Pierina Ferretti (Nodo XXI): “Unidad por Chile va a llevar la batuta en la disputa con la derecha por sentar las bases de un Estado social sin trampas”

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La directora ejecutiva de Nodo XXI asevera que Apruebo Dignidad, y en particular el Frente Amplio, se juega su rol como “articulador de una nueva alianza progresista”.


Socióloga y directora de la Fundación Nodo XXI -ligada a Comunes-, Pierina Ferretti asegura que la elección de hoy es clave para el Frente Amplio y su rol como “articulador de una nueva alianza progresista”. En ese sentido, asegura que si a las fuerzas oficialistas no les va bien, “va a dar origen a una fuerte crítica y autocrítica respecto de la decisión de ir en listas separadas”, pero no a un eventual cambio de gabinete.

Ferretti advierte que “existe el peligro real de que salga una Constitución parecida a la vigente” si es que la oposición obtiene una mayoría. En ese escenario, afirma, la lista que congrega al Frente Amplio con el PS y el PC tiene la responsabilidad de “sentar las bases de un Estado social de derecho en Chile”.

¿Qué se juega Apruebo Dignidad, y en particular el FA, este domingo?

Apruebo Dignidad es la principal coalición del gobierno, y el Frente Amplio dentro de Apruebo Dignidad es el conglomerado de base del que proviene el Presidente. Entonces, lo que se juega tanto Apruebo Dignidad como el Frente Amplio es mantener esa posición de ser la coalición que articula la alianza de gobierno. Ahora, mantener esa posición tiene un sentido político, no es mantenerla por mantenerla, sino liderar la construcción de una alianza amplia entre la izquierda y el progresismo para enfrentar los desafíos que tiene el país, avanzar en la capacidad política de conformar una fuerza que sea capaz de encabezar las transformaciones que el país requiere. Y digo que Apruebo Dignidad ha encabezado esto porque fue la coalición de la alianza de gobierno que se la jugó decididamente por la máxima unidad de las fuerzas progresistas y de izquierda para la conformación de las listas para este nuevo proceso. Y ahí el Partido Socialista dio un gran paso cuando decide unirse a esta invitación que hace Apruebo Dignidad y el PPD, la DC y el Partido Radical tomaron otro camino que es muy probablemente que el domingo va a mostrar sus consecuencias.

Para resumir, lo que se juega para el Frente Amplio, para Apruebo Dignidad es seguir teniendo ese rol articulador de una nueva alianza progresista y de izquierda lo más amplia posible que permita enfrentar los desafíos que el país tiene. Y agregaría que tiene que ver con mostrar que sigue siendo, Apruebo Dignidad, una alternativa que es capaz de concitar la adhesión, de convocar, de hacer sentido a una parte importante del electorado que todavía cuenta con la confianza importante del electorado.

¿Cree que habrá un rebaraje de fuerzas al interior del oficialismo?

Vamos a tener una foto más actualizada de las preferencias que tiene la ciudadanía por primera vez bajo la modalidad de voto obligatorio, así que será importante para todo el sistema político y va a afectar las correlaciones de fuerzas para todos los conglomerados que conforman el sistema político, también para las fuerzas al interior del oficialismo.

Ahí se va a medir el respaldo ciudadano a los partidos que componen el oficialismo, y eso va a permitir sopesar, con datos en la mano, el peso de cada tienda y las lecturas que ofrecen los distintos grupos políticos que conforman el gobierno y los niveles de adhesión ciudadana que esas alternativas concitan.

Distintas encuestas plantean que a la lista Unidad por Chile le irá mejor que a Todo por Chile. ¿Cómo va a repercutir eso al interior de la alianza de gobierno?

Creo que va a dar origen a una fuerte crítica y autocrítica respecto de la decisión de ir en listas separadas. Desde toda perspectiva los análisis indicaban desde el comienzo de este proceso que la forma de tener un rendimiento electoral mucho mejor era que todo el progresismo fuera en una sola lista, y por esa alternativa Apruebo Dignidad se la jugó con todo desde el comienzo del proceso y el Partido Socialista se suma a esta invitación. La responsabilidad de los sectores progresistas era lograr la más amplia unidad para poder enfrentar el crecimiento de la extrema derecha y tener los mejores resultados electorales.

Una repercusión va a ir por ese lado, el constatar la irresponsabilidad histórica que sectores del progresismo cometieron al no concurrir a esta unidad máxima. Imagínate se dé el caso que ni siquiera se obtenga la cantidad necesaria para tener veto al interior del órgano constituyente, eso sería muy grave para el mundo progresista, podría poner en peligro cuestiones básicas que se quieren alcanzar en el proceso constitucional, como la formación de un sistema fuerte y sólido y robusto de derechos sociales o los derechos de las mujeres y de las disidencias sexuales. En ese sentido va a haber una evaluación crítica de esta decisión de ir en lista separadas.

Si no se alcanzan los 3/5, ¿quién sería el responsable de aquello?

