Otra lesión grave, pelea con Sampaoli y las finanzas delicadas: el año para el olvido de Arturo Vidal

Arturo Vidal, abandonando en camilla el Monumental, después del duelo ante Colombia
Arturo Vidal, abandonando en camilla el Monumental, después del duelo ante Colombia. (Foto: Christian González).

La dolencia que sufrió en el partido ante Colombia deja al Rey en peligro de haber finalizado su temporada, la más complicada que ha afrontado en su trayectoria profesional. Para colmo, se conocieron dificultades económicas que, en todo caso, él y su entorno más próximo descartan tajantemente. Un regreso adelantado al fútbol chileno no está descartado.


Si Arturo Vidal pudiera elegir qué año arrancar de su vida, 2023 corre con ventaja para ser el designado. La lesión que sufrió ante Colombia apenas viene a convertirse en el corolario de un calendario lleno de malas noticias, dentro y fuera del campo de juego. Por lo pronto, el diagnóstico de la dolencia, una rotura del menisco externo de la rodilla derecha, el mismo que estuvo a punto de truncar su participación en el Mundial de Brasil 2014, no solo descarta su participación en los encuentros de octubre frente a Perú y Venezuela, sino que lo pone en riesgo para los siguientes, frente a Paraguay y Ecuador, en noviembre. Y, peor aún, los plazos médicos dan por concluida su temporada. El estándar habla de al menos dos meses el período necesario para la rehabilitación, aunque hay especialistas que prefieren situarlo entre tres y cuatro.

Las consecuencias no solo las sentirá a nivel de Selección. Quizás lo más preocupante es su futuro profesional. El último día de diciembre expira el contrato que lo une con el Flamengo, que lo tiene cedido en el Athletico Paranaense, club que está muy molesto con la insistencia del Rey en jugar lesionado ante los cafeteros. Es decir, irremediablemente deberá buscar un nuevo destino.

Con 36 años, y los antecedentes clínicos a la mano, seguir en el extranjero no parece tan fácil, por lo que su regreso a Chile, específicamente a Colo Colo, es una opción que toma cada vez más fuerza para la próxima temporada, según reconocen en su entorno. Por más que la idea del mediocampista es permanecer en la elite, poco a poco ha ido asumiendo la realidad. Sabe que será difícil continuar a un ritmo tan exigente como el que obliga el Brasileirao.

De sueño a pesadilla

El 13 de julio de 2022, Vidal concretó un sueño. Después de su paso por el Inter de Milán, dio por concluida su experiencia europea, que incluyó clubes de alto linaje como la Juventus, el Bayern Múnich y el Barcelona, y fichó por el Flamengo. Con el equipo de Río de Janeiro el coqueteo había partido mucho antes. El seleccionado chileno llegó a posar con la camiseta del equipo rubronegro, del que, además, se declaró hincha. El Fla lo recibió como una estrella: con el mejor contrato de la poderosa liga brasileña, los torcedores dándole una bienvenida de rockstar en el aeropuerto y brindándole una ovación en el Maracaná. Para mayor abundamiento, en noviembre del mismo año, consiguió la Copa Libertadores, uno de los pocos trofeos que le faltaba celebrar.

El 2023, sin embargo, le quitó todo ese brillo. El mediocampista formado en Colo Colo perdió importancia en el equipo y no logró consolidarse como titular. Ni siquiera el arribo de Jorge Sampaoli, en abril, logró cambiar esa realidad. Con el casildense existía una complicidad que se acercaba a lo absoluto y el Rey le respaldó abiertamente, al punto de olvidar las consecuencias de una cirugía en el codo izquierdo, por un edema que le generaba complicaciones, para ponerse a disposición del técnico con el que había brillado en la Selección.

Juntos consiguieron la clasificación al Mundial de 2014, en el que Vidal sacrificó su carrera al jugar intervenido hace poco en la misma articulación que ahora le pone en problemas, y, lo más importante, el título de la Copa América 2015. “Es muy importante que haya llegado, pasamos momentos lindos en la Selección y ojalá ganemos todo con Flamengo”, declaró el volante, después de enfrentar a Ñublense, por la Copa Libertadores.

Arturo Vidal y Jorge Sampaoli, en un partido del Flamengo.
Arturo Vidal y Jorge Sampaoli, en un partido del Flamengo.

Los elogios fueron profusos. “Volví a mi posición en la que jugué 15 o 16 años en Europa, donde me siento súper cómodo. Espero seguir trabajando, con más días de entrenamiento sentirme cada vez mejor y ser un aporte al equipo. Con Sampaoli siempre se va para adelante, es atacar y atacar, no le gusta ir para atrás. Eso se vio, tuvimos el balón y en dos días cambió el equipo, llegamos al arco rival con cinco y seis hombres. Sabe sacarme el máximo rendimiento, en tres días me puso de titular y espero estar al 100% y dar muchas alegrías”, amplió.

Apenas tres meses después, primero despojado de la titularidad y luego relegado al Athletico Paranaense, porque le garantizaba un mayor protagonismo, el discurso de Vidal acerca de Sampaoli cambió radicalmente. “Tuve un entrenador, un perdedor, que no sabe apreciar a los jugadores”, disparó apenas había debutado en el Furacão.Ahora me di cuenta de lo que la gente me decía de quién era el, la persona que es. Me siento feliz al no estar con el”, amplió. El vínculo que alguna vez hubo entre ambos se había roto para siempre.

Las dudas sobre sus finanzas

Si septiembre no ha sido un buen mes para Vidal, agosto tampoco fue mucho mejor. Ese mes finalizó con nuevas dudas respecto de su situación financiera. Un informe de la radio ADN dio cuenta de la intención de Vidal de desprenderse del predio de 30 hectáreas en la región del Maule el que está enclavado el haras Il Campione, el otro sueño del futbolista, de reconocido interés por la actividad hípica.

La operación, que fue cifrada en tres mil millones de pesos, inferior a los US$ 5 millones que pretendía inicialmente, pretende equilibrar sus finanzas, que habían sufrido un duro golpe hacía unos meses, por las abultadas pérdidas que había sufrido en los negocios que le administraban sus primos Carlos y Víctor Albornoz, que incluso le llevaron a querellarse en los tribunales, aunque luego Vidal desistiría de las acciones. El complejo incluye una casa, quincho, piscina, pesebreras y, por supuesto, caballos.

El Rey, en todo caso, desligó la operación de eventuales dificultades económicas. “Me aburrí de la hípica porque vi cosas que no me gustaron. Lo veía como un hobby, pero ya no le estoy dando la importancia que me gustaría”, sostuvo. En efecto, hace algunos meses, a través de Instagram, había exteriorizado su molestia por el manejo de la actividad. “Llegan ofertas, pero no lo voy a vender todavía. Seguro lo venderé, pero seguiré en lo mío, que es el fútbol. Estudiar para ser entrenador es algo que quiero, ayudar a las cadetes de la Selección. Por eso he cambiado mi forma de pensar. Me siguen gustando (los caballos), pero de qué me sirve tener una crianza si nos los veo”, estableció en su canal en Twitch.

2023 marcó, también, el fin de otro sueño: el de ver al Rodelindo Román en lo más alto del fútbol chileno. En diciembre de 2022 se produjo el descenso del equipo de San Joaquín, en el que Vidal también había invertido altas sumas de dinero, a la Tercera División del fútbol chileno. En rigor, la cuarta categoría del balompié nacional. La figura de la Generación Dorada se hastió y le puso fin al proyecto: el club ni siquiera pidió el cuaderno de cargos para volver a la máxima categoría del fútbol aficionado. El Rey le había dejado caer la espada.

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