederlos sobre la hora y, en algunos casos, se mostraron contrarios a la realización de los trabajos de adaptación en cámara hipobárica, considerando que les produce desgaste en plena competencia. De hecho, en el caso del club inglés tuvo que mediar un acuerdo especial para permitir esa tarea específica. Otro ejemplo en ese sentido son las declaraciones de Manuel Pellegrini, técnico del Betis, quien se quejó por el viaje de Bravo y del resto de los seleccionados sudamericanos. “Se le quita importancia a la Copa del Rey”, reclama el Ingeniero.
Igualmente, hace días que los futbolistas que militan en clubes nacionales están concurriendo a la clínica Meds para realizar el mismo trabajo de adaptación que el jugador nacido en Inglaterra. Hay algunos que, incluso, lo han realizado en sus hogares. Desde este viernes y hasta el domingo, se trabajará en grupos reducidos reforzados con jugadores juveniles en turno matinal en Juan Pinto Durán. Por la tarde, se trasladarán al centro médico para continuar trabajando en las cámaras. Desde el lunes comienza el arribo a Calama, donde el Club de Campo Cobreloa ya fue reservado y mejorado para recibir los entrenamientos. Los trabajos son personalizados y dependerán de la respuesta que vaya mostrando cada uno de los jugadores.
Ya en el lugar del primer partido, en el que Chile permanecerá hasta poco antes del desplazamiento hacia Bolivia, los esfuerzos estarán puestos en los trabajos futbolísticos, en los que siempre se estarán monitoreando los efectos que produce la variable geográfica. “Lo más importante serán esas dos o tres sesiones en Calama. La mayor preocupación está puesta en la sensibilidad con el balón y en la velocidad y trayectoria que suele tomar en esas condiciones”, explican en la Selección.
Un camión con equipaje
Calama será, por una semana, la casa de la Selección. En ese contexto, la planificación se echó a andar apenas se decidió recibir a la Argentina de Lionel Scaloni en esa ciudad. Además del acuerdo con Cobreloa para la cesión de sus instalaciones y del uso en exclusiva de su cancha principal, en la Roja se han preocupado de coordinar todos los detalles relacionados con una estadía segura, dado que la ciudad retrocedió a fase 2 en el plan Paso a Paso. En materia organizativa, habrá un efecto fuerte: ya no se podrá recibir hinchas en las tribunas.
Este viernes saldrá desde Santiago un camión con toda la implementación para realizar un trabajo en óptimas condiciones. Al día siguiente, un staff de avanzada llegará a la ciudad minera para preparar todas las condiciones para que el plantel esté cómodo y seguro. Los jugadores llegarán entre el domingo y el lunes. Durante la tarde del primer día de la semana se producirá la primera sesión de trabajo.
Al margen de las condiciones externas, en el equipo chileno confían ciegamente en la asesoría de dos especialistas: el médico Fernando Yáñez y el preparador físico Alejandro Souto. Este último, parte del staff de Lasarte, trabajó en Bolivia, por lo que conoce a la perfección como enfrentarse al gran fantasma que estará frente a la Roja en los próximos días.
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