Piedrazos, cortapluma y agresión a Cecilia Pérez: cronología de una jornada violenta que amenaza a Colo Colo con severas sanciones
El fútbol, ausente por grandes pasajes en Pedreros, no fue el protagonista de esta edición del Superclásico. Los incidentes registrados en la cancha de Colo Colo se vivieron desde la previa hasta el pitazo final. El informe del juez Garay es lapidario con el Monumental, que se expone a un castigo de hasta 15 partidos. Azul Azul estudia acciones legales.
En una jornada donde hubo muy poco fútbol, la violencia terminó siendo protagonista del Superclásico. Desde el caótico arribo de los dos buses de Universidad de Chile, que fueron dañados por el lanzamiento de proyectiles por parte de barristas de Colo Colo, hasta la cortapluma abierta que cayó muy cerca del paramédico Juan Carlos Quiñones, cuando atendía al lateral José Castro. Una sucesión de hechos graves por las que el estadio Monumental se expone a un severo castigo de hasta 15 partidos y por las que Azul Azul estudia acciones legales contra los responsables.
Restos de pan, papel higiénico y vendas
A las 14.10, la utilería de la U llegó hasta el coliseo de los albos. Era la primera parte de la delegación estudiantil que se hacía presente en Macul. Sin embargo, cuando abrieron las puertas del camarín visitante, se encontraron con una sorpresa muy desagradable: estaba sucio, inmundo, en muy malas condiciones. “Había vendas, polvo, papel higiénico por todos lados, totalmente desaseado”, reclaman en el cuadro estudiantil.
Un dato anecdótico: en primera instancia, las cámaras de TNT Sports no pudieron acceder a grabar imágenes del vestuario azul. La idea era mostrarlo preparado, listo y dipuesto para recibir a sus jugadores, pero en ese momento los utileros de la U estaban limpiando lo más rápido posible para recibir a sus futbolistas, que pronto estarían en camino.
Aquello no fue todo. Una vez que el plantel de la visita llegó al camarín e inició los trabajos de precompetencia, se encontró con restos de pan y comida en la zona destinada para el calentamiento y los ejercicios de preparación, que está aledaña al camarín.
Piedrazos a los buses
Los primeros incidentes se registraron varias horas antes de que el juez Cristian Garay diera el pitazo inicial, cuando los dos buses que trasladaban al plantel profesional y al directorio de Azul Azul fueron apedreados en las inmediaciones del Monumental. La delegación salió a las 15.45 aproximadamente del hotel Pullmann El Bosque.
En el CDA critican la elección de avenida Departamental como parte de la ruta para llegar hasta el recinto, ya que fue ahí cuando ambas máquinas se toparon con una gruesa masa de barristas del Cacique, que les lanzaron piedras. “¡Al suelo!”, se escuchó dentro del vehículo en el que viajaban los directivos, entre ellos, Cecilia Pérez. “El bus está con los vidrios rotos, la gente terminó tirada en el suelo”, relató Michael Clark, presidente del cuadro univesitario.
Hay más. Los desórdenes en Departamental provocaron que los buses de los planteles de Colo Colo y la U prácticamente llegaran al mismo tiempo a la entrada del estadio, a eso de las 16.30. Obviamente, el de los azules fue el que se llevó la peor parte, terminando con varios vidrios rotos. Desde la U acusan que en Colo Colo no hubo ninguna preocupación respecto a lo sucedido.
La agresión a Cecilia Pérez
Un miembro de la delegación azul relata que tras llegar a Macul los bajaron por el costado donde estaba ubicada la Garra Blanca, la barra brava de Colo Colo. Tras ello, hicieron ingreso al recinto sin ninguna ayuda policial. Además, acusan que la escalera que permite ingresar directamente a Rapa Nui, sin necesidad pasar por el hall de Océano, estaba inhabilitada, por lo que la delegación tuvo que subir a la tribuna preferencial cruzado en medio de cientos de hinchas del Cacique.
Fue ahí cuando se produjo uno de los actos más graves de la jornada, ya que Cecilia Pérez, ex vocera de gobierno, fue agredida con un golpe de puño en la sien derecha. “Quedó con una contusión, muy marcada. Tuvieron que ponerle hielo”, cuentan en la U. Eso, sin contar los escupitajos que recibió buena parte de la mesa directiva azul durante su caminata hacia los palcos.
