"No sabemos qué hacer": La angustia de los apoderados del Instituto Nacional tras seis semanas de protestas

Instituto Nacional

La Tercera conversó con 10 padres y madres del liceo, que anoche asistieron a una reunión de apoderados. Ellos reconocen estar divididos, pero coinciden en tres cosas: rechazan la violencia, dicen que el petitorio de los alumnos es justo, y afirman que las familias tienen responsabilidad en el drama.


Desesperados. Angustiados. Con miedo y sin soluciones. Así estaban anoche los cientos de apoderados del Instituto Nacional que llegaron a la reunión de apoderados que citó ese liceo para hablar sobre las protestas de los escolares y los hechos de violencia que mantienen interrumpidas las actividades académicas hace seis semanas.

En el encuentro, los profesores notificaron a las madres y padres algo que se siente hace tiempo: que la comunidad está quebrada y que el liceo no sabe cómo solucionar el conflicto. Y los mismos apoderados están divididos.

Para algunos, falta mano dura. Otros exigen que el alcalde detenga la violencia policial. Pero todos coinciden en tres cosas: rechazan la violencia, dicen que el petitorio de los alumnos es justo, y reconocen que las familias tienen responsabilidad en el drama.

La Tercera conversó con 10 apoderados para saber qué salida ven a la crisis. "Es difícil tener una solución, porque ¿cómo separar a una minoría que causa estos problemas de los niños que quieren estudiar?", dice Jacqueline Namuncura, madre de un niño de 3° medio, quien critica la acción de los encapuchados, pero teme mucho más por la violencia policial: "Los carabineros están hechos unos animales, hay niños que no tienen nada que ver y los carabineros se les tiran como perros, y el Gobierno avala eso. ¡Cada vez que veo esto, quedo enferma!", agrega con la voz quebrada.

A su juicio, una solución es lejana, porque durante años las autoridades "se han burlado" de las demandas de los escolares, por lo que "no creen en nada y no se sientan a dialogar. Y no vemos cómo calmar esto". Lo mismo cree Leonardo Salas, para quien los problemas de infraestructura por los que reclaman los alumnos se arrastran hace años.

"La mitad de los profesores son mujeres y tienen un baño por pasillo. Es decir, incluso los profesores tienen problemas. Y las salas tienen goteras de los baños que están arriba. Ese es el petitorio de ellos, que viene de hace años y que no ha sido escuchado, por eso protestan. No lo hacen de la manera correcta, pero también están siendo reprimidos", afirma. Lo grave es que, debido a los 12 días de inasistencia que tienen, todo el curso de su hijo estaría repitiendo. ¿La solución? "No hay soluciones y el rector no está dando el ancho", asegura.

Beatriz, otra madre, cuenta que los profesores "reconocen que hay un quiebre muy fuerte, que obedece a lo que está pasando en el país. Si bien el profesor fue enfático en decir que como docentes también están sufriendo las consecuencias de eso, nos pidió que cada apoderado se haga responsable de la comunicación con sus hijos". Así, la falta de comunicación en las familias asoma como una de las raíces de los problemas.

Para Viviana, el desenlace más inmediato es aplicar los reglamentos. "Los niños pueden hacer lo que quieran, pero no los pueden castigar. Hay que aplicar la norma: al niño que se le sorprenda fuera del colegio, en horario de clases, encapuchado o con otra vestimenta, se le tiene que aplicar la sanción, la suspensión o la cancelación de matrícula", plantea. Pero advierte que eso no resolverá las demandas de fondo.

En otro curso, Jorge critica la labor del rector, quien a su juicio debe dejar el cargo. Además, dice que "la DEM ha sido muy permisiva, pero los alumnos tienen razón en su petitorio, en todo lo que tiene que ver con la infraestructura" y que "algo que podría ser beneficioso es el cambio de rector, para que llegue alguien que esté más presente y se ponga los pantalones".

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