Preprimaria entre Muñoz y Narváez se vuelve inviable: otro coletazo de la postergación del 11/A
Cuando las condiciones sanitarias son cada vez menos auspiciosas, en ambas colectividades dan por muerta la opción de llegar con una carta común a esa medición. Por mientras, los equipos programáticos de Heraldo Muñoz (PPD) y Paula Narváez (PS) fijan mínimos comunes.
“La posibilidad de llegar con un candidato común a la primaria ya está muerta”. La frase se repite por estos días tanto en el PPD como en el PS. Pese a que ambas colectividades habían acordado buscar un mecanismo -se barajó primaria, encuesta o convención- para evitar llegar divididos a la primaria presidencial del 4 de julio, la opción de que ese pacto se concrete es prácticamente imposible.
En el histórico eje opositor reconocen que el escenario más probable es que tanto la abanderada presidencial socialista, Paula Narváez, como la carta del PPD, Heraldo Muñoz, lleguen a la papeleta ese día.
Además de las consideraciones políticas, el hecho de que las condiciones sanitarias hayan obligado a postergar los comicios del 10 y 11 de abril para el 15 y 16 de mayo reforzó aún más que, por ejemplo, la opción de una preprimaria no tiene viabilidad. “No tiene sentido hacer una preprimaria si estamos corriendo elecciones por la pandemia”, dicen en esas colectividades.
El hecho de que el proyecto del gobierno no modificara el plazo de la inscripción de las primarias legales, el 4 de mayo, también agregó otra dificultad, esto pese a que ayer la Cámara de Diputados aprobó en primer trámite correr esa fecha hasta el 18 de mayo y dejar las primarias para el 18 de julio. Con todo, y más allá de lo que se apruebe en el Congreso, en esas colectividades sostienen que sería imposible realizar unos comicios de esa envergadura a semanas -y en medio- de la elección municipal, de gobernadores y de convencionales constituyentes. “Al revisar las fechas, ver el cambio, al menos solo desde la perspectiva logística y sanitaria, está muerta la opción, salvo que creáramos un nuevo mes en el año”, sostiene el secretario general del PPD, Sebastián Vergara, quien explica que, además, tendrán que revaluar la fecha del clave consejo general del partido -fijado originalmente para el 17 de abril- en el que se definiría formalmente el mecanismo.
Eso se suma a que la alternativa de que sea una convención de candidatos electos en los comicios municipales, de gobernadores regionales y de convencionales constituyentes quienes elijan al candidato es inviable ahora que esa elección quedó para después de la fecha de inscripción de la primaria presidencial (está por verse si en el Senado se aprobará una prórroga en esas fechas). La encuesta, en tanto, ya ha sido desechada reiteradas veces como opción por parte de los socialistas.
En los comandos de los candidatos presidenciales también reconocen la poca factibilidad de alcanzar un mecanismo. Si bien desde el PPD iniciaron una ronda de reuniones -sostuvieron encuentros con el PS, PRO y el PS- con el objetivo de alcanzar una candidatura única con las “fuerzas progresistas”, lo cierto es que dentro del equipo del excanciller sostienen que lo más probable es que esos esfuerzos sean en vano. “Ambos partidos lo entendemos, si es cosa de mirar el calendario”, dicen en la coordinación.
En el comando de Narváez, en tanto, algunos veían como una alternativa posible que Muñoz terminara declinando su opción para respaldar a la exvocera de gobierno. Eso siempre y cuando ella se lograra instalar como una carta competitiva en las encuestas y superara a su contendor, algo que finalmente no ocurrió. De hecho, ninguno de los dos ha logrado despegar en los sondeos. En la Cadem de la primera semana de marzo, ambos aparecen con 1% en la preferencia espontánea, mientras que en las expectativas del próximo Presidente, Narváez alcanzó un 2% y Muñoz un 1%.
Por eso mismo, durante las negociaciones el PS planteó al PPD que si llegaban con un candidato común al 4 de julio, la colectividad podría blindarlos en zonas clave para el partido liderado por Muñoz. Un ofrecimiento no menor si se considera que el excanciller -según reconocen en su partido- podría optar a una candidatura senatorial en caso de no llegar a primera vuelta.
Sin embargo, desde el círculo del abanderado PPD descartan de plano esa opción. Entre los cercanos a Muñoz sostienen que no está sobre la mesa bajarse por Narváez, especialmente cuando dentro del partido ya no la ven como una carta “tan fuerte”. En la colectividad está instalada la idea de que hasta hoy la carta socialista no ha “prendido” y que en los números no superaría al PPD.
Con todo, tanto desde las directivas de ambos partidos señalan que si bien es complejo lograr un acuerdo, van a insistir en agotar todas las posibilidades para alcanzar un candidato único. “El escenario cambió, porque la opción de la preprimaria en este cuadro se hace aún más difícil desde el punto de vista concreto (…), pero mantenemos la decisión política de una candidatura única PS-PPD a lo menos, ya sea en la primaria de Unidad Constituyente o una más general”, sostuvo el vicepresidente del PPD, Francisco Vidal.
“El socialismo democrático requiere unidad para contribuir de mejor manera a la posibilidad de un próximo gobierno para llevar adelante las transformaciones que el país requiere y espera (...). Se debe mirar con perspectiva, anteponiendo el interés de la ciudadanía por sobre todos los intereses partidarios. Esa mirada debe ordenar al sector para tener una carta competitiva que derrote a la derecha en segunda vuelta”, sostiene la jefa de campaña de Narváez, Nivia Palma.
Acercamientos programáticos
Una reunión sostuvieron el jueves 25 de marzo los equipos programáticos de Narváez y Muñoz. A la cita, en la que participaron por el lado de la socialista Daniel Hojman y los diputados PS Marcelo Schilling y Manuel Monsalve, y por el PPD el exministro Marcelo Mena, el extimonel Gonzalo Navarrete y los jefes del área de seguridad, Eduardo Vergara, y de medioambiente, Alejandra Figueroa.
El objetivo del encuentro era comenzar a delinear acuerdos para alcanzar un programa común entre ambos partidos. En las colectividades reconocen que, pese a la poca probabilidad de tener una candidatura común, para el eje PS-PPD podría ser útil consensuar ideas en un texto común. Ese escenario les daría un mayor margen para negociar con el eventual ganador para que las propuestas del “progresismo” queden en el programa final.
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