Me parece que en política las responsabilidades siempre son colectivas. Pero, en ese caso específico la responsabilidad sería de quienes no concurrieron al llamado a la máxima unidad de las fuerzas progresistas. Y eso me parece que es bastante claro, hubo un esfuerzo muy explícito de Apruebo Dignidad junto al Partido Socialista para lograr esa máxima unidad a sabiendas de que era necesario para obtener un resultado electoral, el mejor que nos dejara en una mejor posición. En ese sentido, creo que las responsabilidades van a ser claras.

Y en ese caso, ¿el Presidente Boric debería hacer un ajuste ministerial nuevamente?

Si el resultado es desfavorable para el oficialismo, eso no debiera tener un impacto en el gabinete. El Presidente ya realizó un importante ajuste de su gabinete ministerial para enfocarlo a las tareas que el gobierno tiene que sacar adelante, que tienen que ver con lograr las mayorías para las reformas más importantes del programa de gobierno y también para enfrentar los problemas urgentes que tiene el país en materia de seguridad, de economía. En ese sentido, como esas prioridades no cambian de acuerdo a los resultados de la elección, siguen ahí las urgencias sociales y siguen ahí la necesidad de empujar la reforma, no debiera ser un criterio el resultado de la elección y si es favorable o desfavorable para el oficialismo.

¿A qué va a ir Unidad por Chile al consejo? ¿Cuáles serán sus prioridades?

Las prioridades de Unidad por Chile han venido explicitándose a lo largo de estos meses y tienen que ver con sentar las bases de un Estado social de derecho en Chile, que permita construir sistema de seguridad social, sistema de derechos sociales universales y de servicios públicos sólidos, robustos que permitan generar condiciones de mayor igualdad al interior del país y que le otorguen al Estado un rol mucho más importante. Esa es una cuestión por la que Unidad por Chile se la tiene que jugar y va a implicar una discusión muy aguda con la derecha. Hemos visto también durante estos meses a sectores de la derecha insistiendo en que el Estado social no es incompatible con el principio de subsidiariedad, y desde la izquierda y el progresismo hemos sido muy enfáticos en señalar que es el principio de subsidiariedad que está de fondo en la Constitución del 80 el elemento que ha impedido que desarrollemos sistemas de seguridad social, un verdadero Estado social de derechos. Va a ser Unidad por Chile la coalición que va a tener que llevar la batuta en la disputa por sentar las bases de un Estado social sin trampas, sin que se pase gato por libre y se disfrace de Estado social una nueva versión del Estado subsidiario.

Como se ven hoy las cosas, ¿cree que podría salir una Constitución más parecida a la vigente? En esa línea, ¿qué desafío le plantea este proceso al gobierno?

Existe el peligro real de que salga una Constitución parecida a la vigente, hay que ver cómo va a terminar compuesto el Consejo Constitucional. Eso va a depender, por una parte, de la composición y la cantidad de convencionales que obtengan las derechas, pero también del rol que Chile Vamos quiera asumir al interior de la convención. Si van a estar disponibles para hacer las modificaciones necesarias para que Chile enfrente los problemas que tiene, y que la Constitución sea una herramienta que sirva para eso, o sea si quieren contribuir a escribir una Constitución que sirva para resolver problemas que muchos de ellos tienen su origen en la actual Constitución va a ser un escenario. Pero si Chile Vamos no está disponible para aquello, y quiere reeditar una versión 2.0 de la Constitución de 1980 disfrazada con otras palabras, el peligro de tener una Constitución muy similar es alto y eso es un problema.

Ahora, qué desafío plantea eso al gobierno, bueno sigue gobernando mientras este proceso esté en curso. Entonces el desafío que tiene es doble, por una parte, hacerse cargo de los problemas urgentes, una agenda de acción inmediata en materia de seguridad, economía. Pero al mismo tiempo tiene que caminar en dos tiempos, con dos pies. Por un lado, empujar la agenda de reformas que está en el corazón de su programa sabiendo que si las cosas no cambian en este país en materia de derechos sociales, vamos a seguir arrastrando la crisis en la que estamos. Y por otro, tiene que ser capaz de construir las mayorías necesarias para poder hacer esas reformas. Entonces el desafío que tiene el gobierno es mayúsculo en el sentido que tiene que construir mayorías y no renunciar a su programa de reformas.

¿Cree posible que las fuerzas más a la izquierda del oficialismo tensionen al gobierno en este proceso?

En este momento todas las fuerzas del gobierno, del progresismo, están comprometidas con que este proceso resulte, hay una conciencia muy fuerte de la crisis en la que estamos y que resolver el problema constitucional es una parte fundamental de avanzar hacia su resolución. Me parece que en este momento ningún sector del gobierno está en la posición de llamar a desembarcarse del gobierno, a llamar a votar rechazo a priori. Hay un compromiso fuerte, democrático, de todos los sectores del gobierno con que este proceso resulte, con que se avance lo más posible en la construcción de un Estado social de derecho, y eso incluye a todos los partidos que componen la alianza de gobierno. Esos temores respecto de que la izquierda del oficialismo llame a desembarcarse del proceso no se sostienen por el compromiso que todos los grupos que componen el gobierno han asumido con este proceso, a pesar de las complejidades y las dificultades que tiene.

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