Portazo del Nacional y con Berizzo visitando a los hinchas: baja venta de abonos de la Roja para las Eliminatorias golpea finanzas de la ANFP

Los tiempos en que Chile disputaba los partidos eliminatorios con el Estadio Nacional a tope parecen demasiado lejanos. Por varios factores: el primero es que hace rato que la Roja no puede utilizar el recinto de Ñuñoa, su histórica casa; el segundo, que diversos castigos por mala conducta han ido menguando la asistencia de público a los distintos partidos del combinado nacional; y el tercero, que los fanáticos ya no muestran el mismo interés que antes por seguir a la Selección. En esta última consideración se pueden, incluso, establecer diversas subcategorías para explicar la distancia.

Ante Colombia, en septiembre, en el inicio de las Eliminatorias, la Roja jugará en el estadio Monumental. Un mes después, lo hará ante Perú, otra vez en el recinto de Colo Colo. La explicación radica en que el coliseo ñuñoíno está en pleno proceso de preparación para los Juegos Panamericanos. En ese sentido, se privilegió evitar cualquier factor que pusiera en riesgo su óptima condición para el inicio del evento continental. En la ANFP intentaron que se les facilitara el coliseo ñuñoíno para el duelo frente a los cafetaleros, pero la respuesta fue negativa. ¿La razón? En los Panamericanos no quieren arriesgarse a que los fanáticos de la Roja puedan dañar la infraestructura del Nacional. “Imagínate tiran una bengala y queman la pista de atletismo”, explican desde Quilín.

Para colmo, ya hay una certeza: frente a los cafetaleros habrá una drástica disminución del aforo: la FIFA tiene sancionado a Chile con el 50 por ciento de la reducción de la capacidad del recinto en que juegue, por los incidentes que hubo en el partido frente a Uruguay, en el proceso anterior, y otras faltas que se fueron acumulando al punto de transformar a los hinchas nacionales en los de peor conducta en el mundo.

En junio partió la venta de abonos para asegurar un asiento para todos los partidos de las Eliminatorias. Los valores parten en los $ 148.500 para las galerías norte y sur y se van elevando, según la respectiva ubicación. Así, por ejemplo, los codos tienen un costo de $ 445.500 y el sector Andes sube a $ 891.000. En Pacífico, la inversión alcanza los $ 1.237.500, mientras que en Marquesina llega a $ 1.433.500. La denominación específica de la localidad depende de si los encuentros se realizan en el Estadio Nacional o en el Monumental. Apenas fueron publicados, los precios generaron las críticas de los aficionados, quienes reprocharon la desconexión con la realidad económica nacional.

Lo concreto es que hasta ahora solo se ha vendido el 20 por ciento de esos paquetes. Vale decir, apenas seis mil de los 30 mil que se proyectaban inicialmente. La situación inquieta profundamente en la ANFP, por las consecuencias que tiene para la economía de la asociación, que atraviesa por una aguda crisis financiera. De hecho, se proyectaba que el retorno de la Roja a la competencia inyectara recursos suficientes para funcionar con algo de holgura, en la misma línea que los acuerdos comerciales que se han suscrito en las últimas semanas, a cuenta de la sponsorización del equipo nacional.

Durante las últimas semanas, Eduardo Berizzo se ha sumado a las campañas para invitar a los hinchas que se abonen para asistir a los partidos de local de la Roja. A dos días de lanzar la venta, el técnico visitió a las dos primeras personas que compraron el paquete para acompañar a Chile durante todo el camino a la cita planetaria que se realizará en Canadá, Estados Unidos y México.

Esta semana, de hecho, se abrocharon las relaciones con Sky, Pedidos Ya y McDonald’s, que se suman a las ya suscritas con el banco BCI y con MG Motor. Aún así, la intención era asegurar recursos fijo y no depender de los que lleguen por el goteo que representa la venta de localidades individuales. Desde agosto que esa modalidad también está disponible a través de Puntoticket, la ticketera que está a cargo del proceso.

En la dirigencia del fútbol nacional buscan razones para explicar el desinterés de los fanáticos, quienes históricamente se destacaron por su fidelidad al combinado nacional, al punto de que alguna vez transformaron el Nacional en un recinto inexpugnable y siempre lleno de camisetas rojas y banderas, un sello que incluso lo distinguió a nivel continental. En el último Consejo de Presidentes, de hecho, se debatió acerca de la materia. Una conclusión es que al ‘publico de la Selección’, un concepto que lo diferencia del fanático en general, no le resulta tan cómodo asistir al Monumental, por su mala visibilidad en varios sectores de las tribunas.

Sin embargo, evidentemente, la explicación más poderosa tiene que ver con la actualidad deportiva de la escuadra nacional. Si bien ese argumento podría discutirse en el sentido de que los momentos de mayor ebullición en torno al combinado se produjeron antes de sus mayores éxitos históricos, lo cierto es que las decepciones que se produjeron después de sus principales logros, las clasificaciones a Sudáfrica 2010 y Brasil 2014 y el bicampeonato de América de 2015 y 2016, afectaron considerablemente la relación con un hincha que se acostumbró a los buenos momentos y ha pasado la cuenta en los malos. De hecho, el desinterés por abonarse se manifestó de igual forma en los procesos previos a los mundiales de Rusia y de Qatar a los que, para colmo, Chile no clasificó.