Para instruirse: Siete libros feministas actuales

"Dentro del feminismo hay muchas diferencias y a mí me parece normal", decía el año pasado la escritora francesa Virginie Despentes, uno de los referentes del feminismo actual. "Podemos pertenecer al mismo grupo, el de las chicas, y no tener mucho en común. Es imposible señalar un solo feminismo. Sería mucho más preciso separar a las mujeres por su horóscopo", agregaba la autora de Teoría King Kong.

He aquí una breve selección de libros que dan cuenta de la diversidad de pensamiento dentro del feminismo actual.

Desde el título, la activista Roxane Gay se asume como una feminista a su medida. "Acepto abiertamente la etiqueta de mala feminista. Y lo hago porque no soy perfecta, soy humana", dice. "Tengo algunos… intereses, rasgos de personalidad y opiniones que quizá no se alineen con el feminismo dominante, pero soy feminista", subraya la autora, colaboradora de The New York Times y una de las voces más frescas e irreverentes del activismo actual. Roxane Gay reconoce que le gusta la música hip hop pese a sus letras machistas, así como otros géneros que el feminismo canónico desaprobaría, mientras desmenuza con humor y agudeza la misoginia de la cultura popular, desde las películas de Tarantino a 50 sombras de Gray.

Publicado originalmente en 2007 y reeditado el año pasado, este libro testimonial, de una franqueza arrolladora y de espíritu punk, se convirtió en un objeto de culto: "Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas (…) todas las excluidas del gran mercado de la buena chica, pero también para los hombres que no tienen ganas de proteger, para los que querrían hacerlo pero no saben cómo, los que no son ambiciosos, ni competitivos ni la tienen grande. Porque el ideal de la mujer blanca, seductora, que nos ponen delante de los ojos es posible incluso que no exista", dice la autora, ex prostituta y cineasta.

"En Occidente, las mujeres no viven en ningún patriarcado", sostiene Camille Paglia. Atea y lesbiana, Paglia es una brillante ensayista, formada en el feminismo de los 60 y muy crítica del activismo actual. "El feminismo se ha centrado en la retórica antimasculina en lugar de en el significado de la vida", dice, quien es contraria a los estudios de género y la victimización de la mujer. "Hay una actitud muy elitista en el feminismo", agrega. Se declara a favor del aborto, pero respeta a los antiabortistas, "y me parece atroz que el feminismo los excluya de sus marchas", dice.

"Madre, vuelve a tu habitación, a tus labores con el telar y el huso", le dice Telémaco a Penélope, su madre, cuando intenta intervenir en una conversación entre hombres. La escena pertenece a La odisea, y según la historiadora británica Mary Beard (1955), experta en el mundo antiguo y una intelectual estrella de las redes sociales, es el primer documento registrado sobre la opresión masculina a la libertad de expresión de las mujeres. Su libro Mujeres y poder reúne un puñado de conferencias que revisan, con ironía británica, cómo históricamente el poder masculino ha excluido la voz de las mujeres de la esfera pública.

Escritora, crítica y editora de Bookslut, Jessa Crispin tiene una visión crítica del activismo actual, pero desde una posición radical: "La única respuesta posible es la revolución", dice en su libro Por qué no soy feminista. Desde luego, el título es una ironía: la autora es profundamente feminista y afirma que la versión actual del movimiento no tiene pólvora: se descafeinó para ser aceptado. Se transformó en un bien de consumo. Dice que muchas mujeres se benefician del patriarcado. "El feminismo real es un movimiento que requiere acción, reflexión y el poder construir nuevas estructuras para nuestra vida y nuestra sociedad", sostiene.

En 2012 dio una charla TED que se convirtió en un libro imprescindible. La escritora nigeriana Chimamanda Ngozi (1977) -"feminista feliz y africana"- explica que el feminismo no es solo cosa de mujeres. "Lo peor que le hacemos a los niños -a base de hacerles sentir que tienen que ser duros- es dejarlos con unos egos muy frágiles. Cuanto más fuerte se siente obligado a ser un hombre, más debilitado queda su ego. Y luego les hacemos mucho más mal a las niñas, porque las criamos para que estén al servicio de esos frágiles egos masculinos", dice.

Feminista y liberal, la economista española María Blanco defiende la autonomía de la mujer respecto del Estado. Se manifiesta a favor del aborto, pero no cree que no debe ser un problema de salud pública. Su libro es una defensa del liberalismo feminista. "El recurso habitual al Estado procede de un enorme complejo psicológico que tenemos las mujeres", dice. Ella aboga porque las mujeres descubran y fortalezcan sus capacidades, y afirma que "cada mujer es responsable de su propia dignidad".