“Nos faltó claridad en condenar los hechos de violencia”: el duro mea culpa socialista en torno al estallido social
Luego de que la presidenta de la tienda, Paulina Vodanovic, reconociera en una entrevista con la revista "Ya" que fue un error del partido guardar silencio el 18 de octubre, al interior de la colectividad sinceraron una mirada crítica en torno al apoyo que, en ese momento, entregaron a las manifestaciones. “Fue un error que no se calificó bien. Probablemente todos caímos un poco en eso”, lamenta Osvaldo Andrade.
Como un balde de agua fría cayó al interior del Partido Socialista (PS) la entrevista que su presidenta, la senadora Paulina Vodanovic, dio hoy a la revista Ya, de El Mercurio. En ella, la parlamentaria sinceró que “el gran error que cometimos el 18 de octubre (de 2019) fue quedarnos callados, no salir a defender con fuerza las ideas, los logros de nuestro gobierno. Y no condenar tajantemente la violencia. Creo que fue un tremendo error”.
En ese momento, añadió la parlamentaria, “nos sentimos, a lo mejor, como que no habíamos hecho todo lo que habíamos podido. Como que nos compramos un poco ese discurso, fue como decir, bueno, a lo mejor es cierto, pudimos haber hecho más. Pero si tú piensas y te pones en la realidad histórica y en el momento en que aquello ocurrió, no fue así. A lo mejor se pudo haber hecho algo más, pero no mucho más. Los llamados 30 años fueron los años en que hubo mayor capacidad de gobernabilidad (...)”.
Sus declaraciones dieron pie a que en la centroizquierda se sincere una postura que, en silencio, ha tomado fuerza en el último tiempo. Así, son varias las voces que actualmente hacen un análisis crítico de la forma en que el sector y el partido -en ese momento conducida por el actual ministro Álvaro Elizalde y y el entonces secretario general Andrés Santander- hicieron frente al estallido.
Por ejemplo, el diputado Marcos Ilabaca, consultado por este medio, señaló que “al PS le faltó un poco más de claridad en términos de poder condenar los hechos de violencia que vivió Chile post 18 de octubre de 2019. Nos faltó defender más el trabajo que se realizó durante los 30 años de los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría. Hubo grandes avances. Allí la autocrítica que hace la presidenta del partido, por lo menos por parte mía, es absolutamente compartida”.
También comparte el punto el extimonel de la tienda Osvaldo Andrade. Consultado por La Tercera, dijo que “tiene razón, efectivamente creo que el 18 de octubre nos faltó a los socialistas una evaluación más equilibrada de lo que estaba sucediendo, desde el punto de vista de que en esas manifestaciones se expresaba un conjunto de descontentos de distinta naturaleza, pero también había un resto del país que estaba igual de intranquilo en sus casas”.
Sobre los gobiernos de la transición, el expresidente socialista planteó que “uno de los déficit que tuvimos es que no entregamos el debate de los 30 años desde la perspectiva del equilibrio que nosotros queríamos manifestar, en el sentido de los grandes avances que se hicieron y también de los grandes déficit. Los socialistas estábamos en las mejores condiciones para asumir los logros, pero sin dejar de señalar los déficit. Ese equilibrio, esa ecuación adecuada nos faltó hacerla”.
“Fue un error que no se calificó bien. Probablemente todos caímos un poco en eso”, lamentó.
También en línea con Vodanovic, el senador Fidel Espinoza manifestó que “el partido no se pronunció con la firmeza con la que tenía que haberse pronunciado, y haber condenado mucho más firmemente la violencia que se generó en las calles (...). Claramente en esos temas, como también en los indultos, que fue algo vergonzoso, el partido pudo tener una postura mucho más fuerte”.
En tanto, el senador Juan Luis Castro sostuvo que Vodanovic “acierta con ese diagnóstico, porque la historia demostró que quienes tenemos una posición de izquierda moderada y que hemos hecho una valoración del gobierno de la Concertación y de la Nueva Mayoría, sin dejar de ver los errores cometidos, nunca debimos omitirnos”.
Por su parte, el diputado socialista Jaime Naranjo sostuvo que “nos faltó coraje y decisión para valorar nuestros años de gobierno. Quizás nos dejamos llevar por el voluntarismo y agitación que vivía en el país en octubre y lamentablemente escondimos la cabeza (...). Es fatal cuando en política se tiene vergüenza y no se valora lo que se hizo. Pecamos de un cierto infantilismo de izquierda y nos dejamos llevar por el grado de agitación de esos días de octubre”,
El diputado Tomás de Rementería afirmó que “el 18 de octubre es un acto que no puede ser negado que fue el catalizador de una serie de injusticias e impotencias que tenía la comunidad en Chile, no es un acto que haya sido un invento político (...). Lo que vino después del 18 de octubre, en la canalización política de esto (...), pudo haber cierto silencio, que fue un error de las fuerzas progresistas en general, no solo de nosotros, de no haber hecho eco de que la ciudadanía no estaba valorando lo que estaba sucediendo (...)”.
En esa línea, agregó que “hubo un grado de complacencia con grupos que eran más bien contrarios al sistema o contrarios al establecimiento de normas generales para los chilenos”.
En todo caso, al interior del partido también existen matices en torno a los dichos de la senadora.
Por ejemplo, el jefe de bancada de los diputados socialistas, Daniel Manouchehri -cercano al ministro Elizalde-, dijo que “el análisis de los 30 años no debe ser en blanco o negro. Los gobiernos de la Concertación tuvieron puntos muy altos de avance social (...), pero también situaciones complejas (...). Los poderes económicos cooptaron a nuestros dirigentes que saltaban directo de los ministerios a los directorios de las empresas que abusaban de la gente. Ni hablar de los casos de corrupción que nos deben avergonzar. También tuvimos en algún momento mayoría en el Congreso, pero faltó la determinación de avanzar en los cambios que Chile requería (...). El alza del Frente Amplio en la ciudadanía respondió a esto”.
“El estallido social tuvo dos expresiones, una mayoritaria de movilización social, y una minoritaria de violencia. El socialismo apoyó la movilización social pacífica y rechazó la violencia. En Chile tuvimos una expresión de rabia de millones de personas y los motivos de esa rabia social siguen vigentes. Sería un error pasar del ‘no lo vimos venir’ al ‘aquí no ha pasado nada’”, concluyó Manouchehri.
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