Clark también se refirió a este suceso. “Dentro del estadio hubo una agresión a Cecilia Pérez, eso es impresentable”, sostuvo. “Una mujer, dirigente del club, que es la vicepresidenta, fue agredida con un golpe de puño. Va a constatar lesiones, porque eso no puede ser. Estamos viendo lo que vamos a hacer, hay varios canales, está el tema con Estadio Seguro, el de la ANFP”, agregaba el timonel.
Alfredo Stöhwing, mandamás de Blanco y Negro, salió al paso. “Fui en el entretiempo a pedirle las disculpas a la gente de la U, a ver cómo estaban y ofrecerles toda la ayuda posible”, señaló.
No hubo paz en Macul
Cuando la hinchada de Universidad de Chile hizo su ingreso al sector donde fueron ubicados, un grupo de parciales se percató de una situación. Encima de ellos, Blanco y Negro había instalado un equipo de altoparlantes. Los fanáticos escalaron y destruyeron los equipos. En paralelo, una imagen captaba cómo un barrista azul golpeaba la tribuna con un fierro. Por contraparte, varios simpatizantes visitantes que se ubicaron en el sector de Magallanes reclamaron que no había agua potable y que los baños estaban inutilizabes.
El nivel de violencia que hubo en el Superclásico fue escalando. Cuando el duelo estaba por finalizar, Carabineros debió instalarse en la zona donde estaba apostada la barra de la U, debido a que se rompió un vidrio en el lugar.
Sin embargo, el acontecimiento más llamativo fue cuando hinchas de Colo Colo lanzaron bengalas directamencontra la barra azul. El humo de la pirotecnia cubrió una buena parte del campo y complicó el accionar del partido durante los últimos minutos.
La cortapluma
En los instantes previos, la violencia se había trasladado al campo de juego. Y no por una patada ni por ánimos elevados, que sí los hubo por momentos, sino por el insólito lanzamiento de una cortapluma abierta. Cuando el lateral izquierdo José Castro era atendido por los médicos de la U, la navaja cayó a la cancha, muy cerca de donde estaban los jugadores y del paramédico Juan Carlos Quiñones.
Quienes se percataron de la situación fueron Luis Casanova y Leandro Fernández. Este último rápidamente tomó el objeto y se lo mostró al árbitro, a diferencia de lo que hizo ante La Calera, hace dos semanas, cuando se escondió en las medias los proyectiles que la barra estudiantil le lanzó al arquero Omar Carabalí.
Michael Clark calificó esta situación como un “un cuasidelito de homicidio por quien tira un arma blanca abierta a la cancha”. En ese sentido, Cecilia Pérez, una de las mayores afectadas por la violenta jornada dominical, sostuvo “los hinchas son los que tienen que estar en el estadio, no los delincuentes”.
Posibles castigos
En el sector preferencial del estadio Monumental también hubo tensión. En dicha localidad había 100 hinchas de la U. Luego de varias provocaciones, albos y azules comenzaron a lanzarse vasos plásticos con líquido, a medida que el nerviosismo aumentaba por lo que pasaba en la cancha y en las demás tribunas.
Por todo lo anterior, era esperable que el informe del árbitro Cristian Garay fuera lapidario contra Colo Colo y el estadio Monumental. En el documento, el juez especifica varios de los incidentes descritos en esta nota y por los cuales el Cacique y su recinto arriesgan severos castigos, que van desde una simple amonestación, hasta multas de 500 UF o penas de hasta 15 partidos sin público, si es que hay “agresiones colectivas en que no fuera posible identificar al autor o autores de las infracciones cometidas”.
En ese último caso, el Código de Procedimientos y Penalidades establece que “se sancionará al club al que pertenezcan él o los agresores, con una multa de 10 a 100 Unidades de Fomento o, atendida la gravedad del asunto hasta un máximo de 500 Unidades de Fomento”. Colo Colo lamentó los incidentes y anunció que pedirá una reunión formal con el fiscal regional.
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