Penquista, "romántico viajero" y una larga carrera judicial de bajo perfil: ¿Quién es Guillermo Silva, el ministro que corre con ventaja para presidir la Suprema?

Guillermo Silva Gundelach

El magistrado ingresó al Poder Judicial en 1972 y de ahí en adelante fue ascendiendo hasta pasar, hace 11 años atrás, de la Corte de Apelaciones de Concepción al máximo tribunal del país. Se desempeña en la sala civil, es reconocido por ser un juez de bajo perfil, sencillo y de resoluciones fundadas. La próxima semana podría ser electo por sus pares, gracias a la tradición de antigüedad, para ser el sucesor del ministro Haroldo Brito


"Es una enorme responsabilidad, pero tengan la certeza que lo voy a realizar con la solidez que ustedes esperan de mi". De esta manera, hace 11 años, el 11 de diciembre de 2008, el entonces recién asumido ministro de la Corte Suprema, Guillermo Silva Gundelach (72)  le expresaba a sus amigos y familiares que cumpliría cabalmente su rol en el máximo tribunal del país.

Estas palabras las entregó en una cena organizada por sus cercanos en un hotel de Santiago, donde la mayoría de los presentes lo conocía de hace más de 30 años, cuando Silva daba sus primeros pasos jurídicos en la Región del Biobío.

Silva Gundelach nació el 8 de noviembre de 1947, en la comuna de Penco, en la Región del Biobío. Sus estudios los cursó en el Colegio Sagrados Corazones de Concepción , para luego dar paso a su formación como abogado en la Escuela de Derecho de la Universidad de Concepción.

Entre sus pares lo reconocen como un juez muy arraigado a sus orígenes en provincia y de bajo perfil. Lo primero, él mismo lo destaca y lo reconoce como un valor. Incluso a veces suele bromear con que debería devolverse a Los Ángeles o Penco, que extraña la tranquilidad de esas ciudades, lo que contrasta con el ritmo de Santiago.

Sin embargo, guarda un cariño en Santiago, el del "Romántico Viajero", el club de sus amores: la Universidad de Chile. Quienes lo conocen lo califican como apasionado por el equipo laico, y que este año debe haber pasado más de alguna rabia con los azules, equipo que terminó antepenúltimo en la tabla de posiciones. "¿Cómo cree que voy a estar?", decía cuando le preguntaban cómo estaba y la "U" había perdido.

Ingresó al Poder Judicial en 1972

Fuentes del Poder Judicial comentan que Silva ha hecho una "larga" carrera al interior de tribunales. Eso, dicen, lo hace correr con ventaja ya que da cuenta de que conoce en profundidad la realidad de todo el sistema, sobre todo, las necesidades de los tribunales de regiones. De hecho el magistrado suele decir que desde que ingresó al Poder Judicial, en 1972, no ha habido ningún cargo del escalafón primario que se haya saltado.

En 1972 fue nombrado secretario del Primer Juzgado de Letras de Los Ángeles, y de ahí en adelante su carrera fue avanzando en distintos tribunales, hasta que en 1990 fue nombrado como ministro de la Corte de Apelaciones de Talca. Tres años más tarde volvería a tierras penquistas, como juez del tribunal de alzada de Concepción. Fue presidente de la Corte de Talca y de Concepción.

Como docente, el ministro Silva también presenta sus cartas: fue profesor de derecho penal en la Pontificia Universidad Católica, y también en la Santísima de Concepción (UCSC), entre 1982 y 1998. Actualmente, además, dicta la cátedra de derecho penal de la Universidad San Sebastián de Concepción. En el año 2003 se le otorgó por los alumnos el premio "Excelencia Académica". También forma parte de la comisión examinadora del magíster en derecho penal de la UCSC.

En 2000, sin embargo, recibió uno de sus más queridos reconocimientos: fue nombrado hijo ilustre de Penco, su ciudad natal, de la cual guarda los mejores recuerdos. Su madre, Ester Gundelach, se desempeñó como una reconocida profesora en esta comuna. También es hijo ilustre de Ránquil, en la Región de Ñuble.

Los cercanos al ministro Silva lo califican como un juez ponderado, de resoluciones bien fundadas y sencillo. Su buena relación con todos los ministros del máximo tribunal también es destacada por algunos integrantes del Poder Judicial.

El ministro de la Corte Suprema, Carlos Aránguiz, conoce a Silva hace más de 40 años. El magistrado cuenta a La Tercera PM que "siempre ha sido una persona quitada de bulla, conciliador y caballerosa. Fue un destacado profesor en la U. De Concepción, donde se lo reconoce altamente hasta el día de hoy. Es muy docto en el campo del derecho penal, aunque actualmente integra la sala civil".

Aránguiz destaca que el juez Silva "es muy querido por sus colegas por su prudencia y sencillez. Es fanático del fútbol y de la U. de Chile. Es de una familia judicial, donde su señora, su hermano y un tío han sido judiciales. Tal vez por eso siente un genuino entusiasmo por el devenir judicial, lo que se refleja en sus preocupaciones gremiales y sociales".

El apoyo del pleno

El ministro Silva espera con tranquilidad lo que vaya a ocurrir en el pleno del próximo 18 de diciembre. Quienes han hablado con él sobre la elección dicen que recibió con calma la candidatura del actual vocero de la Corte Suprema Lamberto Cisternas.

En ese contexto, Silva ha querido dejar en claro que él no se está candidateando a nada y que tampoco hará campaña. "Por primera vez un ministro hace una presentación manifestando su interés y ha presentado su candidatura. Yo puedo ser elegido, pero yo no voy a presentar candidatura", dijo ayer.

Fuentes de la Suprema aseguran que Silva, al menos, ya cuenta con el apoyo completo de la Primera Sala. Ahí es donde se desempeña el magistrado, viendo causas civiles. En general, dicen en el máximo tribunal, es común que las salas apoyen a sus colegas, pero en especial los ministros de esa Sala valoran y reconocen en Silva al ministro adecuado para que lidere al Poder Judicial.

Además, los supremos  comentan que hay un factor importante que podría incidir en esta elección: el escalafón de antigüedad que sigue a Silva. Esto debido a que varios de ellos estarían viendo la arremetida de Cisternas como un obstáculo para que ellos puedan llegar al mando de la Corte Suprema, en caso de que se eche abajo la tradición de la antigüedad. Incluso, dicen las mismas fuentes, eso modificaría el escenario para que, más adelante, pueda asumir la primera mujer al mando del Poder Judicial.

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